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Estudios Biblicos
CAPÍTULO 6: (Estudio 6A) La Perseverancia de los Santos
Estudio Bíblico de la epístola a los Hebreos
El escritor Thomas Adams ha dicho: “El fruto del arrepentimiento de Pedro no fue no volver a negar a su Maestro, sino permanecer firme por Él hasta la muerte”. El tema que nos asiste acerca de la perseverancia de los santos en el capítulo 6, es un gran desafío. De hecho, se considera que es uno de los más difíciles del libro, y yo espero en el Señor que podamos edificarnos y crecer en esta doctrina.
Así nos dice el autor:
1 “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,” 2 “De la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno”. 3 “Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”
Veamos que otra vez el autor utiliza la conexión: “por lo tanto”. Si nos retrotraemos al capítulo anterior, el énfasis lo hicimos en Jesucristo como el gran sumo sacerdote, porque lo tenemos en el cielo intercediendo por nosotros.
Tal posición le hace decir al autor “por lo tanto”, y en virtud de semejante promesa dejemos ya los “rudimentos de la doctrina de Cristo”. El versículo 2 nos hablará de esos “rudimentos”, pero ahora el autor nos dice que frente a lo que nos espera, “vamos adelante a la perfección”. Creo que este capítulo se distingue por esta meta en lo que se va a tratar.
Mi apreciada gente, la “perfección” acá no es una referencia a la salvación en sí, sino a la madurez. Y esto es importante señalarlo porque este capítulo demanda esa madurez cristiana, sobre todo cuando se refiere a aquellos que “una vez fueron iluminados”.
De acuerdo al autor, para ir adelante a esa “perfección”, los lectores de esta carta tenían que dejar aquellas cosas que los judíos tenían como parte de su credo, que no eran según la real doctrina de Cristo. El escritor urge a los hebreros a no regresar a aquel sistema ritualista de esas doctrinas que se enumeran acá, pues los hacía vivir en retroceso sin poder avanzar hacia cosas mejores.
Hay un peligro constante en el creyente
Hay un peligro constante en el creyente, como lo es el dejar el alimento sólido para volver a vivir de lo elemental. Cuando esto hacemos, la vida cristiana se convierte más en una rutina que en un reto glorioso.
El riesgo de esa actitud para aquellos lectores era que si no avanzaban en su relación con Cristo, no había persecución, y la persecución era lo que les hacía creyentes poderosos, en lugar de simples conformistas. Esto siempre se ve en la vida cristiana. Cuando vamos adelante a la perfección, descubrimos que la vida cristiana estará llena de sufrimientos. Por lo tanto, la conclusión del autor es decir: “Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”.
Ahora el autor nos introduce directo en un tema que es objeto de profunda reflexión, porque va a hablar de algo que parece apoyar la posición teológica que afirma, que “la salvación se puede perder”.
4 “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,” 5 “Y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,” 6 “Y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio”.
Lo primero que tenemos que ver aquí, es que este pasaje describe a individuos que habían experimentado cinco cosas (verss. 4–5): Habían sido iluminados; habían disfrutado del don celestial; habían sido hechos partícipes del Espíritu Santo; habían disfrutado de la buena Palabra de Dios, y habían gozado de los poderes del siglo venidero.
Esto nos indica que estamos hablando de creyentes reales, de aquellos que habían tenido un encuentro personal con Cristo. Entonces, ¿Pueden ésos que han sido salvos y recaen, ser renovados para arrepentimiento? ¿De qué se tratará este asunto? ¿A quiénes se referirá el autor cuando habla de este tipo de creyentes?
Mis amados, éste es uno de esos pasajes que si no los leemos en el sentido del contexto, pronto vienen preguntas que traen confusión; sobre todo, en el tema de la salvación y la seguridad eterna de ella. Las preguntas a responder acá serían: ¿A qué se refiere el término imposible, a recaer o a ser renovados?
Como el asunto de la carta tiene que ver con los judíos, en ese contexto, recaer significaría dejar el cristianismo para tener comunión con el judaísmo, y al parecer era esto lo que algunos estaban haciendo. Cuando se utiliza la palabra: “imposible”, se refiere a ser renovados otra vez en el cristianismo.
Si recaían regresando al judaísmo, ¿Cómo traerlos de regreso al cristianismo?, ese sería el planteamiento del autor; por lo tanto, sería un juicio severo para ellos. Pero aquí está el asunto; el que fuera imposible renovarlos, no quiere decir que ellos perderían su salvación, sino que por haber regresado a los rudimentos expresados en doctrinas muertas, lo que plantearía una falta de madurez, se podrían quedar en esa condición.
Como lo explicó un comentarista: “En otras palabras, mientras vivieran serían dejados en el estado pueril que habían escogido. Sería imposible renovarlos después, ya que habrían vuelto a un sistema que no reconoce al Mesías, y niega su crucifixión (6:6)”.
Mis amados hermanos, ¡Una persona que ha sido participante del Espíritu Santo, no puede perder su salvación! ¡Si la pierde, es porque nunca la tuvo! De allí que, ¡El énfasis del autor es a ir adelante hacia la perfección!
Eso significa ir hacia la madurez cristiana, lo que nos permitiría salir de todos los rudimentos, incluyendo los del mundo, y que nos invitan una y otra vez para regresar a esa vida de la cual el Señor nos llamó. El auténtico creyente no tiene que pensar si es salvo o no, ¡Él ya lo sabe, porque el Espíritu da testimonio a su propio espíritu, de que él es un hijo de Dios!
La explicación de esta esperanza y seguridad, nos la deja el mismo autor, cuando nos presenta estos textos que clarifican a cuál grupo se está dirigiendo con este tema:
9 “Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así”. 10 “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”.