Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Texto bíblico: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2)
Lo que nos muestra el mundo no ayuda a nuestro crecimiento espiritual
Vivimos bombardeados por los medios de comunicación. Si pensamos cuánto tiempo dedicamos a la televisión, las redes sociales, el Internet, nos sorprenderíamos de las horas que gastamos en ello.
El celular se ha vuelto un objeto indispensable, del que no podemos separarnos. Nos informamos, nos entretenemos, nos comunicamos, todo lo hacemos a través de él. Hay algunos que incluso lo vuelven el objeto de su amor y afecto.
Esto es un despropósito, un desorden en lo que pensó Dios para nosotros. Fuimos hechos para darle gloria y estar a su servicio. Lo que hacen los medios de comunicación es distraernos de esta misión.
Como la mayoría de las cosas, lo importante es el uso que le damos. No tiene una maldad intrínseca. Podemos usar los medios de comunicación con mesura, y buscando a Dios en ellos. Debemos lograr que lo que llene nuestro pensamiento sean las cosas divinas, no las del mundo.
Esto debe nacer de nuestro interior. Del exterior sólo recibiremos lo que ofrece el mundo. Y el mundo no nos da nunca nada que nos haga crecer en el amor a Dios. (Juan 16:33).
La lucha contra la tentación está en el interior del hombre. Allí es donde se libra un combate entre lo que quiere Dios para nuestra vida y lo que nos ofrece el mundo. Si ganamos esta batalla, aunque vivamos inmersos en el mundo, no perteneceremos a él, sino a Dios.
Para que no nos domine el mundo, busquemos primero a Dios
Hay muchas cosas buenas en los medios de comunicación. Sólo que lo que más propaganda tiene, lo que más vende, lo inmediato, es lo que nos quiere llevar al pecado.
Está en nosotros tener la determinación y pedir la ayuda a Dios para no sucumbir a esta tentación. Debemos buscar lo que nos hace crecer espiritualmente. Y en los medios hay muchas herramientas que nos pueden ayudar a pensar y estar cerca del Señor.
Sólo tenemos que buscar con diligencia todo lo que se nos ofrece para la edificación. Existen miles y miles de páginas con sermones, prédicas, estudios bíblicos, mensajes cristianos, videos, juegos, aplicaciones, todos llenos de pensamientos de Dios.
Si nos dedicamos a consumir eso, y no lo que ofrece el mundo, tendremos más medios para resistir a la tentación. Estar en la presencia de Dios depende mucho de nuestra voluntad de buscarlo en las pequeñas cosas. Y de alimentar nuestro espíritu de todo lo bueno, rechazando lo malo. (2 Pedro 1:5-7)
La virtud no nace sola. Se alimenta de repetir actos buenos, que generan un hábito en nosotros. Desde que nuestros padres cometieron el pecado original, nuestra inclinación natural es al pecado. Para poder actuar de acuerdo a la voluntad de Dios, debemos luchar contra esta naturaleza herida.
Si pedimos a Dios la fuerza y la gracia, Él nos ayudará y nos dará la inspiración para encontrar los medios y resistir.
Usemos los medios, pero no los volvamos nuestro fin
Si muchos hombres de Dios intentan proclamar la palabra de Dios a través de los medios de comunicación, es porque son un elemento valioso en la evangelización. Si los sabemos usar, son un gran aliado para llegar a las personas a través del lenguaje y los medios que se usan actualmente.
Repetimos entonces que no tienen una maldad en sí mismos, sino que nosotros los utilizamos mal. Hacemos que lo que fue hecho como un medio, se vuelva el fin de la vida de muchos. Hay hermanos y no creyentes que han desarrollado un vicio con los medios y las redes sociales. Tienen una dependencia de lo que opinan los demás, lo que muestran, la apariencia.
Nosotros no debemos ser así, y debemos ayudar a los demás a que sigan el camino de Dios. (Proverbios 4:26).
Conclusión
Los medios de comunicación ofrecen cosas que nos alejan de Dios. Pero también hay mucho contenido que es inspirado y nos ayuda a crecer en el amor a Dios. Depende de nosotros cómo los utilizamos y qué consumimos.
En eso radica la diferencia entre alguien que busca a Dios constantemente y otro que sucumbe ante la tentación del mundo. Pidamos a Dios que nos ayude en esta lucha, y nos guíe para estar siempre en su camino. (1 Corintios 10:13).
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