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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Sin egoísmo
Introducción
El egoísmo es algo de mal gusto y cuando nos liberamos de él, hacemos una vida mucho más feliz. “Sin egoísmo, vivo yo” decía aquel bolero que cantaba el popular cantante cubano Orlando Contreras, y terminaba diciendo: “Y soy feliz”.
Sin egoísmo
Los egos, prefijos que se le colocan a algunos términos son, en general, nocivos a las personas, al final de cuentas. Entre los más conocidos tenemos:
El egocentrismo, que es una extremada exaltación por la propia personalidad, considerándola centro de todo.
Los que padecen ésta, cuando sienten que el papel principal lo está liderando otra persona, sufren una gran frustración provocada por la envidia que emana de su ego, y en la mayoría de los casos terminan enfermándose.
La egolatría, que es un amor tan excesivo por sí mismo, y cae en el culto y adoración a su propia persona.
Estas personas sienten un gran desprecio por los demás y en el peor de los casos, son atacados por la envidia que los hace dañadores y dañados.
El egotismo, que es el afán desmedido de hablar de sí mismo, afirmando su propia personalidad. Estos, aunque no tan perjudiciales a los demás como los anteriores; pero tienden a ser dejados a un lado por su aburrida conversación y pedantería.
Cuando la persona egotista es un líder, suele causarle daño a los que le rodean, esencialmente si se trata de un líder espiritual.
Ahora bien, el egoísmo es, a mi juicio, el más perjudicial y bajo. Los que lo padecen, sienten un amor tan ridículo por ellos mismos que llegan a subordinar los intereses ajenos al suyo propio.
La compasión y la piedad son palabras vacías para ellos, teniendo un marcado significado la vanidad, y presuponen tener felicidad por los bienes terrenos que poseen; pero en el fondo, la envidia, ambición y animadversión no dejan que esta bendición cristiana entre en ellos.
Las enseñanzas altruistas del evangelio de Jesucristo nos deja ver, sin lugar a dudas, que el egoísmo hace que nuestro espíritu marche paralelo al de Dios sin que estos se encuentren en algún momento.
Si queremos que nuestro espíritu sea tocado por el de Dios, debemos apartarnos radicalmente del egoísmo, aun del poquito que imperceptiblemente se oculta en lo más recóndito de nuestro ser.
La tarea de romper nuestro YO para dejar actuar a plenitud en nosotros el espíritu de Dios, no es fácil ni se logra por nuestras propias fuerzas; pero sí se puede cuando dejamos de ser de nosotros para ser enteramente de Dios. ¿Y quieren que les cuente algo?.
Las bendiciones vienen de sobremanera cuando se adopta esta posición. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
No permita que el egoísmo juegue un papel protagónico en su vida, ni siquiera uno secundario.
Las más relajantes cosas que nos son añadidas en esta vida terrenal, son la paz y la felicidad que sólo nos puede dar Jesucristo para que vivamos sin egoísmo, cuando le aceptamos como nuestro Señor. Si usted no lo ha hecho, hágalo que él le dará estas cosas y más aun, el precioso regalo de la vida eterna.
© Antonio J. Fernandez. Todos los derechos reservados.
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