La amistad cimentada en Dios

Bosquejos para Predicar

Prédica de Hoy: La amistad cimentada en Dios

Bosquejos para Predicar Lectura Bíblica de hoy:Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí”. Romanos 1:11-12

Introducción

Si tenemos una amistad espiritual, encontraremos mucho consuelo en la vida. Porque la amistad cimentada en la fe, nos ayuda a sobrellevar los obstáculos y a sentir el consuelo de Dios en la dificultad. En cambio, debemos evitar las amistades mundanas que nos alejan de Dios y de su Palabra.

I. La amistad verdadera nos acerca más a Dios (vers. 11).

a. El apóstol Pablo está deseando llegar a la comunidad de Roma. Porque lo que desea es poder estar con los creyentes y comunicarles un don espiritual, es decir, compartir juntos el amor a Dios.

Ésta es la base de una amistad duradera, cuando lo que nos une al amigo es la fe y la entrega al Señor. De este modo, deja de ser una amistad terrenal y se vuelve una amistad espiritual, que guiará a ambos hacia el cielo (vers. 11).

b. Si lo que nos une a nuestros amigos es el amor, entonces tengamos por seguro que Dios estará también presente en esta unión. Porque el amigo desea el bien del otro, aún a costa de algún sacrificio por su parte.

Esto es lo que nos pide Dios para adelantar en el camino espiritual, que sepamos renunciar a nosotros mismos a favor del prójimo. Si nos amamos los unos a los otros con amor cristiano, estaremos cumpliendo el mandamiento de Cristo y Él habitará en nosotros (1 Juan 4:7).

c. La amistad es un don de Dios muy grande, porque nos lleva a entablar lazos muy fuertes con personas que elegimos por su alma. Sentimos comunión con aquellos que tienen una luz que nos hace progresar en el servicio a Dios, haciéndonos su compañía mejores cristianos. Ésta es la verdadera amistad, la que lleva a los amigos a profundizar en la fe y a crecer en el amor a Dios (2 Timoteo 2:22).

d. Cuando estamos atribulados, no hay mejor remedio que la amistad. El verdadero amigo sabe consolarnos, porque nos acerca la Palabra de Dios a través suyo. De este modo, se vuelve vocero de Jesús, que quiere darnos consuelo con su amistad. No podemos hacer frente a todos los obstáculos que se presentan, sin recurrir alguna vez a la palabra del amigo que reconforta (Proverbios 17:17).

II. El consuelo del amigo viene del consuelo de Dios (vers. 12).

a. El apóstol Pablo dice a los romanos que quiere verlos para ser confortado en la fe a través del intercambio de dones espirituales. Y es que la amistad cristiana está cimentada en esto, en compartir la fe en Cristo y animarse mutuamente a ser cada día más fieles.

No debemos menospreciar al Espíritu Santo que habla a través de los hermanos en la fe. Quien halla un amigo que lo consuela dándole la Palabra de Dios, halla el alimento para seguir el camino hacia Dios (Romanos 1:12).

b. Podemos tener otros amigos que no sean cristianos. Pero debemos tener cuidado de aquellas amistades que en realidad nos alejan de Dios en lugar de acercarnos a Él. Porque pueden parecer divertidos, nos pueden dar momentos de alegría, pero en el fondo nos arrastran hacia la infelicidad.

El buen amigo no nos aleja de Dios ni de sus mandamientos, sino que nos ayuda a cumplirlos más fielmente (1 Corintios 15:33).

c. El buen amigo nos ayudará en el momento de la caída, no nos juzgará. Nos ofrecerá su mano para levantarnos y volver el rostro hacia Dios implorando su perdón. Porque el amigo verdadero quiere que lleguemos al cielo junto a él, y se preocupa por nuestra salud espiritual. Nos aconsejará a su debido tiempo y nos dirá lo que hemos hecho mal con sinceridad, para volver al buen camino (Eclesiastés 4:10).

Conclusión

Hay una amistad que es más fuerte que la amistad natural, y es la amistad espiritual. Ésta está cimentada en Dios y busca que ambos lleguen juntos a la gloria. Porque saben ambos que la finalidad de este tiempo en la tierra es crecer espiritualmente y poder alabar a Dios eternamente en el cielo (1 Juan 4:21).

Pero hay amistades que nos alejan de Dios, y debemos evitarlas si queremos alcanzar la salvación. La amistad mundana que nos quiere alejar de las cosas de Dios para dedicarse a las del mundo es nociva para nuestra vida espiritual. Busquemos en cambio a los amigos que con su compañía nos hacen mejores cristianos (Santiago 4:4).

Junto a un buen amigo, las tentaciones las podremos evitar más fácilmente, porque nos acercará la Palabra de Dios a su tiempo. Pidamos a Dios el don de un buen amigo, ya que el tenerlo es un regalo (Eclesiastés 4:12).

© Renzo Garcia. Todos los derechos reservados.

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Renzo García
Servidor de Jesucristo y amante de la palabra de Dios.

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