Mi dolor tiene propósito en Dios

Mensajes Cristianos… Predicas Cristianas

Filipenses 1:12-21

En ocasiones pensamos que las cosas que en nuestra vida ocurren terminarán por darnos un fin que no esperábamos, es decir un indeseable final. El fracaso, la soledad, pobreza, la ruina y en el peor de los casos la muerte.

Isaías 55:8-9 nos enseñan que hay una diferencia muy grande entre los pensamientos de Dios y los nuestros y en efecto. “…Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos…”

Y Pablo nos da un ejemplo precioso en los versículos 12 y 13 de nuestra lectura bíblica. “…Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, 13 de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás…”

Nos enseña que las cosas que Dios permite en nuestra vida y que pareciera que son cosas terriblemente malas no lo son tanto.

Sí, están llenas de emociones y sentimientos que nos perturban, que nos incomodan, pero están cargadas del propósito de Dios. Probablemente son vivencias que nos llenan de vergüenza y dolor. De deshonra, delante de los hombres. Pero que a los ojos de Dios son herramientas para Sanar, para librar y, para romper toda obra del Diablo en la vida de otros que mediante nuestro dolor y padecimiento serán alcanzados en la gracia de nuestro Señor Jesucristo, cuando vean que somos preservados en el amor y el favor de nuestro Dios a pesar de esta aparente vida de lagrimas.

Cuando nosotros damos testimonio de Dios no con nuestras palabras, sino con nuestras vidas otros son alentados a buscar el propósito de Dios en sus vidas, cuando hacemos esto glorificamos a nuestro Dios y ayudamos a otros a crecer en él.

“…Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor…” (vers. 14)

Por supuesto que Satanás no se quedará con los brazos cruzados, pero si nosotros estamos dispuestos a creer en Dios a pesar de todo lo que podamos ver venir en contra de nosotros, el Señor nos honrará de una manera especial. Esto lo describe Pablo en los versículos del 15 al 18:

“…Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. 16 Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17 pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún…”

¿Qué quiso decir Pablo en este breve fragmento de la palabra?, que no importa quién, como, cuando, donde, con qué, seamos atacados, los ataques no prosperarán, sino que por el contrario nos ayudarán a cumplir con la encomienda que tenemos.

Ahora, puede surgir una pregunta en medio de nosotros, ¿Sólo los otros se benefician de mis padecimientos?, no, la porción mas hermosa le toca al que sufre el padecimiento, ya que al cumplir nosotros con el propósito de él, también somos recompensados.

19 Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

¿A qué se refiere Pablo con esto? A que Cristo se refleja en nosotros cuando cumplimos el propósito de Dios. La frase para mi el vivir es Cristo, significa que el carácter , la autoridad, la humildad, el amor, y el anhelo de servir al Padre, esta presente, viviendo realmente en mi ser.

¿Por qué la frase el morir es ganancia? Porque entre su ser natural y Dios solo hay algo que hace división y es la clase de vida que tenemos, o en algunos casos teníamos, solo al morir a la vida en la que éramos nosotros mismos los amos y señores, podremos adoptar la vida del propósito de Dios para nosotros a través del Señor Jesucristo.

© 2012, Carlos A Pérez

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