¿Eres fariseo o un publicano?

Mensajes Cristianos

Mensajes Cristianos Predica de Hoy: ¿Eres fariseo o un publicano?

Mensaje Cristiano Texto Biblico: Lucas 18:10-14

Introducción

Quiero hablar acerca de la pregunta que millones de personas se hacen a diario: ¿Qué debo hacer yo para cambiar?

Durante toda mi vida (nací en el evangelio) he escuchado de múltiples predicadores decir: ¡es imposible tener un encuentro con el Señor Jesús y seguir siendo la misma persona!. Éste pasaje bíblico que Jesús expresa a través de una parábola demuestra todo lo contrario.

Es decir; sí es posible que una persona tenga un encuentro con la misma presencia de Dios y salir de allí siendo la misma persona. El joven rico tuvo un encuentro con Jesús cara a cara y después se regresó a su casa siendo la misma persona. (Mateo 19:16).

Es perfectamente posible porque le pasó al fariseo también. A diario podemos darnos cuenta a ver hermanos y hermanas que tienen años de años en la iglesia y siguen siendo los mismos que eran hace 10 o 20 años atrás. O más cercano aún, es una pregunta que yo mismo me he hecho hacia mí mismo.

¿Cómo puede ser que yo diga que vengo a un encuentro con Dios y sigo siendo la misma persona?
Ahora bien volviendo a la pregunta principal, ¿Qué hago para cambiar? ¿Qué determina el cambio?. En esta parábola el cambio lo determina las personas involucradas en éste pasaje, es decir; el fariseo y el publicano.

Al escuchar la palabra fariseo, todos nosotros nos predisponemos al saber que ellos eran religiosos, y fueron enemigos de Jesús; pero déjeme decirle que para las personas a quién Jesucristo les dice ésta parábola, los fariseos en ése tiempo eran personas muy respetadas y con una moral muy alta, eran personas de ejemplo dedicadas a las cosas sagradas de Dios a través del estudio de todo lo santo hasta cierto punto.

Eran esos hombres que estaban orando día y noche. Y el publicano era la persona más odiada en aquellos tiempos. Es decir; una persona respetada y la otra la más rechazada.

Al leer el pasaje nos damos cuenta que el fariseo oraba consigo mismo (verso 11) y dice consigo mismo porque su intención nunca fue que Dios escuchará su oración, el oraba para satisfacerse a sí mismo, a su ego.

El modelo del corazón del fariseo revela el corazón de muchos de nosotros hoy en día.

Ellos ponían su esperanza de cambio interno en prácticas externas. Es decir, todo dependía de lo que hacían. En Colosenses 2:20-23 Pablo les advierte del orgullo de los hebreos en su religión y exhortándolos que eso al final no tenía ningún valor con los deseos de la carne.

Porque muchos se alejan del mundo y no se dan cuenta que el mundo lo llevan dentro de su corazón, tal cual como el corazón de un fariseo.

También ellos se establecen como un modelo a seguir, y se comparan con los demás (verso 11) y se creen superiores. El corazón de un fariseo se envanece por los logros que ha hecho, y se cree mejor… su valor es por lo que se cree que es, soy mejor porque tengo dinero, porque soy blanco o negro, porque soy de tal país, porque soy profesional, porque canto o tocó algún instrumento mejor que tú, etc… detrás del deseo de estarse comparando con los otros hay un corazón enfermo.

Ellos tenían una imagen falsa y distorsionada de Dios. Ya que utilizaban su religión para oprimir el intimidar a los demás, en vez de liberarlos. Ellos buscaban complacer a Dios a través de las cosas que hacían, porque veían a Dios como un juez vigilando quien cumplía con la ley y quien no. ¿Te parece familiar ésta práctica religiosa?

Nosotros no podemos adorar a un Dios si no lo conocemos. El estar yendo toda la vida a una iglesia no es garantía de conocer a Dios, porque a Dios se le conoce a través del Espíritu Santo cuando le abrimos el corazón completamente. Porque muchas veces creemos conocer lo que no conocemos, y por eso no podemos adorar a Dios en libertad.

Si Ud. quiere saber quién es Dios, Ud. tiene que abrir su corazón y pedirle que se le revele.

Necesitamos ir al autor de la biblia y pedirle que su palabra se nos revele a nuestra vida, y que no se nos quede solamente como conocimiento en la mente, sino; que se haga vida en nuestro corazón.

Los fariseos se preocupan por su apariencia externa y descuidan si vida espiritual interna. En (Mateo 23:25-28). Jesús hablo claramente a todos ellos y aún a nosotros hoy en día. Todos hemos sido fariseos completamente en algún momento de nuestra vida.

Ese amor por tener siempre una buena imagen delante de los demás, pero ese descuido tremendo en nuestro interior, en nuestra vida espiritual.

Basta con que alguien nos confronte de parte de Dios, para que salga a relucir nuestra realidad interna de fariseo y nos revelemos porque según nosotros estamos bien.

En el Antiguo Testamento vemos la historia del patriarca Jacob, vemos que desde niño fue un niño habilidoso, tramposo, mentiroso,etc… él vivió huyendo de su hermano muchos años, y aunque le fue bien dónde estaba, tarde o temprano le llegó su momento de cambiar.

Vemos el pasaje cuando su hermano le manda un mensaje diciendo nos veremos en tal lugar. (Génesis 32:6). Dios usa a su propio hermano para confrontarlo. Tarde o temprano te vas a encontrar en el mismo lugar del fariseo y el publicano, y lo que hagas va a determinar el cambio en ti.

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Pedro Blanco
Mi familia y yo aceptamos a Cristo como nuestro rey y salvador hace más de 20 años. Fui ministro en mi iglesia local por 15 años. Es mi oración que el material que publique te sirva de bendición.

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