¿Por qué es mejor ser humilde que orgulloso?

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: El orgullo, ¿Por qué es mejor ser humilde que orgulloso?

Mensajes Cristianos Texto Bíblico:Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.Salmos 138:6 (RVR1960)

Introducción

¿Alguna vez ha sido usted humillado y pisoteado por alguna persona? Pudo haber sido su jefe, algún profesor o alguien que quizás por tener más dinero que usted se creía superior. Pero,  ¿qué opinión tienes de esa persona? ¿Te gusta personalidad de ella? por supuesto que no.

Bien claro dice un viejo dicho: “al orgulloso ni siquiera los orgullosos le quieren”.

Por eso, vamos analizar a lo largo de este mensaje lo importante que es evitar el orgullo y las consecuencias que trae dicha actitud.

El orgullo y el orgulloso

El orgulloso es el tipo de persona que mira los demás por encima del hombro. Los mira con desprecio o los trata de rebajar, de humillar, y de pisotear en público o en privado. Esto de por sí le genera problemas y rencor de parte de los demás.

Pero a los orgullosos no les importa eso. Son capaces de humillar inclusive a su pareja o a algún pariente, a alguien que trabaja con ellos, o a la modesta señora que trabaja limpiando la casa, también al jardinero, etc.

Además, el altanero es capaz de hablar y de criticar a cualquier persona. Y por más que los amigos le señalen los puntos positivos de la persona a la que critica, el orgulloso siempre va a estar buscándole el lado negativo y diciendo. “Bueno, puede ser verdad que tenga puntos positivos pero le falta esto, le falta lo otro, tiene tal defecto”.

El orgullo te ciega

Esto pasa porque en su orgullo es incapaz de ver los puntos positivos de los demás. Esta actitud hace que se crea mejor, y hasta  superior. O crea que tiene más oportunidades, y más derechos de recibir privilegios o de tener éxito en la vida.

Lamentablemente, algunos cristianos caen en este error, y piensan que ellos están salvados, y miran con desprecio al prójimo. Incluso menosprecian  a otro hermano de la iglesia, porque en su orgullo juzgan y piensan que ese hermanito o hermanita al que menosprecian, no se salvará.

Por lo tanto, no nos asombramos de que nadie quiera pasar tiempo con una persona orgullosa o creída. Muchos  incluso le eviten, y no es raro ver que alguien orgulloso tenga muy pocos amigos si es que acaso tiene. La gran mayoría de las veces esos pocos amigos mantienen la amistad solo por el interés de lo que puedan recibir de esa persona. Pero no porque en realidad quieran al orgulloso.

Esa es una de las tantas consecuencias, y otra  adicional es que el orgulloso no está bien visto desde el punto de vista de Dios. Puesto que esa actitud está en absoluta contraposición a Su santa voluntad.

Las personas aman a los que son humildes

No es raro que el humilde sea una persona muy querida por los demás. Que sea muy apreciada y valorada, debido a que es una persona que está dispuesta a ayudar a los demás. Dispuesta a escucharlos,  y se pone en el lugar de otros. Es una persona servicial y por mucho dinero que tenga, o quizás mucha belleza, sabe que esas son cosas banales. Así que no se concentra en eso, sino que se concentra en amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo, lo que al final le hace ser una persona muy feliz.

Veamos por otro lado, cómo una persona que era muy orgullosa y altanera se volvió humilde.  Y analicemos los maravillosos resultados que obtuvo por cambiar su actitud. Es un caso que se encuentra registrado en la Biblia.

El general jefe del ejército de Siria; Naamán

Esta persona era el general jefe del ejército de Siria y su nombre era Naamán. Él era un hombre con muchas responsabilidades. Además, tenía muchísimo dinero, y tenía grandes privilegios. Naamán estaba directamente al servicio del rey. Pero a pesar del dinero, de los lujos y de los privilegios que tenía, no era feliz. No era feliz porque tenía un gran problema; él estaba enfermo de lepra.

En su búsqueda de una cura, Naamán escuchó a una niña israelita que vivía en su casa. Esta niña tuvo el valor de predicarle. Ella le dijo que había un profeta de Dios llamado Eliseo en Samaria que le podía ayudar. Por consiguiente, Naamán se alistó y fue a ver al profeta Eliseo con un séquito de servidores en su carruaje.

El orgullo de Naamán

Naamán pensaba que iba recibir atención en persona de parte del profeta Eliseo. Pero por el contrario, el profeta le envió a un servidor en calidad de mensajero para que le dijera que fuera al río Jordán y se sumergieras siete veces.

Esto  ofendió en sumo grado a Naamán, porque era un hombre muy orgulloso, y hasta dijo que él  se imaginó que el profeta saldría atenderlo. También se preguntaba ¿por qué? el profeta de Dios lo mandó a bañarse en el río Jordán, ya que su país habían buenos ríos también.

Los servidores de Naamán

Afortunadamente, Naamán tenía un grupo de servidores que lo estimaban mucho, y lo veían como un padre. Ellos se acercaron a él, y le dijeron que reconsiderara su actitud, porque  el profeta no le estaba pidiendo nada complicado. Y si lo hubiese hecho,  lo más seguro es que Naamán lo hubiera llevado a cabo ¿verdad? Esta pregunta hizo reflexionar a Naamán.

Sus servidores  también le dijeron que como el profeta le había pedido solamente sumergirse siete veces en el río Jordán ¿por qué no intentarlo? Estas palabras amorosas de parte de sus servidores hicieron que Naamán cambiara su actitud, dejara el orgullo a un lado y se sumergiera en el río Jordán.

La biblia nos dice que cuando se sumergió la séptima vez; al salir, ya tenía la piel totalmente sana e incluso se le veía como la piel de un niño. La lepra había desaparecido. Esto demuestra lo importante que es evitar el orgullo.  A partir de ese momento, Naamán comenzó a servir a Dios. Puedes leer con más detalles esta maravillosa historia en 2 Reyes capítulo 5.

Conclusión

Cómo hemos aprendido, el orgullo es algo muy desagradable. Y en vez de generar amigos, lo que hace es que las personas se alejen de nosotros. Pero cuando hay un cambio de actitud, cuando somos personas humildes, entonces vemos la bendición de Dios en nuestras vidas. Y nos sentimos más felices porque vemos que los demás nos perciben como personas más agradables y comienzan a tratarnos con cariño, lo cual es beneficioso. Además es un beneficio mutuo.

No pensemos que una persona orgullosa no tiene la esperanza de cambiar, de poder ser una persona humilde, y así también recibir las bendiciones de nuestro amado Dios.

Tengamos muy presente el ejemplo de humildad de Jesucristo, que estuvo dispuesto a lavarle los pies a los apóstoles, siendo esta una tarea destinada a los sirvientes. Y por supuesto, recordemos estas palabras del Señor en el Salmo 138:6  “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos”.

© Raimundo Linares. Todos los derechos reservados.

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Raimundo Linares
Siervo de Jesucristo y amante de la palabra de Dios. Me gusta redactar prédicas cristianas para la gloria de Dios. Saludos y bendiciones desde Caracas, Venezuela.

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