Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Medicina para el alma
Mensajes Cristianos Lectura Bíblica de Hoy: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” 1 Pedro 1:22-24
Introducción
Esta semana tuve la oportunidad de orar por una persona que tenía un problema de salud. Terminando la oración, dirigida por el Espíritu Santo pedía a Dios que restaurara el alma de esa persona, y que ella confiara en Él, lo cual no comprendía en el momento, pero el Espíritu Santo me enseño y coloco en mí la necesidad de compartirlo.
Vamos a leer la palabra de Dios de Hoy: Marcos 5:25-34
Seguramente ya habrá leído antes este pasaje, la mujer que ya hacía mucho tiempo con flujo de sangre, ni los médicos la habían sanado. Ella oyó de Jesús y decidió ir a donde estaba Él, tocando su manto con Fe, imagínese el escenario, mucha gente rodeaba a Jesús, mas ella en esa condición se atrevió movida en fe a acercarse a Él entre la multitud.
En el antiguo testamento hay un pasaje que quiero compartir. Las mujeres cuando estaban en sus días eran declaradas inmundas, por lo que cuando estaban en esa condición debían alejarse pues todo cuanto tocaban era contaminado.
Más para ser limpias totalmente al terminar su periodo menstrual debían esperar 7 días. Y por si fuera poco debían llevar a un sacerdote dos tórtolas para que él las ofreciera al Señor como ofrenda de pecado y holocausto, y así ser libre de su impureza, (Levítico 15:19–33).
No dejo de pensar en la situación de esa mujer. Si hubiesen notado su presencia tal vez la habrían echo salir del lugar, y ella pudo pensar que si tocaba a Jesús él también la podría rechazar. Pero como había oído de Él tuvo Fe, y tenía la certeza de que con solo tocar el borde de su manto sería sana y así Fue.
¿Qué le dijo Jesús a la mujer?
Aunque había mucha gente en el lugar, Jesús supo que la mujer tocó su manto. Ella temerosa se acercó y le contó todo, más Él no la rechazo, ni la condenó, Él le dijo en Marcos 5:34:
“Hija, tu Fe te ha sanado, vete en paz y queda sana de tu aflicción.”
Esa mujer desde el momento que oyó el rumor de Jesús y decidió creer en Él, entró en un proceso de restauración. Más cuando tocó a Jesús renació completamente, ya no era una mujer inmunda. Por su Fe y confianza en Jesús fue libre completamente. No hubo necesidad de esperar 7 días para ser libre de su inmundicia, porque Jesús a esa misma hora y en ese lugar le dio libertad.
¿Qué es la Fe?
Hebreos 11:1-3
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
La mujer no sabía lo que le podía suceder si se acercaba, pero ella había oído de Jesús y tuvo Fe en Él.
En su carta a los Romanos el apóstol Pablo continuaba con la enseñanza de la Fe y en ello planteaba que la fe venía por el oír y el oír por la palabra de Dios. (Romanos 10:17)
Si usted está pasando por un momento difícil, o tiene inconvenientes de salud y no encuentra la solución, esta palabra es para usted; no importa lo que los médicos le hayan dicho, no se preocupe si todo se ve peor, si usted deposita su Confianza en el Señor y está dispuesto a tomar la medicina espiritual que Dios le ofrece, será restaurado totalmente.
¿Qué debe hacer?
Basándome en el versículo principal de este mensaje que es 1 Pedro 22:24, usted se debe someter en obediencia a la palabra de Dios, el Espíritu Santo lo guiará, medite en la palabra de Dios, para que pueda ser renovado, y comprenda que su vida es muy valiosa para Él, quien tiene el deseo de darle una vida nueva, pero usted debe buscarle con un corazón arrepentido y con una FE genuina.
“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” Isaías 58:11
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