Los diezmos y el cristiano

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predicación de Hoy: Los diezmos y el cristiano

Introducción

El asunto de los diezmos es uno que siempre ha traído algún tipo de conflicto ó dudas en los creyentes. Son muchos los cristianos honestos y sinceros que andan confundidos porque unos dicen que sí se debe de diezmar y otros que no se debe diezmar. Aunque son muchas las opiniones, es la Biblia la que nos debe guiar a la verdad.

La Historia de los diezmos en Israel

La palabra ‘diezmo’ significa ‘la décima parte’. El diezmo fue incorporado en la ley de Moisés con el propósito de mantener la tribu de Leví, los sacerdotes de la nación que servían en el templo y no tenían tierra fija asignada a ellos.

Esta tribu moraba en toda la tierra como sacerdotes para Dios y no tenían ninguna otra forma de mantenimiento económico ya que el trabajo de ellos era el de servir en el altar.

Esta tribu de sacerdotes existía aparte de los ‘Sumos Sacerdotes’ que eran descendientes de Aarón. Así que el mantenimiento de esta tribu y de todo el sacerdocio dependía de la contribución o ‘diezmo’ del resto del pueblo. Cuando el pueblo no diezmaba, o no lo hacía correctamente, el sacerdocio y el servicio a Dios sufría las consecuencias.

Los Israelitas debían por obligación y mandato diezmar de todo (los animales, la cosecha, los frutos, etc.) y los levitas que recibían el diezmo del pueblo debían también ofrendar a Dios ‘el diezmo’ de todo lo recibido. Números 18 (NVI)

Privilegios de los levitas

20 El Señor le dijo a Aarón: «Tú no tendrás herencia en el país, ni recibirás ninguna porción de tierra, porque yo soy tu porción; yo soy tu herencia entre los israelitas.

21 »A los levitas les doy como herencia, y en pago por su servicio en la *Tienda de reunión, todos los diezmos de Israel. 22 Si los israelitas volvieran a cometer el pecado de acercarse a la Tienda de reunión, morirían. 23 Por eso únicamente los levitas servirán en la Tienda de reunión y cargarán con la culpa de los israelitas. El siguiente es un estatuto perpetuo para todas las generaciones venideras: Los levitas no recibirán herencia entre los israelitas, 24 porque yo les he dado como herencia los diezmos que los israelitas ofrecen al Señor como contribución. Por eso he decidido que no tengan herencia entre los Israelitas

El diezmo de los diezmos

25 El Señor le ordenó a Moisés 26 que les dijera a los levitas: «Cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he dado a ustedes como herencia, ofrézcanme, como contribución, el diezmo de esos diezmos. 27 La contribución que ustedes me presenten les será contada como si fuera trigo de la era o mosto del lagar.

El diezmo era aparte de las ofrendas de libre voluntad, ofrendas especiales, los votos ofrecidos. En su articulo “Financial Faithfulness” (Fidelidad Financiera), J. Hampton Keathley III, menciona que había dos o posiblemente tres tipos de diezmos asignados a la nación de Israel:

(1) El primero era el diez por ciento de todas las posesiones (Lev. 27:30-33). Esto era entregado a los levitas para su uso en el ministerio en el templo (Números 18:20-21).

(2) Un segundo diezmo era tomado de todo producto agrícola que quedara después de que el primer diezmo era presentado. Este diezmo era para las fiestas del Señor y los Sacrificios (Deuteronomio 12:17-18; 14:22).

“Este mandamiento era considerado por los interpretes judíos como un segundo diezmo (ver Lev 27:30 y Num. 18:21 [para el primero; Además la nota en Malaquías 3:8), el cual era traído al santuario central en producto o en dinero. Aparentemente el que ofrecía el diezmo podía usar parte de este diezmo para la fiesta en el santuario (verss. 26-27).”

(3) Otro diezmo era tomado cada tres años para el beneficio de los Levitas, extranjeros, huérfanos y viudas (Deut. 14:26-29). Este tercer diezmo podía haber sido separado del segundo, aunque no estamos seguros. De cualquier manera, cada familia judía era responsable de dar no el diez por ciento, sino aproximadamente 19 por ciento.

Diezmos en el Nuevo Testamento

¿Existe mandamiento para diezmar en el Nuevo Testamento? No vemos en el Nuevo Testamento instrucción u orden alguna para dar el diezmo a la congregación o iglesia, ni a los pastores o líderes de la congregación.

Creemos que la razón por la cual no se indica en el Nuevo Testamento a que se diezme, es porque Dios espera que los Cristianos, no solo den parte de lo que poseen sino que se den en una entrega total de todo lo que son, su vida, su tiempo, su familia y por supuesto sus posesiones, lo cual incluye el dinero.

El diez por ciento es un buen principio para comenzar a dar. Si lo era en el Antiguo Testamento, ¿por qué no en el Nuevo?

Ofrendas y Diezmos o Ofrendas vs. Diezmos

En el Nuevo Testamento no vemos que exista un modo de dar basado en “Diezmos y Ofrendas.” El método presentado a nosotros tiene que ver mas con dar voluntariamente, con alegría y gratitud de corazón de acuerdo a como Dios nos haya prosperado o sea “Ofrendas vs. Diezmos.”

El apóstol Pablo presenta los principios del dar en la carta a los Corintios, y aunque el tema principal en esta carta es una ofrenda especial para ser compartida a una congregación en necesidad (la de Jerusalén), no obstante, presenta muy buenos principios que pueden ser útiles para todos los Cristianos. ( 2 Corintios 8: 7-8; 12-15).

La manera en que una persona da ofrendas para el Señor, es un reflejo de su condición espiritual. Aquellos que dan pobremente, demuestran tener poca fe y confianza en Dios quien es el que provee al creyente todo lo que les falta. (2 Corintios 9:1-2; 5-15)

El Diezmo era una obligación que fue impuesta al pueblo. Las ofrendas siempre han sido voluntarias.

El ofrendar no es asunto no de obligación sino de fe, gratitud y reconocimiento de la grandeza de Dios. Cuando la Biblia menciona el diezmo por primera vez, no lo hace en referencia a la ley y al pueblo de Israel sino en referencia a Abraham, mucho antes de que el pueblo de Israel se formara como nación y que la Moisés recibiera la ley en el Monte Sinaí.

Abraham el padre de la fe y de los creyentes (Romanos 4) fue el primer ejemplo bíblico de un diezmador que dio su diezmo no a otro sino a Cristo mismo en la persona de Melquisedec (Génesis 14:18-20; Hebreos 7).

Los verdaderos creyentes deben de dar ‘el todo de todo’ , sus ganancias, dinero y tiempo para aquel quien ha sido hecho sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec, a Cristo por medio de su Iglesia (su cuerpo). Nosotros los creyentes somos hijos de Abraham por medio de la fe y como tal debemos seguir el ejemplo de Abraham en ‘dar de todo lo que poseemos’ el diezmo a Dios (Gálatas 3:6-8).

Cuando los creyentes dan de todo corazón, sin opresión, no por necesidad o compulsivamente, no por obligación demuestran que VERDADERAMENTE son hijos de Abraham por medio de la fe.

Las ofrendas y/ o diezmos no son ni deben ser nunca medios para comprar posición ni favor dentro de la Iglesia.

Es cierto que las ofrendas son una manera de conocer la espiritualidad de los cristianos pero no por el simple hecho de que alguien dé sus ofrendas, le gana un lugar de mérito en la congregación.

La iglesia no es una empresa pública con acciones en la bolsa, donde el mas que diezma tiene más poder obtiene. Las bendiciones del ofrendar deben ser esperadas de parte de Dios de la manera que El quiera y no por posiciones y/ o poder eclesiástico.

Muchos utilizan Malaquías 3 para demostrar que los creyentes que no diezman están bajo maldición pero esto no es cierto. Las maldiciones de la ley eran a consecuencia de desobedecer lo que Dios había demandado y estipulado. A los creyentes no se le demanda, sino que como el apóstol Pablo dice:

2 Corintios 8:7-8

“…Pero ustedes, así como sobresalen en todo –en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros*–, procuren también sobresalir en esta gracia de dar. 8 No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás…”

Las amenazas de la ley no afectan al creyente porque no estamos bajo maldición sino que ‘en Cristo’ hemos sido bendecidos con TODA bendición espiritual.

Gálatas 3:13-14

“…Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: “Maldito todo el que es colgado de un madero.”* 14 Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa…”

El creyente no da para librarse de maldición, sino que da los diezmos y ofrendas como agradecimiento a Dios por haberle librado de maldición, y reconociendo que al hacerlo con gozo y felicidad en el corazón el creyente recibe el fruto de lo que siembra. Si alguno siembra para el espíritu (las cosas de Dios) del espíritu cosechará bendiciones.

La Recompensa Financiera de los Obreros

El creyente que da libremente a Cristo quien está representado por aquellos que predican el evangelio ya sea en iglesias o ministerios, demuestra que está haciendo su tesoro en los cielos y no en la tierra, que tiene su mirada puesta en las cosas de arriba y no en lo terrenal. Aquellos que trabajan como en la obra del Señor tienen derecho a recibir el fruto de su trabajo.

Aunque en el Nuevo Testamento no existe una clase especial de sacerdotes como la había en el Antiguo Testamento (ahora todos los creyentes son sacerdotes para Dios), a semejanza del Antiguo Testamento el ministro/ líder espiritual puede y tiene derecho a recibir compensación por su trabajo.

El ministro no debe de enriquecerse ni vivir lujosamente a expensas de aquellos que dan sus ofrendas a la obra pero no peca si recibe compensación por lo que hace y el que recibe instrucción debe de reconocer la obra del que le instruye…

Gálatas 6:5-7

“…Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.6 El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña. 7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra…”

1 Corintios 9:7-12 (NVI)

“…¿Qué soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña? 8 No piensen que digo esto solamente desde un punto de vista humano. ¿No lo dice también la ley?9 Porque en la ley de Moisés está escrito: “No le pongas bozal al buey cuando trilla.”* ¿Acaso se preocupa Dios por los bueyes, 10 o lo dice más bien por nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara y el segador trilla, deben hacerlo con la esperanza de participar de la cosecha. 11 Si hemos sembrado semilla espiritual entre ustedes, ¿será mucho pedir que cosechemos de ustedes lo material?* 12 Si otros tienen derecho a este sustento de parte de ustedes, ¿no lo tendremos aún más nosotros? Sin embargo, no ejercimos este derecho, sino que lo soportamos todo con tal de no crear obstáculo al evangelio de Cristo…”

I Timoteo 5:17-18

“…Los ancianos que dirigen bien los asuntos de la iglesia son dignos de doble honor,* especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza. 18 Pues la Escritura dice: “No le pongas bozal al buey que trilla”,* y “El trabajador merece que se le pague su salario…”

No importa como se le llame (diezmo u ofrenda) el Nuevo Testamento habla del traer los frutos de nuestra prosperidad con referencia a los que son de la fe y no están bajo la ley. La ofrenda que dio Abraham nuestro padre, 400 años antes de la ley fue el diez por ciento de todo lo que nos da indicio que esta medida es un buen comienzo para todo creyente.

Romanos 12:6-9

“…Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe;* 7 si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 8 si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría. 9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien…”

2 Corintios 9:6-9 (RVA)

“…Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra…”

Conclusión

Finalmente podemos concluir lo siguiente, decir que el creyente no está bajo la ley de Moisés es totalmente cierto. Decir que no se debe dar ofrendas ó diezmos no es totalmente cierto, pues Abraham no estaba bajo la ley de Moisés cuando dio los diezmos a Melquisedec (Tipo de Cristo) y la iglesia es el cuerpo de Cristo. Así que cuando se da a la Iglesia, se está dando a Cristo, su cabeza, tal como lo hizo Abraham.

En cuanto a establecer que la cantidad mínima es el diez por ciento podría ser cierto basado en el principio que encontramos en Abraham, el Padre de la fe. La ofrenda especial (aparte de los diezmos) que puede ser usada para necesidades especiales como en el caso de 2 Corintios 8, debe ser de acuerdo a lo que ha sido propuesto en el corazón de cada uno. Si alguno encuentra muy difícil dar el diez por ciento, puede comenzar con menos, pero debe ofrendar.

La cantidad máxima no debe ser limitada al diez por ciento, puede ser más; repetimos, cada cual debe dar según propone en su corazón pero no demasiado poco que no le sienta sacrificio, y tampoco demasiado mucho que sufra necesidad.

El ofrendar diezmos para la nación de Israel (bajo las obras / ley) fue obligatorio, para los cristianos (bajo la fe / gracia) es voluntario, pero Dios espera que lo hagamos con alegría. Dios bendice al dador alegre.

Otro punto importante y que no debemos pasar por algo es que el dar no solo se refiere al dinero sino a todo lo que somos. Debemos dar primero que nada todo nuestro corazón a Dios y su obra que es la iglesia, de eso depende si también damos nuestro tiempo, fuerzas y dinero. Amen!

© Carlos Díaz. Todos los derechos reservados.

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Carlos Díaz

2 comentarios en “Los diezmos y el cristiano”

  1. El diezmo es un tema delicado, hay que estar bien cimentado en la palabra para poder entender la bendición que hay al diezmar.
    Bendiciones a todos.

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