Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Texto Biblico: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58)
Estar al servicio y vivir al servicio
Desgraciadamente, muchos cristianos viven su fe como si fuera algo que se realiza hacia el exterior. Actúan de cristianos, y no son cristianos. Por eso, dicen que están al servicio de Dios y de los hermanos. Pero la verdad es que debemos vivir dispuestos al servicio y entregando nuestra existencia a Dios.
Si durante el día tenemos que realizar un esfuerzo para actuar como cristianos, se debe a que no nace de nuestro corazón. Estamos con una máscara puesta, para mostrar a los demás que somos buenos. En realidad, lo que deben ver los demás es que vivimos al servicio de Dios sin importarnos lo que piensan los demás. (Josué 22:5)
Es distinto ponernos al servicio que vivir en actitud de servicio. El ponernos al servicio puede tener su origen incluso en la soberbia. Queremos que los demás alaben lo serviciales que somos. De esta manera, perdemos el mérito, porque la finalidad es la alabanza de los hombres y no el amor a Dios.
No podemos servir a dos señores
El mundo nos esclaviza. Busca que dependamos de lo que nos ofrece y brinda. De esta manera tiene nuestro espíritu atado y no lo deja unirse a Dios. Si luchamos con tezón y no escuchamos sus tentaciones, podremos mantenernos en el servicio a Dios. De lo contrario lo abandonaremos, porque el mundo es más tentador.
Sólo si tenemos la convicción de que el Señor es a quien queremos servir, podremos mantenernos en su senda. De lo contrario tendremos el corazón dividido, y eso significa que dejaremos de seguirlo. Porque no se puede servir a Dios y al mundo, porque a uno aborreceremos y al otro lo amaremos. (Mateo 6:24)
Debemos buscar a Dios sobre todas las cosas, y servirlo en todo momento de nuestra existencia. Esto significa, que todo lo que escuchamos en la Palabra de Dios, tenemos que ponerlo en práctica. Servirlo es alabarlo con nuestra vida, vivida de acuerdo a su ley y enseñanzas.
Si servimos al mundo, no lo haremos voluntariamente. Será a través de engaños, haciéndonos creer que somos libres. Cuando en realidad lo que ocurre es que entregamos la potestad de nuestro espíritu al pecado.
Servir a Dios no esclaviza, libera
La libertad que posee el ser humano no significa libertinaje. El libertinaje es una deformación, es entender que podemos hacer lo que se nos venga en gana sin importar las consecuencias. La verdadera libertad no es así, es responsable de sus actos y asume las consecuencias.
Por eso, la libertad es para el bien, para obrar como Dios quiere. De lo contrario, dejaríamos de ser libres y estaríamos cayendo en la esclavitud del pecado. El que peca, pierde su libertad. El que sirve a Dios, es más libre que cualquier persona, porque nada ata al espíritu que está unido a Él. (1 Pedro 2:16)
No tenemos que envidiar a los que muestran a todos que son independientes y hacen su propia ley. Es un engaño, en realidad son esclavos de sus pasiones. Los dominan los placeres, la avaricia, la codicia, la soberbia, el egoísmo. No son nuestros modelos. Nosotros seguimos a Cristo, que fue obediente al Padre hasta la muerte y surgió glorioso en la Resurrección.
Conclusión
Tenemos que vivir en el servicio a Dios. Esto es distinto a simplemente ponernos a su servicio. Porque la primera es una actitud que abarca toda la vida del creyente, es total. En cambio, la segunda es tomar la vida de la fe y de servicio a los hermanos como un trabajo externo a nuestro ser.
Nosotros somos discípulos de Cristo, que no vino a hacer su voluntad sino la del Padre. Del mismo modo, nosotros debemos vivir en la obediencia a la Palabra de Dios, no a la del mundo. El servicio a Dios implica que rechacemos todo lo que el mundo quiera ofrecernos como bueno para nuestra libertad. (Mateo 20:28)
En algunas ocasiones querrán convencernos de que servir a Dios es ser esclavo. En realidad, cuando se vive de acuerdo al mundo, es cuando perdemos nuestra libertad. Porque pasamos a ser gobernados por nuestras pasiones y por el hombre viejo.
© Renzo Garcia. Todos los derechos reservados.