2013 El año de la misericordia

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2013 el Año de la misericordia

“Doce años habían servido a Quedorlaomer, pero en el año trece se rebelaron.” Génesis 14:4

INTRODUCCIÓN:

Es muy importante tener el mapa de lo que el Padre tiene preparado para cada uno de nosotros en este año 2013, dice la Biblia que no hará nada sin revelárselo a sus siervos los profetas (Amos 3:7), también dice que tenemos la Palabra profética más segura hablando de las profecías escritas, por tanto podríamos resumir que en la Biblia están todas las profecías que vamos a vivir y al estudiarla nos será revelado el camino para poder llegar a lo que el Padre predestinó para nosotros.

He escuchado muchos comentarios al respecto de este año en su mayoría negativos, y lo que sucede es que desde hace mucho tiempo se ha asociado el número trece con mala suerte o con malos presagios, algunas personas creen que el martes y viernes 13 son días para que sucedan cosas malas, en algunos edificios no tienen piso 13, en algunos hoteles no tienen habitaciones con el número 13, pero en este estudio veremos qué es lo que dice la Biblia al respecto de este número y cuál es la palabra profética más segura para este año 2013.

DESARROLLO:

PROMESAS RETENIDAS

Empecemos por estudiar algunos personajes bíblicos que vivieron ciclos de 13 años:

José: (Gn. 37:2) (La inmadurez, la calumnia y el orgullo arruinan nuestras promesas)

José era una persona muy trabajadora, aun en su juventud siempre daba mucho más de lo que se le pedía, un día su padre lo envió por un informe de sus hermanos a un lugar llamado Siquem que quedaba a 100km. y al no encontrarlos se fue a Dotan que quedaba a 30km. más, y al encontrarlos sus hermanos lo despojaron de su manto y lo vendieron. Al ver este pasaje y todos los que continúan, pensamos que la vida ha sido injusta con José por todo lo que vivió desde que lo vendieron sus hermanos, pero vayamos unos versos antes del momento donde lo envían, y ahí nos daremos cuenta que José también provocó a sus hermanos.

Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos. Génesis 37:2

La Biblia empieza a relatar la vida de José a partir de los 17 años y lo primero que vemos en el verso dos es que llevaba a su Padre la mala fama de sus hermanos, la palabra en el hebreo dibba (H1681) dice que el “hablaba mal” de ellos que los “desacreditaba” o que decía “oprobios”, también vemos que José a esa edad tuvo un sueño, donde sus hermanos se inclinaban a él y él se los fue a contar por lo cual sus hermanos se enojaron mucho más con él.

Esto nos hace ver que en medio de la gran bendición que era José, posiblemente por su inmadurez, hizo cosas que luego le trajeron repercusiones en su vida. Y así nos sucede muchas veces a nosotros, podemos tener muchas virtudes pero también podemos tener una mala enseñanza, o falta de experiencia que han hecho que nos sintamos personas orgullosas y producto de eso terminar alejados de las personas que amamos.

A pesar que tenía promesa, por su inmadurez, orgullo y calumnias se desvió de su promesa y pasó momentos muy difíciles en su vida, ya que luego de ser vendido por sus hermanos a los Madianitas, lo vendieron a Potifar donde fue un esclavo y a pesar de ser una persona fiel por una mentira de la esposa de Potifar cometieron una injusticia con José y lo metieron a la cárcel.

En la cárcel también vivió un tiempo difícil, aunque notamos que la presencia de Dios siempre estaba con José, aun así el copero se olvidó de él y no intercedió con el Faraón cuando salió libre, según le había interpretado José en su sueño. Seguro nosotros también hemos pasado momentos en los cuales a pesar de la relación que llevábamos con Dios, no vemos soluciones para los problemas que estamos viviendo.

Hasta en ese momento como se sentiría José, que a pesar de que tenía promesa y que siempre trató de hacer lo bueno y que era una persona trabajadora, también sabía que estaba pasando este trato por haber estado peleando con sus hermanos.

Había pasado mucho tiempo después de aquel sueño y José en lugar de estar gobernando a sus hermanos, estaba lejos de la casa de su Padre, estaba en una cárcel. Pero en ese año, cuando él había cumplido 30 años, el Faraón de Egipto tuvo un sueño que nadie lo pudo interpretar y en ese momento el copero se recordó de José y le platicó al Faraón y él envió a traerlo, y efectivamente el interpretó el sueño y el Faraón lo puso como gobernador de todo Egipto.

Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.Génesis 41:46

No podríamos decir que José no se equivocó calumniando a sus hermanos, o enorgulleciéndose de la promesa que Dios le estaba dando a través de un sueño, sus malas decisiones lo han hecho pasar momentos difíciles y aunque Dios ha estado en todo el proceso de José en el año treceavo el Padre tuvo misericordia de su error y lo llevó a su destino, el ser gobernador de Egipto.

Abram: (Gn. 12:4-7) (La desesperación, nuestras soluciones naturales arruinan nuestras promesas)

Abram recibió una promesa de parte de Dios que la tierra de Canaán le sería entregada a su descendencia, por tanto le está dando promesa que tendrá hijo, aunque cuando vemos el desarrollo de la historia nos damos cuenta que su esposa era estéril y por no tener paciencia Sarai su esposa le dijo que tuviera relaciones con su sierva.

Cuantas veces nos ha sucedido que por no ver las promesas de Dios pronto, buscamos por nuestros medios hacerlas realidad, ese fue el caso de Abram y Sarai, no tuvieron paciencia y se adelantaron a lo que Dios les había prometido.

Dice la Biblia que a los 86 años nació Ismael, y él no era la promesa que le tenía el Padre, imaginemos cada cumpleaños de Ismael, en lugar de celebrarlo Abram, le recordaba el día que se había desesperado y que quiso meter sus manos para buscar su promesa. Seguro fue un tiempo frustrante como el de muchos de nosotros que con tal de mejorar o buscar la promesa de Dios, hemos buscado lo natural cuando Dios quiere darnos lo sobrenatural.

Pero notemos que Abram era una persona que siempre estaba en comunión con Dios, que siempre estaba levantando altar, se habla de la fe que tenía, aun para dejar su casa a su familia, y vivir en tiendas, a expensas de lo que Dios decidiera para ellos. Aun en su frustración, nunca dejó de vivir una relación con Dios.

Podríamos decir que Abram ya no merecía tener lo que Dios le había prometido, pero Abram al igual que José tenía una promesa y a los 99 años se le apareció, primero para cambiarle de nombre a él y a su esposa, les puso a los dos la “h” del ruah, que figura el Espíritu Santo, luego les dio su verdadera promesa que era Isaac, notemos que de los 86 años para los 99 años ha pasado un ciclo de 13 años, y volvemos a ver que en el trece Dios tuvo misericordia y está cambiando lo que Abram hizo mal por la promesa que realmente era para él.

Eva: (Gn. 4) (El engaño del diablo y promesas parecidas arruinan nuestras promesas verdaderas)

Recordemos que cuando Adán y su mujer fallaron en el huerto fueron sacados a la tierra y Dios le profetiza a la serpiente diciéndole que de la simiente de la mujer saldrá el que le aplastará la cabeza a la serpiente. Nuevamente volvemos a ver una promesa, o una profecía para la descendencia de Eva.

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido[a] varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Génesis. 4:1,2

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