El poder de la justicia – Parte I

Estudios Biblicos… Mensajes Cristianos

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él2ª Corintios 5:21.

Es muy poco lo que la Iglesia sabe acerca de la justicia y lo que se relacione a ello. Muchos confunden la justicia con la santidad, otros piensan que la justicia desde el punto de vista teológico tiene que ver con la vida de integridad o de equidad lo cual es totalmente contrario a lo que registran las Escrituras.

Otros admiten que la justicia en el hombre regenerado se mide y tiene que ver con el motivo del corazón lo cual es totalmente falso, el motivo juzga las obras de pecado, pero no juzga ni pone en tela de juicio el estado de justicia que hay en el hombre regenerado. No son los buenos motivos o malos motivos los que les dan propiedad o cercenan la justicia de Dios en un hombre justificado.

La justicia es un estado o posición que el hombre llega a alcanzar y obtener por gracia en la fe que depositó en el sacrificio de Jesús, por esta causa, nunca debemos usar el concepto de justicia desde el punto de vista secular para definir teológicamente la justicia divina.

Analizando la posición que hay en el seno de la Iglesia concerniente a la justicia Divina, creo que necesitamos volver al tiempo de la reforma, que se levanten reformadores para defender y darle ubicación a la justicia de Dios dentro de la Iglesia Cristiana.

El pensamiento y la posición que tiene el liderazgo concerniente a la justicia divina en nuestros tiempos es vago, superfluo, tradicional; muy apegado al pensamiento y las creencias de la iglesia católica, por ende es totalmente anti-Bíblico.

El tema de la Justicia y lo relacionado a ella fue lo que defendieron los reformadores tales como: Juan Huss, Martin Lutero, Juan Calvino; entre otros. Su lucha fue más que todo en contra de las indulgencias, las beatificaciones, los credos, adoraciones a las imágenes, el estado de inmaculado a las vírgenes, el bautismo en el estado de la inocencia, el hacer acto de transustanciación con los elementos de la cena.

Entre otros. Parte de estas creencias están dentro del seno de la Iglesia Cristianas las cuales hay que erradicar. Pasemos e analizar algunas de ellas para que notemos la semejanza.

Las indulgencias. Esta enseñanza emergió de la disciplina o de penitencia que se hacían como pagos por culpas de los pecados cometidos, se hacía distinción entre la culpa y el pecado. El castigo temporal se requería para una completa absolución de la culpa entendiendo que el pecado era perdonado por Dios mediante Jesús, pero de la culpa se libraba por castigo temporal denominado penitencia.

Esto está encontrar de la verdad Bíblica cuando registra: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:1.3).

Las indulgencia llegaron al estado de exageración que se daban por escrito como un documento que te hacia absuelto de la condenación del infierno estando en vida, era tanta la exageración que a causas de ellas podía librar a un familiar difunto del conocido purgatorio. Tales cosas están en contra de la verdad de Dios cuando las Sagradas Escrituras expresar:

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” Hebreos 9:23.28.

Llevando dichas indulgencias a la época nuestra, se está cayendo en el terreno de indulgencias con diferentes prácticas, pasemos a dar ejemplo del caso.

Pactos como indulgencia. Las Escrituras afirman que Dios es un Dios de pacto, Él es el que hace pacto con los hombres, el hombre no está en un nivel para hacer pacto con Dios, el hombre puede hacerle una proposición a Dios y Él es quien decide si dicha proposición pasa hacer un pacto entre Él y el ente que hizo la Proposición.

El Dios que presenta las Escrituras es un Dios de pacto, Él pacta con los hombres no los hombres con Él, en el único organismo donde los hombres pactan con sus dioses es en el paganismo, satanismo, politeísmo e idolatría. (Jueces 8:33)

En los principios Bíblicos los hombres pueden proponerle a Dios algo pero es Él el que decide si dicha proposición pasa hacer un pacto. Esto fue lo que hizo Jacob ante Dios, propuso en su corazón entregar el diez por ciento de sus bienes, y Dios tomó dicha proposición y la estableció como pacto entre Él y Jacob.

Pero se debe tomar en cuenta que dicha proposición denominada voto la hizo Jacob en fundamento a una palabra que recibió de Dios en sueño, pero Jacob no se invento un pacto y con el compro el favor de Dios, el favor de Dios ya estaba anticipado y Jacob en agradecimiento levanto un altar, adoro he hizo un compromiso en su proposición en agradecimiento ante Dios.

E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti” (Génesis 28:20.22)

El hacer pactos con Dios tratando de comprar el favor de Él, es un tipo de soborno, y a su vez es negar la eficacia de la gracia que se dio mediante la justicia que recibiste por fe en el sacrificio de Jesús. Nuestras bendiciones desde el punto posesional están adjudicadas a la capacidad que tengas para recibir.

Dios conoce la medida de capacidad que tienes para recibir tu herencia tu legado, de modo que si no hay capacidad por mucho que pactes ante Él, de Dios no vas a recibir nada aunque seas herederos de las cosas.

Los pactos se han convertido en tipo de indulgencia que te da el derecho de recibir de Dios las cosas aunque no haya capacidad para recibir lo que demandaste en el pacto que hiciste. El tratar de comprar el favor de Dios o lo relacionado a Él es aborrecido por Dios hasta el punto que te puede llevar a vivir lejos del favor de Él, esto fue lo que quiso hacer Simón el mago trato de comprar el don del Espíritu acto que fue aborrecido por el Apóstol Pedro y sin lugar a dudas también lo fue por Dios.

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí”. (Hechos 8:14.24)

Lo que se recibe de Dios en un acto de gracia no se paga ni antes ni después de recibirlo, gracias es un don inmerecido que se dio por misericordia, y lo que se recibe por gracia ni se compra ni se vende.

Por querer ser recompensado por los hombres a causa de un Favor recibido por Dios, Giezi el criado de Eliseo cayó en un terreno de desgracia por querer ponerle precio a lo que se recibe por gracia. Este fue un acto aborrecido por el Profeta ya que a Él se le ofreció un pago por el milagro y Él conociendo las misericordias de Dios que se manifestó en gracia para con Naamán descarto dicha posibilidad.

Y volvió al varón de Dios, él (Naamán) y toda su compañía, y se puso delante de él (Eliseo), y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. 16Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso…” (2ª Reyes 5:15:17)

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José N. Briceño Aldana
Director presidente del ministerio de la formación y la evangelización "Jesús Soberano Señor".

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