Por la fe seremos salvados

Bosquejos para Predicar

Prédica de Hoy: Por la fe seremos salvados

Bosquejos para Predicar Lectura Bíblica de hoy:A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” 1 Pedro 1:8-9

Introducción

La fe que tenemos es un don de Dios. No ha nacido de nosotros, sino que nosotros le dimos el corazón a Dios que se nos revela. Mediante ella, alcanzaremos la salvación, si creemos y obramos de acuerdo al Evangelio. Nuestra creencia y fidelidad son el principio de nuestra vida en el Espíritu Santo, y debemos alimentarla continuamente con la lectura de las Escrituras.

I. El creyente vive por la fe (vers. 8)

a. Los cristianos creemos en las palabras y las obras que realizó Cristo en la tierra. De ellas no tenemos más testimonio que el de las Escrituras. No lo vimos personalmente, ni escuchamos el testimonio de sus labios, sino que creemos en Él por la fe. La fe es el motor de nuestra vida espiritual, y sin ella nada de lo que afirmamos que es verdad tiene sentido (vers. 8).

b. Tenemos fe porque es un regalo de Dios hacia nosotros. Es un misterioso complemento entre Dios que nos llama y nosotros que le respondemos con un cambio de vida. Hay que ver a la fe como un don, porque muchos hay que no creen, no por culpa de ellos, sino porque no conocen a Cristo. Nosotros que sí lo conocemos debemos dar gracias, porque la fe es el principio de la salvación (Gálatas 3:26-27; Juan 3:16).

c. La fe es necesaria para la salvación, porque por ella nos acercamos a Dios afirmando su existencia y creyendo en su poder. Por medio de ella creemos que Jesús se entregó por nuestros pecados y que como Cordero de Dios se inmoló borrando la iniquidad. Por la fe creemos en Dios que premia a los justos y castiga a los pecadores. Es por eso que nuestra creencia y fidelidad es lo que abre las puertas de la salvación para el creyente, que debe cuidarla y hacerla crecer hasta la vida eterna (Hebreos 11:6).

d. Si viéramos, no tendríamos mérito. No podemos ver a Dios, pero sí experimentar su poder en nuestra vida. Mediante la fe, llegamos al convencimiento de que debemos moldear nuestra vida según los criterios de Dios. Y al seguir su Palabra, empezamos a experimentar lo cierto de su existencia, porque sentimos su amor en nuestro interior (2 Corintios 5:7).

II. La salvación vendrá por la fe (1 Pedro 1:9)

a. La salvación de nuestras almas depende del primer movimiento de la fe. Sin ella, no creeríamos que hay un Dios que premia a los justos y castiga a los pecadores. Por eso, si creemos realmente, la fe llevará implícito un cambio de vida en nosotros. Cristo prometió la salvación al que cree en Él y por la fe sabemos también que esa promesa no quedará sin cumplimiento (Juan 11:25-26).

b. Por la fe, el pecado será erradicado de nuestra vida. Porque creeremos en el poder de Dios para protegernos en el momento de la tentación, y en el Espíritu Santo que nos guiará internamente por el camino de la salvación. Tendremos un nuevo nacimiento en Dios, mediante el bautismo. Y ese nacimiento nos hará morir al mundo, alejándonos de las obras del enemigo (1 Juan 5:4).

c. En la fe hallaremos la vida. Y esta se alimenta de la Palabra de Dios en la que creemos. Con ella debemos avivar la llama de nuestra fe, porque ella es la que contiene las enseñanzas de Cristo que deben regir nuestra vida y confortarnos en los momentos de dificultad. Tenemos que buscar en el Evangelio el fundamento de la fe que nos guiará hacia la salvación en Cristo (Romanos 1:17).

Conclusión

Dios nos regala el don de la fe, para que creyendo en Él, cambiemos de vida y seamos salvos. Si llegamos al bautismo, es porque creemos que mediante él seremos limpios de nuestro pecado y comenzaremos una nueva vida en Cristo (Efesios 2:8-9).

Nuestra creencia y fidelidad son los principios de la salvación, porque luego debe haber obras que testimonien de ellas. No haremos la obra de Dios si no creemos en Él, pero tampoco podemos afirmar que creemos en Él si no hay un cambio en nuestras vidas (Santiago 2:17).

Tenemos que buscar la fe en el Evangelio, leyéndolo con asiduidad y buscando en él las palabras de Cristo para nuestra salvación. Y debemos anunciarlo, para que otros también hallen la fe en Jesús y crean en su Palabra (1 Corintios 15:1-2).

© Renzo Garcia. Todos los derechos reservados.

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Renzo García
Servidor de Jesucristo y amante de la palabra de Dios.

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