Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Seguir a Cristo
Tema: El Costo de Seguir a Cristo: Compromiso Total y Sin Reservas
Introducción
Hermanos y hermanas, hoy venimos a meditar en un pasaje que nos desafía profundamente sobre lo que significa seguir verdaderamente a Cristo. En un mundo donde el compromiso parece ser opcional y donde las prioridades a menudo se basan en nuestros deseos personales, Jesús nos recuerda que seguirle requiere más que buenas intenciones. Nos llama a un compromiso total y sin reservas.
La sociedad en la que vivimos nos ofrece muchas distracciones. Constantemente nos encontramos ante decisiones que ponen a prueba nuestra fe. Pero Jesús no nos llama a una vida cómoda; Él nos llama a una vida de sacrificio, una vida que demanda ponerlo a Él por encima de todo.
Hoy, vamos a reflexionar sobre el costo de seguir a Cristo, usando las palabras de nuestro Señor en Lucas 9:57-62. Este pasaje nos recuerda que el llamado de Jesús no es para aquellos que quieren seguirle con condiciones, sino para aquellos que están dispuestos a entregarlo todo por Él. Preguntémonos: ¿Estamos verdaderamente comprometidos a seguir a Cristo, sin mirar atrás?
Hoy vamos a analizar un pasaje que nos desafiará a evaluar nuestro compromiso con Cristo.
Abramos nuestras Biblias en Lucas 9:57-62.
“Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”
Contexto histórico y perspectiva moderna
Como siempre digo, para tener una mejor comprensión del mensaje que Dios tiene para nosotros hoy, necesitamos hacer una breve revisión de la historia.
En los tiempos de Jesús, ser su seguidor implicaba dejar atrás no solo las comodidades, sino también la seguridad de la vida cotidiana. Los discípulos de Cristo vivían en un mundo donde ser cristiano a menudo significaba persecución, rechazo y hasta la posibilidad de perder la vida. Jesús, quien no tenía un lugar fijo donde vivir, nos muestra en este pasaje que seguirlo significa dejar de lado las seguridades terrenales.
Hoy en día, aunque las circunstancias son diferentes, el desafío sigue siendo el mismo. El mundo moderno nos ofrece tantas distracciones y comodidades que fácilmente pueden ocupar el primer lugar en nuestras vidas. Jesús nos llama a decidir si realmente estamos dispuestos a dejarlo todo por Él.
Teniendo en cuenta estas cosas, continuemos ahora con nuestro estudio bíblico de hoy.
I. Seguir a Cristo Requiere Sacrificio
El primer hombre que se acerca a Jesús le dice con entusiasmo: “Señor, te seguiré adondequiera que vayas”. Pero Jesús responde con una declaración que revela la realidad del discipulado:
“Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” (Lucas 9:58).
a) El sacrificio de la comodidad:
Preguntémonos: ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra comodidad por el Señor? En nuestra sociedad, muchos buscan estabilidad, seguridad y comodidad. Pero Jesús nos dice claramente que seguirle no garantiza una vida cómoda. El llamado de Jesús es radical, porque nos pide que pongamos nuestra confianza no en las cosas materiales, sino en Él.
b) El sacrificio de los deseos personales:
Seguir a Cristo también implica sacrificar nuestros deseos personales. Muchas veces, queremos seguir a Jesús, pero con nuestras propias condiciones. Sin embargo, Él nos llama a renunciar a todo aquello que nos impida seguirlo plenamente. Como dice en Mateo 16:24:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
Después de entender el costo del sacrificio, debemos preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a hacer ese compromiso total? El siguiente punto nos muestra que no basta con desear seguir a Jesús; debemos estar dispuestos a dejarlo todo por Él.
II. Seguir a Cristo Requiere Prioridades Claras
En el siguiente pasaje, Jesús llama a otro hombre a seguirle, pero este hombre pone una condición: quiere primero ir y enterrar a su padre. La respuesta de Jesús puede parecer dura:
“Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.” (Lucas 9:60).
a) Las prioridades del reino de Dios:
Jesús nos enseña aquí que seguirle significa que el reino de Dios debe ser nuestra máxima prioridad. Nada, ni siquiera nuestras responsabilidades más básicas, debe interponerse entre nosotros y nuestro llamado a servir a Dios. Esto no significa que descuidemos nuestras responsabilidades familiares, pero sí que entendamos que el llamado de Dios está por encima de todo.
b) El peligro de las excusas:
Preguntémonos: ¿Cuántas veces hemos puesto excusas para no seguir plenamente a Cristo? A menudo decimos: “Sí, Señor, te seguiré, pero primero debo resolver mis propios asuntos.” Estas excusas pueden parecer razonables, pero revelan que nuestro compromiso con Jesús no es completo.
Una vez que hemos establecido nuestras prioridades, debemos estar dispuestos a seguir a Jesús sin reservas. El siguiente punto nos muestra que mirar atrás no es una opción para aquellos que desean seguirle verdaderamente.
III. Seguir a Cristo Requiere No Mirar Atrás
En el último versículo de este pasaje, otro hombre le dice a Jesús que le seguirá, pero primero quiere despedirse de su familia. Jesús responde con una advertencia clara:
“Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” (Lucas 9:62).
a) La importancia de la decisión firme:
Jesús nos dice que, una vez que decidimos seguirle, no podemos mirar atrás. El agricultor que pone su mano en el arado debe concentrarse en su tarea para trazar una línea recta. Si se distrae mirando hacia atrás, su trabajo será defectuoso. De la misma manera, no podemos seguir a Cristo si estamos constantemente mirando atrás a nuestras antiguas vidas.
b) El peligro de la nostalgia espiritual:
A veces, miramos hacia atrás con nostalgia, recordando los días antes de conocer a Cristo, o las cosas que hemos dejado atrás por seguirle. Pero esto puede ser una trampa que nos impida avanzar en nuestro caminar con Dios. Como dice Filipenses 3:13-14:
“Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Ya hemos visto lo que implica seguir a Cristo. Ahora, preguntemos: ¿cómo podemos aplicar estas verdades en nuestras vidas diarias?
Aplicación:
Un Compromiso Diario con Cristo
Seguir a Jesús no es una decisión que se toma una sola vez. Es un compromiso diario que exige que sacrifiquemos nuestras comodidades, nuestras prioridades personales y nuestras distracciones.
a. Sacrificar nuestras comodidades:
Preguntémonos: ¿Qué áreas de nuestra vida estamos priorizando sobre nuestra relación con Cristo? ¿Estamos más preocupados por nuestra comodidad que por nuestra fe? Debemos estar dispuestos a renunciar a lo que sea necesario para seguir al Señor con todo nuestro corazón.
b. Poner el reino de Dios primero:
Jesús nos llama a poner el reino de Dios por encima de todo. No debemos permitir que nuestras preocupaciones terrenales nos distraigan del llamado que Dios ha puesto en nuestras vidas. Como leemos en Mateo 6:33:
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
c. No mirar atrás:
Seguir a Cristo significa avanzar sin mirar atrás. No podemos permitir que el pasado nos detenga o nos distraiga de nuestro propósito en Cristo. Cada día debemos renovar nuestro compromiso de seguirle con todo nuestro ser.
Conclusión
Un Llamado a Seguir a Cristo Sin Reservas
Hermanos y hermanas, hoy hemos visto que seguir a Cristo no es algo que podamos hacer a medias. Nuestro Señor nos llama a un compromiso total, sin reservas ni condiciones. Él nos advierte que el discipulado requiere sacrificio, prioridades claras y una entrega sin mirar atrás.
Preguntémonos: ¿Estamos verdaderamente comprometidos a seguir a Cristo sin reservas? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestras comodidades, a poner el reino de Dios como nuestra prioridad absoluta y a avanzar sin mirar atrás? Estas no son decisiones fáciles, pero son las únicas que nos llevarán a una vida plena en Cristo.
Jesús nunca prometió que seguirle sería fácil, pero sí nos aseguró que valdría la pena. En Mateo 10:39, nos dice:
“El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”
Hoy, el Señor nos llama a tomar una decisión firme. No basta con seguir a Jesús de manera superficial o condicional. Él nos invita a rendir nuestras vidas por completo, a seguirle con todo nuestro ser, sabiendo que el camino puede ser difícil, pero la recompensa es eterna.
Hoy es el día de tomar una decisión. No te permitas seguir a Cristo solo de palabra, sino también de acción. Deja atrás las excusas, las distracciones y los miedos. Entrégate completamente a Él, confiando en que Su voluntad es perfecta y en que Él te guiará en cada paso del camino. Que el reino de Dios sea tu prioridad, y que el llamado de Cristo te impulse a seguirle con todo tu corazón, mente y alma.
Este mensaje es un desafío a cada uno de nosotros. Que no sea un mensaje que simplemente escuchemos, sino uno que transforme nuestras vidas. Que el Señor nos conceda la gracia de seguirle con total entrega y sin mirar atrás.
© Marco A. Hernández. Todos los derechos reservados.