El tártaro y el infierno

Estudios Bíblicos

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«Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojo al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio» (2 Pedro 2:4).

«Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre» (Apocalipsis 19:20).

Introducción

En la mitología griega, el Tártaro es visto como un lugar del inframundo y también como una deidad. El Tártaro era un lugar mucho más profundo que el Hades. Así como el Tártaro, el Hades Griego fue considerado como una deidad y un lugar en que habitaban las almas de los muertos.

Más tarde, con los romanos, que siguieron muchas tradiciones de la mitología helénica, aplicaron el concepto de Tártaro al lugar en la que iban las almas pecadoras. El poeta Virgilio describe el lugar como muy inmenso, rodeado del incandescente rió Flegetonte y de grandes murallas que lo hacían inaccesible para el escape. Los pecadores eran castigados allí por sus obras terrenales.

En la Biblia, el apóstol Pedro utiliza la palabra original (en casi todas las diferentes versiones se utiliza la palabra Infierno y Abismo para referirse al Tártaro) tartarosas (estar cautivo en el Tártaro) para nombrar el lugar dónde fueron arrojados los ángeles pecadores. En ninguna versión bíblica conocida se afirma o se insinúa que sea un lugar en que el que habitan supuestas almas humanas torturadas por alguna clase de fuego.

Versiones de la Biblia

En 2 Pedro 2:4, en la versión La Biblia de las Américas, en la RV 1960 y en La Biblia Dios Habla Hoy dice que en el Infierno (Tártaro) los ángeles fueron entregados a prisiones de oscuridad, que se encuentran encadenados en tinieblas, en fosos de tinieblas, respectivamente, para ser reservados para juicio (solo en La Biblia Nueva Versión Internacional se menciona la palabra Abismo por Infierno).

En La Biblia Nueva Versión Internacional (NVI) dice que los ángeles malos están en tenebrosas cavernas en el Abismo. Realmente, en el original, la palabra «Infierno» no existe en el versículo de la ocasión. El Texto Griego del Nuevo Testamento de AT. Robertson, hace un comentario interesante con respecto al Tártaro:

“palabra tardía (de tártaros, vieja palabra que aparece en Homero y Píndaro, La LXX, Job 40:15; 41:23, Filón, e inscripciones, denotando la lúgubre y terrible morada de los muertos malvados, como la Gehena de los judíos), y que se encuentra sólo aquí excepto en un comentario antiguo de Homero. Tártaros se encuentra en Enoc 20:2 como un lugar de castigo de los ángeles caídos, mientras que la Gehena es para los judíos apostatas”

Sin duda alguna, el pensamiento griego pagano influenció grandemente en el concepto real del Infierno bíblico para desviarlo y traer confusión. Tal es, que una buena parte de la Biblia, el Tártaro o Abismo, es considerado incorrectamente como Infierno, según el concepto griego.

El Tártaro de 2 Pedro 2:4

El Tártaro de 2 Pedro 2:4 es el mismo que presenta el Evangelio de Lucas, en el cual los demonios no desean ir: “Y le rogaban (a Jesús) que no los mandase ir al abismo” Lucas 8:31. La Biblia da evidencia del lugar exacto en que se encuentra el Abismo o Tártaro, y es por debajo de la superficie de la Tierra, en sus hondas y vastas profundidades.

Gran Tribulación Final

En el próximo texto, miraremos la salida subterránea de las criaturas infernales que castigarán a los hombres impíos en la Gran Tribulación Final, cuando sea abierto el Pozo del Abismo en esa era lúgubre y de maldad extrema universal:

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Leomar Parra

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