Consecuencias del pecado – Parte I

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Consecuencias del pecado – Parte I

Introducción

Cuando el hombre anda en sus malos caminos, camina en pecado; sea en pensamientos, palabras, acciones; primeramente, el hombre no quiere reconocer sus pecados, luego trata de esconderlos, taparlos; y por último trata de justificarlos si son puestos en evidencia.

Isaías 30:1 “…¡Hay de los hijos que se apartan de mí, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado…”

Satanás es astuto para tratar las vidas que están en pecado, tiene la artillería pesada para usarla sobre aquellos que están en su mira, satanás no deja fácilmente la presa, sino que trabaja arduamente para engañarlos y tratar de mantenerlos bajo su dominio.

Las consecuencias del pecado

Muchas veces el hombre que sufre las consecuencias del pecado, dice: Dios tiene la culpa de lo que me pasa, también saben decir: Dios me castigó, y no se dan cuenta que Dios no es quién castiga, sino que la única razón de recibir mal, es por el propio pecado del hombre; Proverbios 5:22 “…Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado…”

Las leyes de tránsito están puestas para ser cumplidas, no para conocerlas solamente; cuantas veces vemos vidas que mueren o quedan postradas, por negligencia propia, o por las acciones de diferentes infracciones cometidas; sea por pasar el semáforo en rojo, o por andar en una velocidad mayor a lo establecido, o manejar alcoholizado o drogado, cuantas otras reglas de la ley, son quebradas por la imprudencia del hombre, y no es que Dios los castigue, sino que ellos mismos sufren las consecuencias de la transgresión de la ley. Así mismo acontece en lo espiritual, vidas que transgreden la ley, la palabra de Dios, sus consejos y ordenanzas, y no se dan cuenta que el pecado que cometen les lleva a la separación de la comunión con Dios, al fracaso y a la ruina espiritual.

De esto hablaremos en este mensaje de reflexión. Le invito abrir su Biblia en:.

Juan 8:34-36 “…Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquél que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en casa para siempre; el hijo si queda para siempre. Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres…”

Hay muchas clases de pecado, pero todos ellos nos separan de Dios, hoy no hablaremos del mundo, porque sabemos que el mundo está en las garras del enemigo, 1 Juan 5:19 “…Sabemos que somos hijos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno…”

En este mensaje quiero hablar al pueblo de Dios, que se ha sentado en la silla de la salvación, que está muy cómodo y quieto, creyendo que nada los puede arrastrar al pecado, quiero hablar y enfrentar al enemigo y sus estrategias, para que los ojos de los ciegos se abran, y los oídos de los sordos escuchen; y el Espíritu de Dios obre a través de la Palabra de Dios en las vidas que siendo libres, se están haciendo esclavos del pecado. ¿Por qué digo siendo libres?

Cada uno de los hijos de Dios, que hemos recibido Su gracia, al creer en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, hemos sido libres del pecado y de la muerte, debiendo mantener nuestra salvación en la presencia de Dios, en la comunión con el Padre y con nuestros hermanos de la fe, en la obediencia a su palabra; y todo esto se puede solo estando unido a Cristo, Él es el poder de salvación y vida eterna, lejos de Él nada puede el hombre hacer, ni nada puede obtener, Juan 15:5-6 “…Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden…”

La salvación hay que cuidarla con temor y temblor

Es muy clara la palabra de Dios, la salvación hay que cuidarla con temor y temblor, (Filipenses 2:12); no que andemos atemorizados, ni afligidos si estamos en su camino, si andamos tomados de la mano del Señor ¿A quién temeremos?, no hay temor en aquellos que queremos hacer la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos, que queremos agradarle con todo nuestro corazón, Dios es quién cuida de nuestras almas, Romanos 8:15 “…Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cuál clamamos: ¡Abba, Padre!…”

Satanás fue vencido en la cruz del calvario por el sacrificio de Jesús: La pregunta es: ¿Por qué, entonces el enemigo toma a los hijos de Dios para cautivarlos en el pecado? Isaías 59:2 “…Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír…”

Justamente es por esto; la división entre el hombre y Dios es por causa del pecado; el hombre lentamente va siendo cautivado, contaminado por el pecado, el enemigo conoce la debilidad del hombre, trabaja en esa debilidad para hacernos caer, el enemigo no descansa en su persecución, acecha al hombre como el león acecha a su presa.

Consecuencias del pecado

El enemigo sabe donde golpear a su presa, tiene la astucia para endulzarlo en su debilidad, pero Dios ha llamado a la iglesia para enfrentar al enemigo y no para dejarlo actuar sobre ella; Amén, diga bien fuerte para que lo escuche el enemigo de nuestras almas “…AMÉN” Gloria a Dios.

Mateo 16:18 “…Y yo también te digo, que tu eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella…” La iglesia del Señor Jesucristo tiene un papel importantísimo que cumplir a favor de las almas que están en peligro, vemos que hermanos que aparentemente están firmes, que tienen conocimiento de la palabra de Dios, que no faltan a las reuniones, que trabajan para el Señor, muchos de ellos están cautivos por el enemigo, ¿Por qué debe suceder esto en medio del pueblo de Dios?

Con gran dolor en el corazón podemos decir que esas vidas aún no han sido transformadas y cambiado sus corazones, vidas que todavía no quieren sepultar sus pecados, vidas que se esconden bajo una falsa apariencia, vidas que les gusta alimentarse de lo que le desagrada a Dios, pero Gloria a Dios, la solución a todo pecado no son las fuerzas humanas para desarraigarlo de los corazones, no son las buenas acciones para ser visto de los hombres, esto no vencerá al enemigo, no lo destruirá de nuestras vidas, lo único que lo debilita es la palabra de Dios, el poder del Espíritu de Dios y por la fe en el poderoso nombre de Jesucristo:

Colosenses 1:21-22 “…Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras , ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin manchas e irreprensibles delante de él…”

En Cristo tenemos la victoria

El Señor Jesucristo nos ha dado la victoria en su perfecto y eterno sacrificio en la cruz sobre el enemigo de nuestras almas, es tiempo de frenar su acción destructoras sobre nuestras vidas, es tiempo de enfrentarlo y no amedrentarnos por sus acechanzas y su persecución, si el Hijo de Dios lo dijo, lo cumplió, y ejecutó la derrota del enemigo en la cruz, es tiempo de vivir en la victoria que Cristo nos dio; esa victoria eterna nos pertenece a nosotros los hijos de Dios, solo que no podemos estar quietos, cuando Dios nos muestra que debemos levantarnos y batallar contra el enemigo y no darle tregua para que lleve acabo sus maquinaciones.

Tenemos que levantarnos, tenemos que tomarnos del poder de Dios, creer que en cada lucha que enfrentamos al enemigo ya está vencido, debemos mantener al enemigo bajo nuestros pies si Jesucristo es nuestro Señor y rey de nuestras vidas.

Si hemos nacido en Dios, somos más que vencedores, y el pecado no se podrá enseñorear sobre nuestras vidas, porque no vivimos en las tinieblas, sino que hemos pasado a su luz admirable, pues cerremos todas las puertas del pecado que puede introducirse en nuestro corazón para no ser engañados por satanás, miremos todo bajo la lupa de la poderosa palabra de Dios, y caminemos en su luz.

Conclusión

Alabemos con exclamación y adoración el sacrificio de Jesús por nuestras vidas y no hagamos vano su sacrificio divino; Hebreos 9:27-28 “…Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que en el esperan…”

En la siguiente reflexión seguiremos meditando sobre el tema y Dios nos dará algunos consejos conforme a su palabra que nos ayudarán a ser libertados del pecado. Que el Señor Dios Todopoderoso siga iluminando nuestro corazón y nos dé inteligencia espiritual para levantarnos como su iglesia amada, gloriosa y victoriosa. El Poder y las bendiciones del Padre Celestial sea derramada sobre su santa iglesia, Amén.

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Leer: Consecuencias del pecado – Parte II

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