Mensajes Cristianos
Los cristianos al ser hijos de Dios, estamos llamados a obedecer sus mandamientos. Nuestra conducta no puede cambiar al estar en el trabajo, estudio, hogar o en la Iglesia, sino mostrar una sola cara que es la que Jesús nos dio al aceptarlo como nuestro Señor y salvador.
Cuando menciono que nuestra conducta debe ser una sola es por ejemplo, con mis amigos, compañeros de trabajo o iglesia parezco ser una persona amable y en la casa no lo soy. No podemos ser “tibios” en nuestra conversión en Jesús.
Como seres humanos somos imperfectos y con lo que menciono no pretendo que sean perfectos, porque el único fue Jesús. Al inicio cuando comenzamos nuestro caminar en Cristo estamos en “Construcción” y poco a poco nos quitamos el ropaje de la vieja investidura.
En la palabra de Dios (2 Corintios 5:17) “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura {es}; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas”.
Como hijos de Dios trabajamos con el compromiso de hacer las cosas bien y mejor, no solamente por esperar un pago u obtener una recompensa, lo hacemos para Dios quien nos da la recompensa verdadera.
Cuando estudiamos lo hacemos para entender, no por la nota, para que lo apliquemos no solo para nuestro beneficio sino para el de los demás. Por ejemplo tu familia y seres queridos.
Como padres somos responsables de la vida de los hijos, no solamente de su educación, manutención, sino de acercarlos a El Señor, estar presentes. Trata a todos tus hijos con amor, sin discriminación.
Jóvenes Cristianos cuando tengas novio(a) no te fijes en las apariencias, como esta vestido (a), sus estudios. Cuidado! Para que no te des cuenta realmente quien es cuando estés casado (a), somete su fe a prueba.
Al nacer nuevamente en el Señor, mi éxito o prosperidad no depende de la ausencia de necesidades, la riqueza que nos ofrece nuestro Padre es eterna y no tiene que ver con las riquezas materiales.
A veces podemos decir esta persona o aquella Dios lo prospero, miremos mejor hermanos su prosperidad espiritual a que le da prioridad cuando tiene dinero, como trata los demás, ¿Está verdaderamente comprometido con el Señor?
Recapacitemos, reflexionemos, como ha sido tu conversación, adquiere compromisos con el Señor, porque la palabra de Dios debe entrarte directo a todo tu ser, no podemos fingir ser buenos. Porque Dios te conoce.
En la palabra de Dios en (Apocalipsis 3:14-16) “Escribe al ángel de la iglesia de La odicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano[a] de la creación de Dios: Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. Tú dices: “Yo soy rico; he llegado a tener muchas riquezas. No carezco de nada.” Pero no sabes que eres un desventurado, un miserable, y que estás pobre, ciego y desnudo”
El Señor en esta palabra dice no me engañes, la gente te admira por lo que tienes pero yo te conozco, se quién eres, conozco tus obras y no tienes mi bendición.
El Señor anhela que lo honremos! En todo momento y en todo lugar. Nada es un secreto para el Señor, Él todo lo sabe, todo lo ve (Salmos 139).
Jesús nos ama, no interesa lo que hayas hecho o como te hubieras comportado, aprecia todo lo que tienes. Este nuevo año es de Reforma y que sea el Señor mostrándote su voluntad.
Porque así lleves poco o mucho en Cristo, el Señor siempre nos muestra nuevos retos, algunos con un cambio en nuestro comportamiento, proceder, otros espirituales o todas juntas.
Somos sus hijos y Él es fiel con nosotros (Mateo 25:23), porque conoce nuestra intención y esfuerzo por agradarlo, “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto se fervoroso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:19)
Su amor es infinito y la única condición es que lo obedezcas.
¡Dios los bendiga!
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