Bosquejos Bíblicos
Predica de hoy: Las disciplinas nos conducen al propósito de Dios
Texto bíblico principal: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza: pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Hebreos 12:11
Introducción
La disciplina es la capacidad de las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia.
Cuando iniciamos algo en nuestras vidas, nunca será fácil, debemos iniciar desde tomar la decisión de empezar, desde el esfuerzo, desde perseverar a diario, desde el sufrimiento hasta llegar a la victoria.
Así mismo es en nuestra vida espiritual, con disciplinas como: decidir vencer la carne cada día, como hacer estudios bíblicos, como tener constancia en la oración, en el ayuno, en la intercesión, en la evangelización. Al principio da pereza, no entendemos, nos cansamos rápidamente e incluso pensamos en darnos por vencidos, pero cuando las ejercemos y se plantan en el corazón y las hacemos con amor, traen recompensas, bendiciones, gozo y victoria.
Recordemos que nuestro Dios es un Dios de orden 1 Corintios 14:33 “pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz”
I. El comienzo para nuestro designio
En la vida nada será fácil, y lo que pasa con nosotros amados es que queremos los beneficios de inmediato y no nos gusta equivocarnos, y cuando las cosas no salen bien nos sentimos mal, y a veces sentimos que somos torpes, pero en la palabra de Dios dice en Nehemías 8 al final del versículo 10: “No te aflijas, porque el gozo del señor es tu fortaleza”. Por nada debemos estar entristecidos por que todo es un proceso, y es un día a día de luchar para sacar lo mejor de nosotros.
II. La instrucción que proviene de lo alto
En medio de las disciplinas de la vida nos es necesario ser instruidos. para saber cómo hacer las cosas, aun cuando a veces también nos es necesario ser reprendidos cuando estamos haciéndolas mal “El que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe” Proverbios 12:1.
En la vida espiritual necesitamos ser instruidos por Dios, y Él nos instruye desde Su palabra santa, el que quiere ganar conocimiento necesita ser guiado. Pero en medio de eso necesitamos ser corregidos, y el que no recibe los consejos puede pasar como torpe.
Amados míos todo esfuerzo trae su recompensa, pero antes de que llegue la recompensa tiene que haber un proceso, del cual es una lucha con lo que tu corazón quiere y anhela pero que tu cuerpo (carnalidad) te priva, pues es algo nuevo.
Amigos les pongo un ejemplo de disciplina espiritual: Cuando decides leer diariamente la palabra de Dios y hacer un estudio bíblico, se que al principio dará pereza, adormecimiento, y no entenderás, pero al hacerlo diariamente aunque cueste, aunque no entiendas, empezaras a amar lo que estas haciendo y cada día anhelaras más y más y empezaras a recibir sabiduría de lo alto y después será por pasión, cuando eso suceda recibirás bendiciones y podrás ayudar a otro que esté igual que como cuando tu empezaste.
III. El constructor del propósito
Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Hebreos 11:10) en cualquier disciplina que iniciemos en nuestra vida, debemos saber que Dios es quien nos está construyendo en medio de esa disciplina para sacar de aquello hijos firmes y leales, para pulirte y ponerte como atalaya para otras personas, así que por mas que cueste al principio debemos estar seguros de que sus frutos serán para gloria suya y bienaventuranza nuestra.
Amados míos como hermana suya en Cristo les testifico sobre mi disciplina, cuando acepté a Jesucristo en mi corazón y lo recibí. Empecé a enderezar mi camino y seguir por el camino que él había trazado para mí. En eso me di cuenta que me apasionaba danzar, y amaba lo que trasmitían los que se paraban adelante a danzar.
Pedí instrucción a Dios y supe que ese era mi don, así que decidí entrar al grupo de danzas. Al principio les confieso que me parecía tan difícil cada paso, aun pensaba en cómo me veía y me sentía ridícula. Muchas veces tuve la intención de salirme, pero Cristo puso en mi corazón perseverancia y hablo a mi corazón diciéndome: no será fácil, pero los frutos que darás serán para bendición.
Amados míos les cuento que me arme de valor y empecé a esforzarme cada día mas de lo que me esforzaba el día anterior, y en mi empezó a fluir la pasión y en medio del proceso de mi disciplina ya no quería dar un paso atrás. Veía que cada día sabia y entendía mas de lo que algún día para mí fue nuevo.
Permití que mis lideres me instruyeran y me corrigieran y eso hacia que cada vez tuviera mas conocimiento de lo que estaba haciendo. Empecé a danzar y veía como por medio de mi danza trasmitía la gloria de Dios, hermanos tuvieron que pasar cinco años y me dieron el liderazgo de adoración.
Si, me convertí en una de las lideres de la adoración, ahora era yo quien dirigía y enseñaba y corregía a las otras niñas que iban llegando. Ahí fue cuando entendí que no importa cuánto duela al principio, ni cuanto cueste porque Dios ve todo nuestro esfuerzo y lo recompensa y da fruto y nos pone aún más en nuestras manos de lo que esperábamos.
Conclusión
Cuando el Padre nos pone un lugar, es porque el tiene un propósito, y aunque nos duela es necesario que seamos instruidos y corregidos para estar allí, porque Dios quiere para nosotros bien y no mal, y como Padre sabe que necesitamos y anhelamos; toda disciplina es buena para conducirnos al propósito de Dios y así ser bendecimos por él.
La disciplina conduce a ser grandes personas tanto a nivel personal, como a nivel espiritual.
Redactado por Y.S. Parra Mora para el uso exclusivo de predicasbiblicas.com
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