Viviendo por la fe

Bosquejos Biblicos

Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: Viviendo por la fe

Base Bíblica: 2 Corintios 4:8-9

Introducción

Este bosquejo biblico es acreca de la fe. Si hay un elemento del cual no debe carecer un creyente en Dios, es la fe. La fe es una característica común en los hijos de Dios debido a que es imposible acercarte a Dios sin fe (Hebreos 11:6).

Como la fe es la certeza de lo que se espera, y la convicción de lo que no podemos ver (Hebreos 11:1), cada cristiano debería estar sumamente interesado en que se su fe crezca, porque es por la fe que vivimos, no por las cosas que vemos (2 Corintios 5:7). es por nuestra fe que podemos vencer al sistema que gobierna este mundo (1 Juan 5:4).

Es normal que enfrentemos situaciones adversas en este mundo (Juan 16:33). sin embargo, no podemos permitir que los problemas, las presiones, y las dificultades que trae la vida, nos lleven a dudar del poder de Dios, de su bondad, y su misericordia para con nosotros.

La única forma de mantener nuestra perspectiva correcta acerca de Dios y sus planes, es por medio de la fe en Él. Por esta razón, el siguiente bosquejo biblico está diseñado para un mensaje titulado: “Viviendo por la fe”; porque de esta forma podemos enfrentar de forma triunfante todas las vicisitudes que  lleguen a nuestra vida.

Desarrollo

El apóstol Pablo, en su segunda carta a los creyentes en Corinto, plasma de forma clara y contundente, como los acontecimientos que ocurren en la vida de una persona tienen distintas perspectivas según la fe; y es ese fragmento de la carta lo que sirve de base para escribir este bosquejo biblico.

En 2 Corintios 4:8-9; podemos leer cuatro estados emocionales, o perspectivas sobre una situación que  cambian drásticamente según vivamos por la fe o no.

1. Atribulados pero no angustiados

La biblia es clara con respecto al hecho de que sufriremos en esta tierra, enfrentaremos persecución, oposición, maltrato, y discriminación por el simple hecho de profesar nuestra fe (Mateo 5:11/Juan 16:1-2).

Podríamos estar atribulados a pesar de nuestra fe, lo que no es aceptable es que la angustia tome el control de nuestra mente. Precisamente, el sentir angustia puede ser un signo de que nuestra fe es débil.

Si vivimos en fe, entonces tenemos total confianza en que Dios nos ayudará en esa situación difícil que estemos enfrentando. Y si confiamos en Dios ¿por qué nos angustiamos? ¿será que pensamos que Dios no tiene el control?

Dios tiene el control de nuestras vidas, si así se lo hemos dado, y debemos creer que estamos en sus manos y nadie nos puede arrebatar de ahí (Juan 10:28).

En el Salmo 43:5,  el salmista nos enseña que ante el abatimiento, y la turbación de nuestro espíritu, necesitamos esperar en Dios, y la mejor forma de hacerlo es alabándole.

Recordemos las obras maravillosas que Dios ha hecho con nosotros, agradezcámosle por todo lo que Él ha hecho, por lo que hará, y veremos como la angustia cederá el terreno a esa paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).

2. En apuros pero no desesperados

Es normal que nos veamos en situaciones donde parece que no hay salida, pero esto no debe hacernos perder la calma. Cuando nos desesperamos, generalmente tomamos decisiones equivocadas.

El pueblo hebreo, cuando salió de Egipto se vio en apuros al enterarse de que el ejército de Faraón les perseguía. A pesar de esto, no se desesperaron. Moisés les dijo: “No temáis, estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros, porque los egipcios que hoy habéis vistos, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:13-14).

Puedes vivir sin desesperarte cuando entiendes que Dios está de tu lado, que Él está peleando de tu lado. Eso es vivir en fe, creer que cuando la situación parece insoportable, ahí está Dios para intervenir.

3. Perseguidos pero no desamparados

Como dijimos al principio de este bosquejo biblico, es normal sentir persecución; y en esta época mucho más. Pero el hecho de sentir el calor de la persecución no puede hacernos pensar que Dios nos ha dejado.

Precisamente, por estar con Dios, por decir lo que Dios quiere que digas, por pensar lo que Dios quiere que pienses, y por actuar como Dios quiere que actúes, es que sufrimos persecución.

Dios le hizo una hermosa promesa a Josué cuando estaba a punto de comenzar a cumplir con la misión más importante de su vida: llevar al pueblo hebreo a la tierra prometida.

Dios le dijo a Josué lo siguiente: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo, no te dejaré, ni te desampararé” (Josué 1:5).

Podemos sufrir serias persecuciones, incluso donde nuestra vida pueda estar en peligro, a pesar de eso necesitamos vivir creyendo que nuestro Dios que no nos dejará, no nos desamparará, y que estará con nosotros todos los días hasta el fin.

4. Derribados pero no destruidos

En nuestro caminar en Cristo, no estamos exentos a fallar, errar, o caernos en el trayecto. Toda persona ha fracasado en algún proyecto, ha tenido alguna mala relación, o ha sido golpeado por experiencias desagradables.

Sin embargo, cuando tocamos fondo, podemos tener la seguridad  de que, aún ahí en el fondo, Dios está con nosotros.

Hay otra oportunidad para hacer las cosas bien, levantarnos y seguir adelante. En Hebreos 4:16 encontramos algo que nos llena de esperanza cuando estamos en el fondo. Dice la Biblia en esa cita que  nos podemos acercar con confianza delante de Dios, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Podemos acercarnos a Dios creyendo que aunque fallamos, sus misericordias se renuevan cada mañana (Lamentaciones 3:22-23), y aunque en algún momentos pensemos que llegamos al final, Dios tiene una nueva oportunidad para nosotros.

Conclusión

Sin lugar a dudas, necesitamos la fe para vivir como a Dios le agrada. Es la fe en Dios, y en la inmutabilidad de sus atributos, la que nos anima a seguir hacia adelante cuando queremos detenernos,  la que nos impulsa a buscarle cuando estamos perdidos, y la que nos ayuda a mantener la perspectiva correcta cuando estamos enfrentando situaciones confusas.

La conclusión de este bosquejo biblico es que cada uno de nosotros como creyentes en Dios, debemos tratar de que nuestra fe crezca cada día para poder estar firmes cuando vengan las situaciones difíciles. Solo así podremos decir que estamos viviendo por la fe.

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