Ser bondadosos es ser como Cristo

Mensajes Cristianos

Mensajes Cristianos Texto bíblico:Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (Efesios 4:32)

En estos tiempos de dificultad, la bondad nos librará del mal

Vivimos una desgracia mundial, y tenemos que ser como Cristo. No podemos ser ajenos a esta realidad. Hoy más que nunca estamos llamados a ser imitadores de Cristo. Porque el que imita al Señor, imita también su bondad y su disposición de ayudar al prójimo.

Debemos ser conscientes de que hemos sido redimidos de nuestros pecados mediante el sacrificio que hizo Jesús derramando su sangre. Hasta ese extremo llegó su amor por nosotros. Y del mismo modo tenemos que actuar, ser como Cristo, buscando el bien de nuestro hermano aunque nos cueste mucho sacrificio.

Este es un tiempo en el que la necesidad está en la puerta de nuestros hogares. Y si bien tenemos que cuidar mucho de nuestra salud y la de nuestros seres queridos, también tenemos que mirar el sufrimiento del prójimo. Quizás no haga falta mucho, con una palabra de aliento o un gesto de amor podríamos hacer más llevadero este momento. Si nos encontramos rodeados del mal, lo debemos vencer con el bien, actuando como Dios quiere. (Romanos 12:21)

Si hemos madurado espiritualmente, no buscaremos en primer lugar nuestro bienestar. Sino que miraremos al hermano en su debilidad y lo socorreremos, porque intentaremos obrar como Jesús lo hubiera hecho en nuestro lugar. Esto no significa que seamos como Dios, sino que intentamos que su Reino se haga presente en esta vida con nuestra colaboración.

Haciendo el bien, tendremos todo lo necesario

No debemos temer que en medio de estas dificultades Dios deje de proveernos de lo que necesitamos. Él sabe lo que nos hace falta antes de que se lo pidamos. Por eso, tenemos que crecer en la confianza en la providencia divina.

Allí encontraremos la fuerza para no desfallecer en medio de tanta angustia. Si hacemos el bien, si nos ocupamos de la obra de Dios, Él se ocupará de que nada nos falte a nosotros (2 Corintios 9:8).

Nos puede parecer que estamos en medio de la necesidad, pero si Dios no nos lo da, es porque en su infinita sabiduría ve que no nos conviene. Que tengamos la ilusión de que algo lo necesitamos realmente, no significa que convenga para nuestra salvación.

En este sentido, es como nos comportamos como padres. No le damos todo lo que nos piden nuestros hijos, porque sabemos que de esa manera no los estamos educando. Si obtuviéramos todo lo que se nos ocurre, seríamos muy caprichosos y no aceptaríamos un no por respuesta.

Del mismo modo, Dios no nos hará faltar lo necesario, sino que nos educará para que seamos fuertes y entregados a su amor. Debemos ser resignados y aceptar su voluntad, mientras que no dejamos de hacer el bien al prójimo. La confianza en Dios será nuestro apoyo y la recompensa de la vida eterna será nuestra esperanza (Salmo 37:3).

Tenemos que progresar cada día en el bien

Esta oportunidad que tenemos de hacer el bien hay que aprovecharla. Debemos mostrar a los que nos rodean que la fe nos da alegría y fuerza para sobrellevar la adversidad. Todos los días podemos ejercitarnos en la práctica del bien, buscando que nuestros hermanos vean en nosotros reflejos del amor de Dios.

Lo primero que pensamos cuando estamos en dificultades es la manera de estar mejor. Pero como cristianos nuestra prioridad debe ser que no se pierda ninguna alma y todos nos salvemos. Para eso, debe ser patente que lo que nos mueve es el amor de Dios y nuestra ansia de progresar en el bien. (2 Pedro 1:5-7)

 Conclusión

En estos tiempos tan difíciles, la bondad es lo que nos salvará del mal que nos rodea. Si buscamos a Dios y queremos seguirlo, tenemos que obrar como Él lo hizo en su vida en la Tierra.

Por esto, el deber de todo cristiano es ayudar a su prójimo, con todo el sacrificio que ello implica. Puede que corramos algún riesgo, pero Dios no dejará que nos falte nada de lo que necesitamos.

Tenemos que cimentarnos en la confianza en Dios. Si confiamos en su providencia, tendremos el apoyo que necesitamos para poder ayudar a los demás sin desfallecer.

Cuando hagamos esto, nuestras obras serán vistas por los que nos rodean, y por ellas se acercarán a Dios que nos las inspira. Si llevamos las almas a Dios, nuestra recompensa superará todo sacrificio que hayamos hecho (Mateo 5:15-16).

© Renzo Garcia. Todos los derechos reservados.

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