¿En dónde encontraré ayuda?

Bosquejos Biblicos

Bosquejos Biblicos… Texto de la predicación: Salmo 121:1-8

Introducción

¿Quién de nosotros no se ha sentido abrumado por las situaciones que enfrenta? ¿Quién de nosotros no ha pasado por situaciones en que el corazón explota diciendo: “¡No puedo más!”? ¿Ha sentido alguien el pensamiento angustiante: “de esta nadie puede librarme”?

Hay situaciones que vivimos que exprimen nuestro corazón como un naranja. Nos abruman y nos pesan demasiado. La muerte de un familiar, la pérdida de un trabajo importante, la enfermedad de un conyugue, un hijo entregado al alcohol o a las drogas, la infidelidad, el abandono de una pareja, etc.

En esta adversidad, es necesario que los cristianos no planteemos una pregunta: ¿en dónde podremos encontrar ayuda para superar estas situaciones?

Precisamente el salmista, se hizo la misma pregunta:

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” (vers. 1).

Y el mismo salmista nos responde:

Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra”.

Veamos por qué el salmista y nosotros, podemos poner nuestra confianza en Dios.

I. Confiemos en Dios porque es nuestro ayudador

A la pregunta “¿De dónde vendrá mi socorro?” El salmista responde “Mi socorro viene del Señor. Que hizo los cielos y la tierra” (vers.2).

Nuestra confianza no está en la Creación.

En primer lugar, el salmista dice que su confianza no está en la creación, sino que está en el SEÑOR. El salmista ve a los montes, y contempla la creación. Y dice: ¡Mi socorro no puede venir de las cosas creadas!

Ni el ser humano, ni los avances médicos, ni el dinero, ni el clima, ni ninguna otra cosa que pertenezca a la creación puede darnos una verdadera seguridad. ¡Todos lo hemos sentido! ¡Todos hemos sido defraudados por confiar en las cosas creadas que perecen, y no cumplen con lo que prometen! ¿De dónde vendrá nuestro socorro? ¿De las cosas creadas? ¡Por supuesto que no!

II. Nuestra confianza está en el Creador

En segundo lugar, el SEÑOR es descrito como “El que hizo los cielos y la tierra” (vers. 2b). Cuando se habla de Dios como Creador, se refiere al poder de Dios para hacer lo que está bajo su voluntad. El profeta Jeremías dice

¡Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible” (Jeremías 32:17).

La capacidad para hacer todo lo que existe (la inmensidad abrumadora del cielo; la profundidad del mar; la firmeza y grandeza de las montañas; y la belleza y la complejidad de que cada cosa creada) demuestra el poder ilimitado que Dios tiene.

Como el salmista, debemos ver que el único que tiene poder ilimitado para cuidarnos, sustentarnos, y guiar nuestra vida, indiferentemente de lo que estemos viviendo, es Dios, Creador del cielo y de la tierra.

III. Confiemos en Dios porque es nuestro guardador

Ahora, el salmista comienza a explicar qué significa para él, que el Dios Todopoderoso sea su guardador.
Te guardará de caídas.

El texto dice “No dará tu pie al resbaladero” (vers. 3a). Este era un cántico que los peregrinos judíos cantaban, cuando iban a Jerusalén a adorar en el templo. En esos momentos, tenían que pasar por caminos no fáciles de transitar: lugares angostos, terrenos empinados, con propicios a los lados, y rocosos y desnivelados.

En esos momentos, su salud física estaba en riesgo. Es más, muchos de estos caminos podrían ser mortales. Así que Dios está prometiendo cuidar de nuestras vidas.

Esto no significa que no vayamos a sufrir ninguna cosa. Dios nunca promete que no sufriremos o pasaremos por adversidades. Lo que esto significa es que Dios nos ayudará a levantarnos, cuando caigamos.

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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