Si eres niño estas invitado

Mensajes Cristianos

Textos clave: Mateo 18:3. Mateo 18:1-6, 19:13; Marcos 10:13-16; Lucas 18:15-17.

Objetivo: Dar a entender que los niños muchas veces son menospreciados, pero solo si somos como ellos tendremos acceso al reino de Dios.

INTRODUCCION

La niñez es una de las mejores etapas de la vida, es en ella donde vamos aprendiendo de las cosas y comenzamos a conocer el mundo. Es el tiempo en el que formamos el carácter y los fundamentos de nuestros principios y valores morales. Aun desde el vientre de su madre el niño comienza a aprender y a desarrollarse.

Todas las madres en momentos especiales, al hablar a sus hijos en el vientre pueden sentir la respuesta del feto con algún movimiento o patadita que se puede sentir si se coloca la mano sobre su barriga.

De los niños podemos aprender grandes enseñanza que Jesús valoró a tal punto de indicar que si no somos como ellos no podremos entrar en el reino de Dios (Mateo 18:3). Ellos son humildes, sinceros, no tienen prejuicios, están abiertos a aprender, están siempre alegres y disfrutan de la vida, tienen su corazón abierto a recibir a Dios.

Creo que todos podemos apreciar la característica de inocencia de los niños, es muy conocido el día catalogado como “el día de los inocentes” que es en conmemoración de la muerte de los niños menores de dos años en Belén luego del nacimiento de Jesús.

Todas esas características eran mejor estimadas para Jesús que la hipocresía de los mismos fariseos y religiosos que aparentaban y decían ser los mejores creyéndose más que los demás pero en verdad estaban en peor condición delante de Dios (Lucas 18:9-14). Por otro lado, el buen corazón de los niños los hace muy apreciados por Dios y dignos de entrar a su reino.

DESARROLLO

Los discípulos de Jesús tampoco tenían en mucha estima a los niños, los menospreciaban y no dejaban que se acercaran al maestro pensando que lo molestarían.

Reprensión de los discípulos a los niños (Marcos 10:13)

Los padres tenían la costumbre de llevar a los niños a los maestros o rabinos para que los bendijeran. La bendición de Jesús era muy apreciada para ellos y los llevaban a Él, pero los discípulos pensando que era de poca importancia rechazaron sus intentos de acercarse a Jesús.

Esto también puede ocurrir en la iglesia, que los adultos restrinjan el acceso de los niños o los reprendan sin sentido con la excusa de impedir el desorden apartándolos del maestro Jesús e incitando de manera indirecta a que aborrezcan la iglesia, eso no debe ocurrir.

Imagínate la emoción de las madres al llevar a sus hijos a Jesús y luego sean despreciadas y les manden a retirarse para no molestar al maestro, que frustración e indignación.

Reprensión de Jesús a los discípulos (Marcos 10:14)

Jesús escuchó y espero la reacción de los discípulos, luego corrigió la postura de ellos y les enseño lo que debían hacer. Debían ser como esos niños para poder entrar al reino de Dios, solo si eran como niños podían ser partícipes del cielo.

Debemos ser como niños (Mateo 18:1-6)

Si leemos estos versículos nos damos cuenta que Jesús no solo se queda en palabras, Él va más allá de eso, recibe a los niños, los engrandece, los toma en sus brazos, los pone en medio y los bendice y así sus padres eran consolados, fortalecidos y bendecidos.  Lo mismo ocurre ahora, el Señor espera que todos vayamos a sus brazos para bendecirnos y engrandecernos, pero tenemos que ser como niños, solo de ellos puede ser el reino de Dios.

Jesús nos acepta a todos sin hacer acepción de persona

Jesús también fue niño, me imagino que recordaba la enseñanza y el trato de sus padres con Él. Sabía que todos las personas eran valiosas, para Dios no hay acepción de persona (Hechos 10:34, Romanos 2:11) todos fuimos comprados por gran precio sin importar la raza, color, genero, cultura, condición social, entre otros.

La educación desde la niñez

El momento de enseñar a nuestros hijos es desde la niñez, aun en el vientre de la madre, y así esas enseñanzas perdurarán aun después de la vejez (Proverbios 22:6). Es un gran error de muchos padres querer enseñar a sus hijos después ya están grandes y no los corrigen cuando son pequeños con la excusa de que no entienden, sin embargo cuando quieren hacer algo ya es muy tarde y se lamentan. La bendición de Dios cae sobre los padres que llevan a sus hijos delante de Él.

Jesús el modelo a seguir

Siendo niño era un ejemplo a seguir, crecía en sabiduría y en gracia delante de Dios y delante de los hombres (Lucas 2:52). Su crecimiento era en todos los aspectos tanto físico, mental y espiritual. En Lucas 2:46-47, podemos apreciar su sabiduría, a los 12 años cuando fue llevado a Jerusalén y se perdió de sus padres, lo hallaron en el templo hablando con los doctores de la ley y se maravillaban de Él.

Lucas 2:48 Cuando llegaron sus padres  les dijo que le era necesario estar en los negocios de su Padre, refiriéndose a Dios, Jesús sabía su misión y estaba cumpliéndola. Nuestro principal oficio debería ser los negocios de nuestro padre Dios. En todo momento debemos cumplir la misión que el mismo Jesús nos dejó, debe ser nuestra prioridad mostrar su evangelio al mundo.

Mateo 7:28-29 En su ministerio sus palabras sobresalían por mucho a la de los demás maestros y escribas porque les hablaba con toda autoridad. Su vida fue de ejemplo, intachable y sin mancha. Sufrió las mismas pruebas que nosotros pero sin pecado (Hebreos 4:15). Él nos invita a que seamos puros, rectos, Santos, que seamos como Él, que sigamos su ejemplo (Juan 13:15). Nos enseñó con su vida lo que quiso decir cuando se refirió a que debemos ser como niños para ir al reino de Dios.

CONCLUSIÓN

Jesús el ejemplo perfecto de cómo debemos ser niños, jóvenes y adultos y si Él está en nuestras vida podremos tener las características que nos permitirán la entrada al reino celestial.

LLAMADO

Muy bien quiero preguntarle a todos los niños que se encuentran aquí ¿aman y aceptan a Cristo en su corazón? En general los niños siempre están listos a recibir a Cristo con gozo. Y aquellos que físicamente no son niños ¿quieren ser como ellos?

Les invito a que amemos a nuestros niños, que aprendamos más de ellos, que abramos nuestro corazón a Dios sin restricciones como lo hacen ellos. Dios nos hace la invitación de pertenecer a su reino pero recuerda que solo ¡si eres niño estas invitado!

ORACIÓN FINAL

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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