La alegría proviene del Señor

Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: La alegría proviene del Señor

Bosquejo Biblico Texto Biblico:  “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:16-18

Introducción

En esta tierra nos rodea el pesar y la tristeza, las adversidades y las persecuciones. Pero para el creyente, existe un consuelo que provoca alegría en lo más profundo del corazón. Y esto es la presencia de Dios. Si la buscamos, tendremos a Dios con nosotros, como fuerza espiritual que nos llenará de gozo interior y nos librará de la tristeza.

I. La fuente de la alegría está en el trato con Dios (vers. 16)

a. El apóstol nos pide que estemos siempre gozosos.

¿Cómo puede pedirnos esto? Si sabemos que en esta tierra lo que abunda es el dolor y los problemas que arrastra el pecado. Porque la alegría de la que habla no proviene de este mundo, sino de Dios que nos colma del gozo del Espíritu. (vers. 16)

b. Pensemos en la visita que realiza María a su prima Isabel, llevando en su seno a Jesús.

Cuando entró en su casa, provocó la alegría del niño que sería Juan el Bautista. Y esto es porque cuando Dios nos visita, colma nuestro espíritu de gozo. Un gozo que no conoce el mundo ni los que viven en la vanidad, porque no es un gozo mundano, sino que se origina en Dios (Lucas 1:44).

c. Si pensamos que estar siempre alegres es no tener dificultades, nos equivocamos.

La alegría que proviene del creyente, nos mantiene gozosos incluso en medio de los problemas. Porque la fe nos hace sentir el amor que Dios tiene por sus hijos, un amor que nos protege y nunca nos dejará solos. Por esto seremos alegres desde el interior, porque sentiremos el amor de Dios que inunda nuestros corazones, aún en medio del dolor (Habacuc 3:17-18).

d. Si buscamos la presencia de Dios en nuestra vida, tendremos la fuente de la alegría al alcance de la mano.

Porque seguir la senda del Señor reconforta el alma, aunque suframos persecución. Y esto no se puede explicar hasta que se experimenta lo que es vivir teniendo a Dios como centro de nuestra existencia. Como un anticipo de lo que es el cielo, tendremos la dicha de sentir a Dios cerca nuestro siempre que le busquemos (Salmo 16:11).

II. En la oración está la expresión de la alegría espiritual (verss. 17-18)

a. Pedir a Dios que esté siempre con nosotros es la fuente de la alegría.

Y para pedir esto, es necesario orar fervientemente, como nos dice el apóstol. Es decir que orando sin cesar, lograremos la presencia continua de Dios en nuestra vida, y junto a ella la verdadera alegría. Si experimentamos alguna vez esta dicha, luego no querremos la falsa alegría que da el mundo con sus placeres (1 Tesalonicenses 5:16; Salmo 94:19).

b. Si oramos con fe, la angustia no podrá invadirnos.

En la oración tendremos el refugio donde nos encontraremos con Cristo y encontraremos la paz y la alegría. A la alegría mundana le sigue el vacío en el espíritu y la angustia. En cambio, cuando nuestro gozo se fundamenta en Jesús, sentimos la liberación del espíritu que provoca la dicha (Salmo 32:7).

c. El mismo Cristo nos dice que en la oración de petición, luego hallaremos la alegría de la unión con Dios.

Si pedimos con fe, recibiremos de Dios no sólo lo que pedimos, sino también la protección contra la tristeza. Porque el Espíritu Santo morará en nosotros y con Él vendrán sus frutos, entre los que se halla el gozo espiritual (Juan 16:24; Gálatas 5:22-23).

Conclusión

La verdadera alegría no proviene de este mundo, sino de Dios. Por esto leemos en las Escrituras que cuando nos llama a ser alegres, lo hace siempre pidiéndonos que lo hagamos “en el Señor”. Porque la alegría que dan los placeres de la carne no se comparan con la que proviene de la presencia de Dios en nuestra vida (Filipenses 4:4).

La forma de vivir en la presencia de Dios es orando constantemente. Y esta presencia produce la alegría del espíritu. Por eso en la Escritura vemos que muchas veces está unida la alabanza al gozo del que busca a Dios. Tenemos que buscarlo sin cesar, y como recompensa tendremos el gozo que proviene del interior y la bendición de Dios (Salmo 9:2).

Si vivimos en la senda de Dios, la alegría invadirá nuestra vida, aunque estemos rodeados de la adversidad. Alejarnos del mal y buscar el bien, producen como añadidura a la salvación, el gozo de saberse amados por Dios. Busquemos siempre este gozo y no lo abandonemos por las mentiras que ofrece el enemigo (Proverbios 12:20).

© Renzo Garcia. Todos los derechos reservados.

Predicas Bíblicas.. Bosquejos para Predicar

author avatar
Renzo García
Servidor de Jesucristo y amante de la palabra de Dios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio