Consecuencias del pecado – Parte II

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Consecuencias del pecado – Parte II

CONSECUENCIAS DEL PECADO: ENFRENTANDO AL ENEMIGO.

Como hemos estado viendo en la predica anterior, sobre las consecuencias del pecado; en esta reflexión seguiremos con el tema de una manera más profunda, de cómo enfrentar al enemigo de nuestras almas; Satanás y su ejercito del mal.

Tendremos primero que ver, quién lo enfrentó, quién desbarató sus planes de destrucción, quién lo destruyó no solo a él sino a todo su ejército, y sobre como lo venció, y para qué, y para quienes venció, y a quién le fue entregada la victoria.

El Vencedor único eterno, fue, es, y será por los siglos de los siglos, nuestro Salvador y Amo absoluto de nuestras almas, el Señor Jesucristo, Hijo de Dios, que le fue otorgado todo poder en los cielos y en la tierra, para seguir venciendo, Juan 16:33Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

Abra su Biblia en Efesios 6:10-11 y leemos juntos: “Por lo demás hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo”.

Primeramente vamos a describir ¿Quién es Satanás? Conforme a las escrituras Satanás era un ángel, originalmente creado como un “querubín” (Ezequiel 14:12-14); Allí en los cielos comenzó su oposición contra su creador, quiso ser igual a Dios, sentarse en el lugar de Dios y tomar el lugar de Dios, el orgullo de Satanás y su rebeldía lo condujo a su caída junto a los ángeles que le seguían, echándolo Dios de los cielos a la tierra.

Aunque fue echado de los cielos, Satanás todavía busca ocupar el lugar de Dios, se quiso convertir en gobernante de la tierra, hasta la llegada de Jesús nuestro Salvador, que en la cruz lo venció una vez y para siempre; Juan 12:31Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera”; pero todavía sigue engañando los corazones rebeldes e incrédulos, cegando el entendimiento para que no crean en la verdad del evangelio; 2 Corintios 4:4En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cuál es la imagen de Dios”. Satanás es el engañador de las almas, enemigo de Dios, calumniador, mentiroso y padre de mentira, falsificador, adversario, tentador.

Todo lo que hace Satanás es para oponerse a Dios, y ganar la adoración del mundo a través del pecado y la rebeldía; el hará cualquier cosa para oponerse a los planes de Dios. Ya su final está pronto, y él lo sabe, sabe que le queda poco tiempo y su fin es inminente, el lago de fuego es su morada eterna; es por esto que anda como león rugiente buscando a quién devorar, el vino para hurtar, y matar, y destruir; (Juan 10:10).

Ahora que sabemos quién es Satanás, y cuál es su fin, miremos en la poderosa palabra de Dios ¿Quiénes somos los hijos de Dios?: Los hijos de Dios somos todos aquellos que hemos sido llamados para salvación (Juan 1:12; Juan 3:16). Sabemos que no todos son hijos de Dios, porque no creen en el Unigénito Hijo de Dios.

Somos llamados hijos de Dios porque hemos pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, solo porque hemos creído en Jesús el Hijo de Dios (1 Pedro 2:9; 1 Tesalonicenses 5:5), y nos hemos arrepentido de nuestros pecados, hemos sido perdonados, limpiados y lavados por la sangre derramada de Jesús en la cruz del calvario (1 Juan 1:7; Apocalipsis 12:10); hoy siendo hijos de Dios tenemos la naturaleza real dentro de nosotros, Dios ha implantado en cada uno de nosotros su naturaleza Divina, Gálatas 2:20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí”.

¿Cuáles son nuestros privilegios?: Tenemos el Espíritu Santo, porque hemos recibido el Espíritu de la promesa dentro de nosotros, y si somos hijos también somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, (Gálatas 4:6-7; Romanos 8:16-17).

Dios nos ha asignado un reino y es el reino celestial, no solo en los cielos sino aquí en la tierra, tenemos privilegios que aún no hemos aprendido a usar, riquezas que Dios ha preparado para nosotros, Dios todo ha creado, ideado, y planeado para que sus hijos vivamos en victoria, bendecidos, prosperados, enriquecidos en todas las cosas para enriquecer a otros, (1 Corintios 1:5; 2 Corintios 9.11).

Pensar mis amados de Cristo que somos hijos de Dios, que nos ha hecho pueblo suyo, sacerdotes santos, somos sus siervos, amigos de Dios, nos ha hecho herederos y coherederos en Cristo, al creer en la identidad que tenemos en Cristo Jesús, pensamos en el lugar que ocupamos en el reino de Dios, ¡Gloria a Dios, Bendito sea el nombre de Dios! que nos hizo sentar en los lugares celestiales juntamente con Cristo Jesús, (Efesios 1:3-5), pensamos en el amor derramado en nuestro corazón por el mismo Espíritu de Dios, (Romanos 5:5) ¿Qué nos queda por hacer? más que glorificar su Nombre, amarle con todo nuestro corazón y nuestras vidas, alabarle, obedecerle, servirle, adorarle y esperarle hasta su próxima venida con nuestras vidas consagradas y rendida a su perfecta voluntad.

¿Qué poder actúa en nosotros?: No que sea nuestro poder, sino que fuimos investidos de Su poder (Salmo 29:11), Cristo derramó Su poder en nuestras vidas para que nosotros actuemos con Su Autoridad, en el poder de Su Nombre, en el poder de Su Palabra y Su Espíritu, Lucas 24:49He aquí yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investido de poder desde lo alto”.

En el poder de su Espíritu que actúa en nuestras vidas, podemos enfrentar al enemigo de nuestras almas, Cristo tuvo que enfrentar a Satanás en el desierto en el poder del Espíritu y en el Poder de la Palabra, Cristo siendo Dios mismo, hecho carne a semejanza nuestra tuvo que enfrentar la tentación, ¿Cómo? nosotros que somos hechos a su imagen y semejanza no sufriremos tentaciones y luchas, pero estamos seguros que nos dará Jesús el Hijo de Dios la salida en nuestras aflicciones y nos librará en nuestras tentaciones, nos dará el poder para resistir y permanecer firme contra las acechanzas del enemigo de nuestras almas Efesios 6:10-11Por lo demás hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo.” Cada una de nosotros somos guerreros espirituales de Dios

Dios nos ha dado armas espirituales para vencer en el poder del Espíritu, a toda fuerza del mal, derribar todas las fortalezas, y destruir toda artimaña del maligno, 2 Corintios 10:3-5Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo”.

Dios a través de su Espíritu nos capacita y nos prepara para enfrentar al enemigo, Dios nos envía al campo de batalla en el poder de Su Espíritu y con la convicción en nuestro corazón que la victoria fue ganada por su Hijo Jesucristo en la cruz del calvario y fue entregada a nosotros sus hijos escogidos para salvación.

Para enfrentar al enemigo tenemos que estar unidos a la fuente de poder, que es Jesucristo mismo, (Juan 15:5), sometidos a su gobierno y soberanía; sin sometimiento, santidad y obediencia ¿Cómo podremos enfrentar a Satanás y todo su ejército? No podremos ¿verdad? es por esto que la palabra de Dios nos dice: Santiago 4:7Someteos, pues a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.

El pecado, es una pared que se levanta entre Dios y nosotros, el pecado impide la comunión con nuestro Padre Celestial, el pecado abre una gran puerta en nuestras vidas para que Satanás se enseñoree de nosotros, el enemigo no se queda quieto siempre busca a los hijos de Dios para hacerlos caer, (1 Pedro 5:8), nuestra lucha es constante, no debemos darle lugar al enemigo en nuestras vidas.

Debemos luchar contra el pecado, cada día debemos poner la palabra de Dios en acción en nuestras vidas; no solo debemos conocer la palabra de Dios, debe estar arraigada en nuestro corazón y ser hacedores de ella, (Santiago 1:22) el pecado debe ser desarraigado de nuestras vidas si queremos agradar a Dios, y servirle con todo el poder del cielo que Él a derramado en nuestras vidas.

Debemos cubrir con la sangre de Cristo, no solo nuestro cuerpo mortal, sino nuestro cuerpo espiritual que es el que guerreará espiritualmente contra el poder de las tinieblas, 2 Corintios 7:1Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.

Somos más que vencedores en Cristo Jesús, (Romanos 8:37), Él nos hizo libre por su sacrificio en la cruz, porque la ley del Espíritu es la que nos ha librado del pecado y de la muerte (Romanos 8:1-2; Juan 8:32); nos hizo libres no para seguir atados al pasado, a la vieja vida, no para estar otra vez en pecado, el pecado no se puede enseñorear de nosotros, (1 Juan 5:18; Romanos 6:14).

Cristo nos dio poder, autoridad y dominio sobre el pecado y sobre toda fuerza del mal para vencerlos en el poder de su Palabra, en el Poder de Su Nombre, en el Poder de su Espíritu, (Colosenses 2:13-15).

Jesús nos envió para predicar el evangelio no con palabras, sino en la manifestación de Su Poder. Jesucristo envió a sus discípulos a predicar las buenas nuevas en Su Nombre, nombre que es sobre todo nombre, y les dio autoridad para echar fuera demonios, liberar las almas cautivas por Satanás, sanar toda enfermedad y dolencia; así mismo nos ha preparado a nosotros sus hijos para levantarnos en el poder de Su Espíritu y enfrentar al enemigo de nuestras almas para que no tome lugar en nuestras vidas, en nuestro hogar, en nuestra tierra; (Apocalipsis 12:10-11); No temamos, pues, ¡¡Cristo Venció!! Y la Victoria nuestra es, ¡¡ALELUYA!! Todo el poder en los cielos y en la tierra ha sido dado a nuestro Señor Jesucristo por todos los siglos, Amén.

  • Romanos 1:16-17Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquél que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
  • Mateo 10:1Entonces llamando a sus discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia”.

Dios nos ha dado Sus armas de poder, tomemos y vistámonos de toda la armadura de Dios, enfrentemos sin temor al enemigo de nuestras almas, Satanás y todo su ejército; Satanás sabe que fue vencido en la cruz del calvario por la sangre de Jesús, y que esa victoria, Jesús nos las entregó a nosotros, los hijos de Dios llenos del poder de su fuerza, de la unción de su Espíritu, y del conocimiento de su poderosa Palabra.

Nosotros fuimos llamados por Dios, por Su gracia divina nos ha escogido para ser sus guerreros espirituales aquí en la tierra, en el Nombre Poderoso de su Hijo Jesucristo. Gracias le damos a Dios nuestro Padre Celestial, que ha puesto sus ojos en nosotros siervos inútiles. Todo nuestro ser, nuestro corazón y nuestra alma se regocija en nuestro creador y nuestro salvador Jesucristo, le engrandecemos y glorificamos porque grandes cosas hará el Señor nuestro Dios con nuestras vidas. A Él sea toda la gloria, y honor, y honra y alabanza por todos los siglos, amén.

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