Bosquejos Biblicos
Textos claves: Juan 13:15, Efesios 5:1
Objetivo: Entender que como discípulos del Señor, nuestro modelo a seguir debe ser Jesús, debe ser nuestro ideal lograr ser como él con su ayuda.
INTRODUCCIÓN
Definición de modelo: Persona o cosa que debe ser imitada. Patrón, manera de hacer algo. En la actualidad existe la tendencia de seguir modelos. Muchos tienen a otros como sus ideales y están alertas sobre lo que dicen, hacen y visten para imitarlos en la mayor cantidad de cosas posibles (deportistas, actores, cantantes y personas famosas en general). Todo esto se hace con el deseo de ser como aquellas personas.
Aun en la iglesia, tenemos a personas que admiramos y quisiéramos tener virtudes similares a ellos (predicadores, cantantes, misioneros, líderes, pastores) y eso no está mal, pero existe un problema. ¿Cuál creen ustedes que es el problema? Las personas no son perfectas, solo hay uno perfecto, Dios. Nuestro modelo a seguir debe ser Cristo (Juan 13:15).
Pablo dice que sean imitadores de él como él lo es de Cristo (1 Corintios 11:1). Por esto es importante dar buen ejemplo, somos cartas leídas ante el mundo, llevamos una gran responsabilidad, debemos imitar a Jesús para dar buen ejemplo a otros. Líderes, es indispensable su dependencia plena en Cristo.
¿Cómo era Jesús? ¿Qué aspectos de él debemos imitar?
DESARROLLO
I. Oración
Jesús dedicaba gran parte de su tiempo en comunión con su Padre. Era común en él apartarse a la montaña a orar, en las noches y temprano en las madrugadas. Algunas enseñanzas que dejó Jesús sobre la oración fueron:
La fe viene de la oración y el ayuno (Mateo 17:19-21). Jesús les explicó a sus discípulos que la fe que mueve montañas es aquella fe que proviene de la oración y el ayuno. Nuestra fe debe ser similar a la de un grano de mostaza.
Después del ayuno Jesús venció la tentación (Mateo 4:1-11). El ayuno y la oración están ligadas, luego de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches el enemigo tentó a Jesús con tentaciones fuertes, pero al tener una constante comunión con Dios estaba seguro y protegido espiritualmente por lo que no cayó en ella. La oración y comunión continua con Dios nos libra de caer en las tentaciones.
Tuvo celo por la casa de oración (Mateo 21:13). La casa de oración debe ser respetada, Jesús se indigno de como el pueblo judío había convertido la iglesia en un mercado y tumbo todas las mesas y mando a que salieran de allí a todos los que profanaban el lugar.
Enseñanza completa de Jesús de la oración (Mateo 6:5-15). Jesús como buen maestro enseñó la forma correcta de orar, corrigiendo los errores que se cometían tales como el palabrerío y oraciones hipócritas solo para ser vistos por los demás. También les dejo una oración modelo.
II. Estudio y meditación
En la tentación (Mateo 4:4). Así como la comunión con Dios nos fortalece en medio de las pruebas, la palabra de Dios tiene poder para librarnos de la tentación. Jesús utilizó la biblia para cortar las tentaciones de satanás, el siempre decía “escrito está”.
Después de la muerte de Jesús (Lucas 24:44-47). Las escrituras nos muestran las cosas que han de acontecer, después de la muerte y resurrección Jesús se les apareció a varios de sus discípulos y les mostró lo que decía la escritura sobre el y pudieron comprender lo sucedido. Allí encontramos el plan de salvación y las maravillas que Dios tiene reservadas para sus hijos cuando vuelva por segunda vez.
Hablando del fin del mundo (Lucas 21: 22). Jesús estaba en sintonía con la palabra de Dios y sabía que todo lo que estaba escrito en las escrituras se cumplió, se esta cumpliendo y se cumplirá.
III. Enseñaba y predicaba
Hablaba con su sabiduría, de manera convincente, sencillo y al punto de acuerdo a la necesidad de las personas. El sermón del monte es un ejemplo de como lo debemos hacer. Los misterios del cielo fueron dados en palabras sencillas y simples, fáciles de entender. Elevaba la moralidad hasta el cielo (Mateo 5).
No usaba chistes ni anécdotas humorísticas, no hablaba en susurro ni con expresiones duras o desagradables. Los mismos maestros y rabinos quedaban maravillados por sus palabras, las admiraban, nunca pudieron acusarle en ninguna de sus trampas tales como cuando acusaron a María Magdalena de ramera y la querían apedrear, sobre dar impuestos, sobre su autoridad, entre otros. A ellos mismos les habló para que se arrepintieran.
Habló en todo lugar y suplió las necesidades de los oyentes con autoridad como nadie (Mateo 7:28-29).
IV. Servicio y amor por los demás. Salmos 146:7-9
Lavó los pies de sus discípulos (Juan 13:4). Su vida de servicio rebasó cualquier límite, siendo el maestro de lo discípulos se colocó en posición de siervo y le lavó los pies, como sus discípulos somos llamados a servir.
Sanó y quitó toda dolencia en el pueblo (Mateo 4: 23-24). En el ministerio de Cristo, una de las principales actividades fue sanar y quitar toda dolencia del pueblo. Sentía compasión por aquellos que sufrían.
Hizo el mayor acto de amor por los demás (Juan 3:16). El mayor acto de amor jamás visto lo demostró Jesús en la Cruz al morir sin tener culpa alguna, pagando con sangre nuestra salvación. En eso consiste el evangelio de Cristo, en el amor.
V. Vida ejemplar
No cometió pecado (1 Juan 3:5-6). Jesús vino a este mundo a limpiarnos de pecado y en todo lo que hizo no cometió ningún pecado.
Nos dejó su ejemplo (Juan 13:15). Siendo sin pecado y llevando una vida de rectitud y perfección nos manda a que sigamos el ejemplo que él nos dejó.
CONCLUSION
Como cristianos y discípulos de Jesús ¿Quién debe ser nuestro modelo? Sinceramente ¿Quién es tu modelo? ¿Estas imitando a Jesús en estos cinco aspectos? Imagina un mundo donde Jesús sea el modelo de todos ¿Cómo sería?. Si antes de hacer algo te preguntaras qué hubiera hecho Jesús ¿Cómo crees que sería tu decisión?
LLAMADO
Me imagino a Jesús como la persona más deseable con la que uno quisiera estar, si lo imitaramos a él, seríamos una bendición para la humanidad. Sería maravilloso ¿Quisieras decirle hoy en tu corazón a Jesús, voy a comenzar a vivir como tú?
ORACIÓN FINAL
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
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