Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: Principio de la primera oportunidad
Bosquejos Bíblicos.. Lectura Bíblica: Génesis 1
Introducción
La oportunidad que dio Dios a la humanidad pasó a ser el milagro más grande de la historia del universo sin fallas ni complicaciones. El libro de Génesis nos enseña que somos de gran valor para Dios desde el principio. Se dice que este libro es el semillero de la Biblia y donde se encuentran todos los temas que rigen el plan de Dios. Entre ellos la creación del universo, el hombre, la presencia del pecado e inicio del castigo.
Pero el más importante, el de bendecir a las naciones por medio de su amado hijo Jesucristo. La autoría de este libro es el Espíritu de Dios a través de Moisés y también se le atribuye a los cuatro libros que le siguen. En conjunto se le llaman Pentateuco (véanse en Éxodo 17:14; 24:4; Deuteronomio 31:24).
La estructura del Génesis se entorna sobre las raíces de las generaciones que establecerían el futuro de la humanidad. No se debe olvidar que todo ha estado al mando y control de Dios, lo bueno y lo malo. Todo lo que hemos visto hasta ahora ha sido solo porque el propósito del Padre lo había concebido así desde antes de la creación.
Cada capítulo del Génesis nos revela el procedimiento humano y de cómo Dios manda a obedecer porque no hay otro Dios fuera de Él. Por ello es de suma importancia escudriñar cada capítulo para entender que cada uno tiene un sentido. Asimismo, para poder comprender los demás libros, junto al nuevo testamento, debemos entender muy bien el principio de esta maravillosa oportunidad que fue crearnos a su imagen y semejanza. Creó todo lo que necesitáramos en sus riquezas en gloria.
Esculpiendo los cielos y la tierra
En el principio (Génesis 1:1-2): estos dos versículos relatan que nada existía; ni siquiera algún sentido de vida. Probablemente, lo sucedido antes no es de vital importancia (ya que se dicen que existieron otros seres o dinosaurios u otros tipos de vida). Lo importante es que Dios tomó la decisión de emprender una gran aventura eterna con nosotros y darnos sus maravillas.
Existencia desordenada y vacía
Los versículos anteriores nos indican que la creación estaba incompleta. Asimismo, se introducen dos adjetivos para entender la condición de la tierra. El primero es “desordenada” y el otro “vacía”, entendiéndose como tal el primero “sin forma” y el segundo “sin habitantes”. En el libro de Isaías 45:18 nos confirma que Él creó los cielos, formó la tierra, en su totalidad, sin vanidad. Y la creó con mayor importancia para que fuese habitada. Y la creó porque le plació, porque simplemente Él es Dios, y no hay otro que sea parecido.
Entendiendo esto, cabe decir que el universo no se produjo de una explosión y evolución aleatorias, sino por mano divina, poderosa y majestuosa de Dios. La palabra hebrea Elohim que se usa en este versículo es un término genérico. Significa “el fuerte” o “suprema deidad”, que en su estructura, encierra pluralidad en la unidad.
El hombre como imagen y semejanza
Este concepto confirmado en Génesis 1:26, Dios dice a la creación celestial para hacer al hombre a imagen y conforme a la semejanza. El propósito del hombre, para poder señorear, administrar todo lo que esté bajo sus pies. Y da lugar para que la Trinidad, la gran doctrina en el Nuevo Testamento, estaba presente en ese nombre (Dios) desde el principio del mundo.
Es importante saber que desde la eternidad Dios nos deseaba, y le hacíamos falta como nosotros a Él. Es una conexión inexplicable que nos lleva a preguntarnos ¿porque somos tan incrédulos? Si tenemos en nuestros ojos cada día lo que Dios creo para nosotros nuestras vidas y aun también deleites. Muchas de las sensaciones sentimiento y entorno que disfrutamos es gracias a su majestad, pero sobre todo el Amor.
Debemos detenernos cada día para pensar que puedo hacer mejor. Nos creó también para poder realizar cosas hermosas en este mundo, es decir, embellecer su creación y llevarla en nuestro corazón.
Testigos genuinos
El primer testigo de algo tan maravilloso y grande como es, darle forma a nuestro mundo fue la trinidad. Jehová estaba presente en ese momento en tres esencias: Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo. Y aunque en Génesis 1:1-2 solo se mencionan dos personas de la trinidad, podemos estar convencidos de que Jesucristo también estuvo.
El discípulo amado lo confirma en Juan 1:2 “Este era en el principio con Dios.” Pablo, en 2 Corintios 4:6, refuerza el evangelio, afirmando una suprema declaración de fe. La palabra de Dios fue luz, y hoy es luz en cada corazón, en el conocimiento de su gloria en Jesucristo Salvador.
Testigos de su trinidad divina
Es por ello que también somos testigos genuinos de Su trinidad y unidad para entender que siempre han trabajado juntos. Dios nos exhorta en este, que somos tres en uno (alma cuerpo y espíritu). Sin los tres no podemos hacer ni su voluntad, ni mucho menos dar amor.
Al caminar con Dios, nuestra manera de pensar, de sentir y discernir, deben estar en sintonía a lo que Dios desea de nosotros. Eso engloba lo que es nuestra vida en Cristo. No podemos dar amor si pensamos mal; pero nos sentimos bien con lo que nuestra propia opinión dice. Tampoco podemos discernir bien si nuestra manera de pensar está mal.
Romanos dice en pocas palabras, el dicho de nuestra boca debe ser perfecto como nuestra manera de pensar, decir o hacer cualquier cosa en la vida. De ello depende el rumbo del evangelio en nuestro corazón.
Existencia divina valor exclusivo del ser humano: una persona completa.
Partiendo que el ser humano es único como creación, nuestro Dios trino determinó que la humanidad habría de poseer la imagen y semejanza divinas. Por ello somos seres morales inteligentes y con percepción y determinación propia, que extralimitan las de cualquier ser creado. Esto no solo implica que poseemos cualidades extraordinarias, sino también el valor individual de cada ser humano. Por alguna razón, nuestro ADN es único e irremplazable.
Debemos tener en cuenta que tenemos capacidad y habilidades que van ligadas con la responsabilidad y obligación con su reino y su gran comisión. Es por ello que nunca deberíamos conformarnos con vivir a un nivel más bajo del que Dios ha provisto para nuestra existencia. Debemos procurar ser mejor cada día y alcanzar los más altos niveles. Hacer menos nos llevara a un fin amargo sintiéndonos siervos infieles de la vida que se nos ha confiado.
Nuevamente, Pablo escribe a los Romanos, en su capítulo 12, una exhortación divina impresionante. El verso 2 del mencionado capítulo nos recomienda con amor, no conformarnos a las comodidades de este siglo. Más bien, nos manda a transformar nuestro entendimiento, renovado, para discernir la buena voluntad de Jehová. El resultado es una voluntad en nuestras vidas agradable y perfecta.
Conclusión
Algunas veces, las personas hablan de alguna parte de la personalidad humana como si no tuviese que ver con ellos. ¡Hablan como si el cuerpo pensara por sí solo! Pero la Biblia distingue entre las diferentes partes, y no las considera por separado. Cuando se refiere una parte de nosotros, pretende que veamos todo el conjunto. Nosotros debemos tener unidad entre lo que manifiesta nuestra lengua a su vez lo que pensamos con nuestro conocimiento y entendimiento.
Todo lo maravilloso que Dios nos regaló hasta ahora tiene un precio muy dulce. Ya sea que bendiga a diario o suframos en nuestro andar, que sea por Él y para Él. Asimismo, sea lo que suceda, para nosotros que amamos a Cristo, como pablo lo hizo; todo es ganancia (Filipenses 1:21). Nosotros, que amamos a Dios y es sabido perfectamente, todas, absolutamente todas las cosas nos ayudan a bien (Romanos 8:28). Ya sea la circunstancia bueno o mala, Dios no desperdicia nada, sino que nos ayuda a entender por y para qué las cosas suceden.
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