Estudios Bíblicos
Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Elías y los profetas de Baal
Estudios Bíblicos Texto Bíblico: “Pasados muchos días, vino palabra de Jehová a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra. Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria.” 1 Reyes 18:1-3
Introducción
Profetas de Baal; en el evangelio de hoy, veremos un estudio bíblico de la historia de Elías y los profetas de Baal. Elías es un ejemplo de un hombre valiente, que en tiempos bastante difíciles sirvió a Dios y ayudó a su pueblo cuando estaba gravemente desviado por la idolatría.
La tierra de Israel afrontaba una fuerte sequía que ya duraba tres años. Elías mismo le había comunicado a Acab que iban a transcurrir años sin llover (1 Reyes 17:1). Santiago 5:17 aclara que para que ellos sucediera, oró fervientemente.
Las palabras de Elías
Cuando Acab escuchó las palabras de Elías y vio que se hacían realidad, creyó que Elías era la fuente de la desgracia de su reino y lo persiguió para encontrarlo.
Dios ordenó primeramente a Elías que se escondiera, pero pronto iba a llegar el momento de presentarse a Acab. Todos los profetas tienen un tiempo de soledad y ocultación, así como un tiempo de ministerio. Juan el Bautista pasó largas temporadas en el desierto, por ejemplo.
Los tres años supusieron una oportunidad de arrepentimiento para Acab para que la lluvia cayese de nuevo en Israel, pero nada de eso sucedió en ese período.
Libro del Apocalipsis
En el libro del Apocalipsis existen dos personajes muy similares a Elías que aparecen también en un período muy turbulento de la historia del pueblo hebreo. Son llamados los dos testigos y ambos tienen poder para detener la lluvia sobre la tierra al igual que hizo Elías en 1 Reyes 17:1.
La orden de mostrarse a Acab requería una gran fe en las palabras de Dios y una gran valentía. Acab como león rugiente le acechaba para matarlo.
1 Reyes 18:3-4 “Y Acab llamó a Abdías su mayordomo. Abdías era en gran manera temeroso de Jehová. Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua.”
Abdías era devoto y temeroso del Señor.
Abdías estaba entre el dilema de obedecer a su rey o ser fiel a Dios. Aunque obedecía a su rey, secretamente ayudaba a otros hombres temerosos de Dios. Abdías escondió a verdaderos profetas de Dios en cuevas, protegiéndolos de la persecución de Jezabel. Abdías los sustentaba con pan y agua. El pan y el agua en la escritura simbolizan la aflicción y la angustia (1 Reyes 22:27, 2 Crónicas 18:26). Elías creía que sólo había quedado él, pero esto no era cierto en absoluto. La angustia y el sufrimiento muchas veces nos hacen perder el sentido de la realidad y exagerarlo todo.
Alimentar a tantos profetas iba a requerir muchos viajes, además de exponerse al peligro una y otra vez con el riesgo de ser descubierto y sufrir el castigo del rey. Abdías sin duda fue muy valiente al correr un importante peligro al hacer esto.
El nombre profeta no se le daba solamente a aquellas personas que Dios usaba para comunicar eventos futuros, sino que además podían servir a Dios predicando, alabando u orando.
Jezabel
Jezabel era una princesa fenicia que se casó con Acab. Jezabel era sacerdotisa de Asera y llevó la adoración de esta diosa a Israel. Tuvo bastante poder e influencia y supo manipular a su esposo para conseguir sus fines.
1 Reyes 18:5-6 “Dijo, pues, Acab a Abdías: Ve por el país a todas las fuentes de aguas, y a todos los arroyos, a ver si acaso hallaremos hierba con que conservemos la vida a los caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias. Y dividieron entre sí el país para recorrerlo; Acab fue por un camino, y Abdías fue separadamente por otro.”
Abdías y Acab toman caminos separados en busca de pastos para los caballos y mulas. Los terrenos junto a los ríos y manantiales son los últimos en secarse y los más propicios para encontrar pasto. Ante semejante “emergencia humanitaria” es casi seguro que debió comprarse grano de otras regiones, y gran parte de la población habría tenido que refugiarse en las tierras vecinas como las del reino de Judá.
Mientras el reino entero da la espalda a Dios, se hunde en la corrupción moral y se muere de hambre ¿de qué se preocupa el rey? De sus caballos y mulas.
1 Reyes 18:7-9 “Y yendo Abdías por el camino, se encontró con Elías; y cuando lo reconoció, se postró sobre su rostro y dijo: ¿No eres tú mi señor Elías? Y él respondió: Yo soy; ve, di a tu amo: Aquí está Elías. Pero él dijo: ¿En qué he pecado, para que entregues a tu siervo en mano de Acab para que me mate?“
Dios permite que Abdías se encuentre a Elías por el camino.
Elías pide a Abdías que anuncie que regresa para entrevistarse con Acab.
1 Reyes 18:10-14 “Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado. ¿Y ahora tú dices: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías? Acontecerá que luego que yo me haya ido, el Espíritu de Jehová te llevará adonde yo no sepa, y al venir yo y dar las nuevas a Acab, al no hallarte él, me matará; y tu siervo teme a Jehová desde su juventud. ¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve con pan y agua? ¿Y ahora dices tú: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías; para que él me mate?“
Como el rey Acab estaba realizando una búsqueda sistemática de Elías para castigarle por profetizar que Dios retendría la lluvia sobre el reino, Abdías temía que si el anunciaba al rey que se había encontrado con Elías y no lo atrapaba, Acab lo iba a castigar por dejarlo escapar.
1 Reyes 18:15-16 “Y le dijo Elías: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que hoy me mostraré a él. 16 Entonces Abdías fue a encontrarse con Acab, y le dio el aviso; y Acab vino a encontrarse con Elías.”
Incómoda situación
Elías comprende la incómoda situación de Abdías y promete no tardar para encontrarse con Acab haciéndolo ese mismo día, no quiere Abdías sufra ningún mal.
1 Reyes 18:17-19 “Entonces Abdías fue a encontrarse con Acab, y le dio el aviso; y Acab vino a encontrarse con Elías. Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales. Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.”
Elías cumple su promesa de encontrarse con Acab. Entonces comienza un cruce de acusaciones: Acab acusa a Elías de perturbar a Israel y causar mal al pueblo, a lo que Elías responde que Acab había dejado a Dios para adorar a ídolos de Baal.
Como Acab no temía al Dios altísimo en absoluto, en su mente creía que Elías había enojado a Baal y que por tanto Baal había detenido la lluvia sobre el reino. Es probable que Acab pensara que era imprescindible matar a Elías para aplacar la ira de su dios Baal.
Valor y mucha fe
Sin duda, se requiere mucho valor y mucha fe, para acudir sólo ante el rey y toda su comitiva y acusarlo de frente a frente.
Elías propone un desafío a Acab. Una especie de reto entre profetas. Por alguna razón Acab acepta el desafío del monte Carmelo que propone Elías.
Era crucial mostrar al pueblo que solamente Jehová enviaba la lluvia sobre la tierra. Al reunir a todo el pueblo de Israel en el Monte Carmelo, Elías quería que su pueblo fuera testigo de la victoria que iba a obtener ante Baal y Acab.
Los malvados profetas de Asera comían a la mesa de Jezabel, lo que implica que los tales profetas eran una especie de funcionarios religiosos auspiciados por Jezabel y Acab. Permitir la idolatría está mal, pero promover la idolatría es mucho peor.
Llama poderosamente la atención el enorme número de profetas paganos que participaron en este desafío. 850 profetas contra uno solo. Como en los tiempos de Elías, existen muchos más falsos profetas que profetas verdaderos (predicadores, pastores, maestros).
Los cristianos de sana doctrina son una minoría dentro del mundo evangélico y aún una minoría mucho más pequeña en relación a la población en general, creyente o no creyente. El cristianismo parece ser un movimiento de minorías.
Dios comunicó o inspiró esta estrategia a Elías
Parece que Dios comunicó o inspiró esta estrategia a Elías, y que no actuó enteramente por su cuenta.
El Monte Carmelo es una montaña al norte de Israel, cercano a la ciudad costera de Haifa. El Monte Carmelo se levanta en un terreno agreste y lleno de cuevas. Carmelo quiere decir en hebreo “viña de Dios”.
“Profetas de Asera” puede traducirse también como profetas de las arboledas. Dios había prohibido en su ley plantar árboles cerca del altar (Deuteronomio 16:21). Los israelitas adoraban a Asera en forma de tronco sin ramas, un símbolo fálico asociado a los rituales de fertilidad. Los druidas y otras religiones, adoran también a troncos y a árboles.
1 Reyes 18:20-21 “Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.”
El desafío
Elías consigue que se prepare el desafío y aprovecha para predicar al pueblo. Elías reprende al pueblo por su idolatría y su insensatez: pretendían servir a Dios y a Baal. Jesucristo mismo dijo que no era posible servir a dos señores (Evangelio de Hoy: Mateo 6:24).
Tal y como una mujer no puede amar a dos hombres, así sucede igual en lo espiritual. Si una mujer trata de amar a dos hombres acabará teniendo problemas con ambos. La iglesia es una mujer prometida a un hombre (Jesucristo) y le debe fidelidad absoluta, no puede comportarse como una prostituta yendo en pos de otro porque Dios es un Dios celoso.
Y Elías volvió a decir al pueblo: “Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.”
1 Reyes 18:23 “Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.”
Otros profetas
No era cierto que Elías fuera el único profeta de Jehová que quedaba en esos momentos. Existían otros 100 profetas que habían sido escondidos en cuevas y eran alimentados por Abdías. En la vida cristiana es común que nos creamos solos y que sentir que nadie comparte nuestras creencias y nuestro deseo por servir a Dios, pero esto solo es una ilusión derivada de nuestras propias emociones humanas. A lo largo de la historia Dios siempre ha mantenido un remanente fiel, primero en la nación de Israel y después en todas las naciones de la Tierra.
1 Reyes 18:24-25 “Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo.”
El fuego
El fuego era el elemento que Baal debía dominar, por eso Elías propone el sacrificio de dos bueyes en altares separados con leña. El ganador del desafío debía indicar quien era el verdadero Dios. La propuesta fue aprobada por el pueblo con unanimidad. Por así decirlo el uso del fuego podría pensarse que favorecía a Baal, sería como el equivalente de tratar de ganar un partido de futbol en terreno contrario, algo sin duda más difícil.
Baal era el dios del clima y de los rayos, eso concuerda con la Biblia donde Satanás es apodado “el príncipe de la potestad del aire”. Los rayos se creía que era fuego procedente del cielo. Los seguidores de Baal Moloch ofrecían a sus hijos a este dios para que ardieran en el fuego.
1 Reyes 18:26-29 “Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase.”
Los profetas de Baal
Los profetas de Baal comienzan invocando a gritos a su dios, cosa que hacen de forma repetitiva durante horas. Es curioso que para invocar a los dioses paganos es necesario realizar mucho ruido, así como complicados y elaborados rituales.
Es como si los dioses paganos no tuvieran mucho interés en las actividades de los hombres, por eso se muestran muy lejanos y sólo se manifiestan después de largos rituales repetitivos, que deben hacerse con gran precisión.
A la vez que gritaban los profetas de Baal también se infligían heridas en su cuerpo hasta sangrar. Esto es un sacrificio de sangre, para obtener el favor de este dios.
Rituales similares
Rituales similares existen en la actualidad, por ejemplo en el catolicismo donde en semana santa sus fieles se flagelan y sufren duras penitencias.
Lo mismo sucede en el islam. Un ejemplo de esto en el islam es el día de la Ashura. Es curioso adverir la semejanza entre nombre Ashura y Asera. En ese día los devotos del islam chiíta profieren lamentaciones a voz en grito en memoria de Hussein, un martir musulmán del siglo IX.
Utilizan lancetas y flagelos hasta sangrar profusamente, su propia sangre es ofrecida a su dios como un autosacrificio. El dolor, la sangre y los canticos repetitivos llevan a los fieles musulmanes a una especie de estado de trance.
Al parecer la escandalosa ceremonia no produce ningún efecto en absoluto, dejando en absoluto ridículo a estos adoradores. Elías se burla sarcásticamente y la expresión “tiene algún trabajo” podría ser un eufemismo para defecar.
Elías se burla sarcásticamente
1 Reyes 18:30-35 “Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano. Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja.”
Todo el simbolismo gravita en torno a la figura de Jesucristo.
Elementos simbólicos del altar:
• 12 Piedras. Elías prepara el altar con doce piedras cada una representando una de las tribus de Israel, el número doce simboliza también el gobierno de Dios.
• Estado de descuido. El altar estaba arruinado porque Jezabel lo había desecho, esto simboliza el estado de calamidad espiritual del pueblo de Israel en aquel entonces y también en el tiempo del fin.
• Los 4 barriles de agua. Los cuatro barriles de agua representan el espíritu de Dios que iba a ser derramado a través de los cuatro evangelios sobre toda carne (Hechos 2:17)
• El buey ofrecido a Jehová como ofrenda quemada, representa Jesucristo que recibe la ira de Dios desde el cielo porque cargaba el pecado del mundo (Levítico 9:24)
• El agua derramada tres veces podría representar los tres días que Jesucristo estuvo en el Sepulcro
• La zanja que rodea al altar (Israel) representan los pueblos gentiles quienes un poco después de derramada el agua sobre el altar, la absorben (sobre toda carne, judíos y gentiles).
El holocausto
1 Reyes 18:36-40 “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.”
El pueblo es convencido
El pueblo es convencido poderosamente por un milagro sobrenatural desde el cielo. A continuación el pueblo apresa a los profetas de Baal que son todos degollados por Elías. Muchas veces se preguntan algunos por qué un Dios de amor mataría a 850 hombres así.
La respuesta es que Dios es también Dios de justicia (fuego consumidor). No puede haber amor sin justicia. Estos hombres ciertamente merecían la muerte según la ley. Sin justicia la maldad del hombre quedaría impune.
Come y bebe
1 Reyes 18:41-46 “Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye. Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.”
Elías ora y la lluvia viene en una pequeña nube. Esta imagen parece un tipo de los acontecimientos de los últimos tiempos.
Elementos simbólicos:
– El criado vuelve 7 veces hasta ver la nube. Esto representaría que el Mesías (la nube con lluvia) regresa en el séptimo milenio por segunda vez para reinar en este mundo. Bajo esta lógica Jesucristo regresaría 6000 años y un segundo después de la creación. 1000 años es un día en la semana de Dios, el séptimo día es el reino milenial.
– Los 3 años y medio de sequía representa el tiempo de angustia que dura la Gran Tribulación.
– Acab representa al anticristo (un rey) y Jezabel al falso profeta (una figura secundaria, pero muy influyente, que apoya a la primera y tiene tintes religiosos).
– La “conversión” del pueblo a Jehová después del milagro de Elías se corresponde con los judíos que fueron salvos en tiempos de Jesucristo, así como la promesa de salvación para Israel en el último tiempo (144.000 sellados de Apocalipsis 7:4). Mi opinión es que tanto unos como otros vieron/verán a Cristo y se convencerán que Él es el Mesías.
– Los cielos que se oscurecen corresponden a la narración de Mateo 24:29 “el sol se oscurecerá…”
– La nube del tamaño de la mano de un hombre representa a Jesucristo que vendrá en una nube. La nube es “como la palma de la mano de un hombre”, Jesucristo Dios hecho hombre representa la Mano derecha de Dios (Salmo 110:1), “veréis al Hijo del Hombre sentado A LA DIESTRA DEL PODER DE DIOS, y viniendo en las NUBES DEL CIELO.” (Evangelio del día: Mateo 26:64)
– Es posible que esta lluvia que cae sobre la tierra indique un segundo derramamiento del espíritu Santo en tiempos angustiosos. Este derramamiento es previo a la siega. El propósito de esta lluvia es que la tierra produzca su fruto (Santiago 5:18).
Conclusión
Los tiempos de Elías son más actuales de lo que parece. La persecución y la angustia están profetizadas en el libro del Apocalipsis, debemos estar preparados para lo que venga y como en el caso de Elías creer que el siempre estará con nosotros tal y como lo prometió (Evangelio de Hoy: Mateo 28:20). El galardón es muy grande, enorme… no nos lo podemos ni imaginar.
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