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Mensajes Cristianos – Predicas Cristianas
«a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados». (Romanos 3:25)
El pasaje que vamos a estudiar hoy nos trae un gran reto, que es el de comprender lo que pasó realmente en la Cruz. Pidamos al Espíritu Santo, que sea nuestro orientador en una verdad tan maravillosa y reveladora para nuestro crecimiento espiritual.
El hombre fue creado para vivir en una comunión perfecta con Dios, sin embargo, a causa de su caída, el pecado lo separó de Su Creador.
Al entrar el pecado en Adán, la humanidad toda se contaminaría con el pecado, tal y como ocurrió, todos los sucesores de Adán y de Eva (es decir, toda la humanidad) fue contagiada con el pecado.
«por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23)
Lo que estaba ocurriendo era que toda la humanidad había pecado contra Dios y estábamos destituidos de Su Gloria, y como la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23); nuestro destino inexorable era morir. Es decir, Dios es justo y su justicia se iba a materializar en la muerte del mundo, porque todos habían pecado. Estábamos atrapados en la muerte, porque Dios no se contradice y Su ley justa se cumpliría.
El versículo que estudiamos hoy, nos dice que Dios puso a Jesús como «propiciación» ¿qué significa la palabra «propiciación»? Esta palabra proviene del griego hilasterion, que significa «lo que expía o propicia».
¿Qué expiaría Jesús? Nuestros pecados; ¿cómo lo hizo? En la Cruz con su sangre.
He aquí uno de los mayores misterios es que el mayor acto de ira de Dios y el mayor acto de amor de Dios ocurrieron al mismo tiempo. Dios puso a Jesús como una pared intermedia entre Él y el hombre, para lanzar su ira contra el pecado, porque alguien tenía que morir, y fue Jesús muerto, pero ese acto se fundamentó en el inmenso amor que nos tiene.
¿Es paradójico?
Bajo ningún concepto. Nuestro Amado Dios se hizo hombre para ser humillado y muerto a causa de nuestros pecados, sin embargo, como es justo, el pecado tendría que traer una muerte, y Él decidió poner a Su Hijo Jesús en tan grave, duro y cruel sufrimiento, por amor a nosotros.
Esto quiere decir, que los que teníamos estar colgados en esa Cruz éramos usted y yo, sufriendo, padeciendo, recibiendo los látigos, el dolor; pero Dios nos amó tanto que dio a su Hijo Jesús para que removiera esa ira y la aplacara, para que así, nosotros tuviésemos vida y vida eterna.
Esa propiciación fue «por medio de la fe en su sangre» esto significa que hasta que usted no crea en la obra redentora de Jesús por medio de la fe, esa propiciación no es efectiva en su vida, aun cuando Cristo murió por todos.
«…a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados»
Dios decidió pasar por alto nuestros pecados con una inmensa paciencia, y para ello, decidió manifestar Su justicia con Jesús. Sin embargo, no olvidemos que somos justificados por la fe, por eso, la fe que tenemos en Cristo es fundamental para nuestra vida. Como Pablo lo escribió:
Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1)
Nunca podríamos hacer algo lo suficientemente bueno como para alcanzar la salvación, ya que no se alcanza la salvación por medio de las obras, sino a través de la fe en Jesús, y en el inmenso y único sacrificio de Jesús en la Cruz.
© Flor Karina Zambrano. Todos los derechos reservados.
