Mensajes Cristianos.. No vendas tu primogenitura

Mensajes Cristianos

Esta es una preciosa historia para meditar en ella, y sacar provecho para nuestra alma; (Génesis 25:19-26). La historia de dos hermanos, hijos de Isaac y Rebeca.

A través de estudios biblicos y mensajes cristianos aprendemos que era de cuarenta años Isaac cuando tomó por mujer a Rebeca, mas ella era estéril no podía darle hijos, y oró Isaac a Jehová quién lo oyó y respondió a su pedido, concibió Rebeca su mujer y los hijos luchaban dentro del vientre, consultó Rebeca a Jehová por lo que acontecía dentro de ella y Jehová le respondió: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será mas fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.

Cuando Rebeca fue a dar a luz, había gemelos en su vientre, salió el primero rubio y velludo y llamaron su nombre Esaú, luego salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años, cuando Rebeca dio a luz.

Teniendo una reseña de la historia; leamos la palabra en:

Génesis 25:27-34 “Y crecieron los niños, y Esaú era diestro en la caza, hombre de campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,  dijo a Jacob: Te ruego que me des de comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir ¿Para qué, púes, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob; júramelo en este día. Y él juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura” .

A través de estudios biblicos y mensajes cristianos aprendemos que Jacob y Esaú, eran hermanos totalmente diferentes uno del otro, con diferentes formas de pensar y de vivir; Jacob fue el hijo de Isaac de la promesa quién fue vinculado al pacto; fue elegido por decisión eterna de Dios; mas Esaú recibió la primogenitura por providencia.

Esaú era un hombre fuerte, robusto, activo, un hombre de mundo, de tareas rudas.

Las predicas cristianas y mensajes cristianos nos enseñan que Jacob era suave, delicado, tranquilo, enemigo de peleas y contiendas, era un hombre inteligente que obraba honestamente, el fue conociendo a Dios cada día de su vida, tenía experiencias y vivencias con su Padre celestial, conectado al cielo, poseía sabiduría e inteligencia de las cosas del alma y de la eternidad no ambicionaba al mundo, ni las cosas del mundo.

 Juan 2:15-17No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo, si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque todo lo que está en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre

Cuando Dios nos habla de amar al mundo, nos está diciendo que el amor y el apego al mundo es lo que a el le desagrada, porque dejan de amarle por complacer al mundo y por hacer de las cosas del mundo su prioridad.

Jacob piadosamente codició la herencia espiritual, los privilegios que eran dado a los primogénitos, la vida de Jacob fue una vida dura, de lucha y perseverancia por lo que amaba, sabía lo que quería, anhelaba las cosas por venir, creía en Dios, le amaba, le obedecía y peleaba por cada bendición hasta recibirla, sabía quién le había llamado, quién le prometió todas las bendiciones, sabía que el que le había escogido le acompañaría al cumplimiento del propósito en su vida.

Génesis 28: 12-15Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac, la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.

Veremos como Esaú vendió por un plato de lentejas su primogenitura.

A través de estudios biblicos y mensajes cristianos aprendemos que Esaú cansado y con hambre, volviendo del campo le pidió a su hermano Jacob comer del guiso de lentejas que había preparado; Jacob le ofreció el guiso con la condición que le vendiera su primogenitura.

Las predicas cristianas y mensajes cristianos nos enseñan que Esaú en su necedad le respondió ¿Para qué necesito la primogenitura? Y de esta forma entrego su herencia y las bendiciones por Dios dadas a todos los primogénitos.

La pregunta que nos haríamos sería: ¿Quién? Conociendo las bendiciones y todos lo privilegios de la heredad no solo aquí en la tierra, sino en los cielos puede rechazarla y menospreciarla para regalarla, ¡Nadie! ¿Verdad? Hay que estar muy extraviado para llegar hacer esto y menospreciar la legitimidad de una promesa.

En sentido figurado sabemos que el nombre de Jacob significa: “El que engaña” Desde el vientre de su madre Jacob lucho por la primogenitura; Dios ya lo tenía designado para cumplir su propósito, y su nombre fue cambiado por Israel que significa: “El que lucha con Dios” (Génesis 32: 27-28) .

Dónde está la locura de Esaú por cambiar su primogenitura por un plato de lentejas: Está en el desorden espiritual, en la falta de interés por Dios y las riquezas espirituales; y aún en su pecado no hubo muestras de arrepentimiento, aunque luego de mucho tiempo procuró con lágrimas su primogenitura.

Hebreos 12:16-17No sea que algún fornicario, o profano como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aún después, deseando heredad la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas”.

El hijo del pacto fue el galardonador por la fe, la obediencia y el amor a Dios, poseedor de todas las promesas eternas y receptor de todas las bendiciones del Padre.

Amados, todos de una u otra manera hemos sido atacados por el enemigo para sacarnos las promesas del corazón, para renunciar a los sueños dado por Dios, para dejar el lugar de privilegio donde Dios nos ha colocado.

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