Nunca estamos solos

Mensajes Cristianos – Devocionales Cristianos

En este mensaje quiero hablarles de la soledad en el siglo de la conectividad, una paradoja propia de estos tiempos donde estamos tan cerca de todo, a un click de distancia del mundo entero, pero inmensamente solos porque nos falta conocer el amor de Dios.

Las historias de mis amigos me duelen en el alma, más por su desconocimiento de la Palabra de Dios que por lo duras que resultan ser, en el último año he conocido 7 nuevos amigos buenos partidos como diría mi abuela, de diversas edades y profesiones, estables económicamente y solos, terriblemente solos, con hermosas casas o apartamentos que ellos mismos cuidan porque ni mascota tienen.

Cuando caí en la cuenta que estas personas tenían en común primero su amistad conmigo y segundo una voluntaria soledad, me di a la tarea de preguntarles ¿por qué estaban solos?, las respuestas fueron diversas, sin embargo todos coincidían en que un día cualquiera por diversas razones sus familias se disolvieron: divorcio, muerte, cambio de domicilio, etc. fueron las causas primeras de su soledad, luego la dificultad por acomodarse a una nueva pareja, el miedo a fracasar, a sufrir el dolor de una nueva perdida entre otras muchas justificaciones, los arrinconaron hacia la soledad voluntaria porque “prefiero estar solo que mal acompañado”.

Pero su soledad les dolía, los agobiaba, porque todos absolutamente todos, aunque creían en Dios, desconocían su poderosa Palabra: “…No es bueno que el hombre esté solo…” [1].

La soledad aunque sea voluntaria genera miedo, angustia, preocupación, porque ¿quién nos puede ayudar cuando estamos enfermos?, ¿con quién podemos compartir las pequeñas o grandes victorias del día a día?; de la vida moderna ha emergido este nuevo estilo de vida y muchos no saben cómo lidiar con él, pero la infinita sabiduría de Dios nos recuerda en Josué 1: 9Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.

No importan las circunstancias, si nos aferramos a su Palabra Dios siempre cumple sus promesas; en una ocasión escuche este pequeño cuento: “el miedo tocó a la puerta, la confianza abrió y no había nadie”, el miedo siempre nos acecha, pero la confianza en el cumplimiento de las promesas de Dios hace que desaparezca.

Por eso cada vez que nuestra mente nos lleve hacia pensamientos de temor porque estamos solo, nos conduzca hacia los caminos de la adicción para acompañar la soledad, debemos repetirnos a nosotros mismos una y otra vez: yo sé que donde quiera que yo vaya mi Dios me acompaña, porque esta poderosa confesión nos llenará de fuerza y valentía por cualquier valle de sombra de muerte.

Dios no duerme, no tiene vacaciones, sus promesas son de permanente cumplimiento y están al alcance nuestro, yo te invito a que memorices este versículo y lo declares todos los días a toda hora hasta que todo tu ser experimente la compañía de Dios, su amorosa presencia, guía y protección.

[1] Génesis 2:18

© Jaqueline Duque. Todos los derechos reservados.

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Jaqueline Duque

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