Tus finanzas

Predicas Cristianas

Ofrecer asesoramiento financiero basado en la Biblia llega a ser algo artesanal, no porque sea algo nuevo o que la gente no sepa qué es, sino que los creyentes van acumulando deudas sin tener un plan financiero responsable y se están arruinando a causa de los intereses; ¿eres de estos?, entonces presta atención.

“Alborota su casa el codicioso…” Proverbios 15:27, dice Salomón, y muchos cristianos piensan: ¿Para qué esperar y ahorrar si la tarjeta de crédito me permite disfrutar lo que quiero hoy?, y terminamos comprando cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a personas que no tienen interés en nosotros.

Y como el interés que pagamos por las tarjetas de crédito es alto, en vez de recoger una cosecha de semillas que hemos plantado, terminamos debiendo dos espigas por cada dos semillas prestadas; cuando tus gastos exceden tus ingresos, los costos de mantenimiento terminan siendo tu perdición; por eso, Pablo dijo:

“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” Romanos 13:7-8.

Te has preguntado alguna vez cómo convertirte en la persona que en realidad quieres ser?, pues aunque lo intentaste con todas tus fuerzas fracasaste.

El problema es que somos prisioneros de nuestros hábitos, hábitos que nos encadenan en el calabozo de los deseos carnales.

La verdad es que sin la ayuda de Dios, todos somos prisioneros y cautivos de la naturaleza pecaminosa y caída, por lo que aunque queramos cambiar, separados de Dios no tenemos el poder para hacerlo; pero ese don debe ser aceptado individualmente y hacerlo efectivo al decidir reconocer a Jesús como Salvador, lo que nos proporciona un nuevo poder para vivir en el siglo XXI.

Leamos la Palabra de Dios en Proverbios 14:23-24 “En toda labor hay fruto; Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. Las riquezas de los sabios son su corona; Pero la insensatez de los necios es infatuación”.

Como dije en el principio, es irresponsable comprar cosas que no necesitamos y que no te podemos permitirnos cuando tenemos pagos pendientes y nada para el futuro; la libertad para decidir tu destino económico está determinada por lo que debes, no por lo que ganas, por lo tanto, debes definir tu estilo de vida teniendo en cuenta tus ingresos y no los que te gustaría tener.

Y si obtienes un aumento de ingresos no gastes más de forma automática, y usa lo nuevo con sabiduría y sin que no se te suba a la cabeza, “examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda” Proverbios 4:26-27, si tienes semillas extras, siémbralas para recoger futuras cosechas, pues “el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” 2 Corintios 9:6.

Recordemos que “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17, pero “¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” Jeremías 13:23, no, no puedo cambiarme a mí mismo, sin el poder de Jesús soy impotente.

Recién cuando una persona se entrega totalmente a Dios, el Espíritu Santo toma posesión de su vida y la persona se convierte en un nuevo ser bajo el control de una naturaleza completamente nueva; al recibir a Cristo, recibe el poder para vivir financieramente de victoria en victoria pues el Espíritu Santo escribe los principios de la Palabra en sus corazones, y la mayor evidencia de que Cristo habita en nuestros corazones es una vida transformada en la cual la carne ha sido crucificada al rendir nuestra voluntad a Cristo.

Pero es nuestra responsabilidad el estar dispuestos a hacer todo lo que el Señor nos pida, y lo hacemos con el amor a Dios como motivador de la obediencia ya que “a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12, donde recibir a Cristo es recibir Su poder para la victoria.

La manera más segura de manejar tus finanzas es siendo obediente a la Palabra, pruébalo, te sorprenderá ver la evolución de tu dinero mensualmente si tienes en cuenta lo que le pertenece al Señor, “traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” Malaquías 3:10, pero debes hacerlo con alegría pues Dios ama al dador alegre.

También esfuérzate por pagar todas las obligaciones y quítate la mentalidad de pagar solamente el mínimo de la tarjeta de crédito, de lo contrario acabarás gastando mucho más; también paga tus deudas pendientes aunque durante un tiempo tengas que privarte de algunas cosas.

Y tengamos en cuenta que mientras más bendiciones hayamos recibido de Dios, más responsabilidad nos pedirá del uso de ellas, por eso “hay quien todo el día codicia; Pero el justo da, y no detiene su mano” Proverbios 21:26, y aunque puedas tener menos para dar que otro, todos estamos llamados a mostrar la misma generosidad y el mismo sacrificio, por lo que “hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado” Proverbios 11:24-25.

Es que el éxito financiero no depende de cuánto ganamos, sino en cómo manejamos lo que Dios nos ha confiado, pues conoce en detalle las circunstancias de cada uno, y nos prometió que jamás nos abandonará; solo nos pide que confiemos en Él y no en nuestros criterios, tomando decisiones sabias conforme a Su guía.

José tenía todos los requisitos para ser un fracasado, pero Dios los volvió victoria, y esto porque “lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” Lucas 18:27, y el único que tiene control de las soluciones es el Señor, “y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” Romanos 8:28, y la mentalidad de perseverar, a pesar de lo negativo de las circunstancias, es la que debemos adoptar.

Pero eso requiere una transformación en la manera de pensar, dejando atrás la mentalidad de consumismo que nos dice: Quiero eso y es ahora, pues las necesidades y los deseos no son lo mismo, y el Señor espera que seamos buenos administradores de sus riquezas, y no esclavos de lo que gastamos sin saber a dónde va nuestro dinero gastado sin medida ni control.

Muchos hemos cometido errores, pero como recomiendan en finanzas, nunca es tarde para corregir las faltas, lo importante es reconocer el error, arrepentirse de la desobediencia, y ser obediente en adelante para ser buenos mayordomos de lo que tenemos, de manera que si quieres lograr grandes cosas, imita a los que las han obtenido.

Como claves del cambio de nuestras finanzas debemos considerar el cambio en la mentalidad, es uno de los retos más grandes que existen para vencer el mito de la pobreza, y para esto, en “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” Filipenses 4:8, y esto nos debe llevar a la educación financiera cristiana, a leer la Biblia y libros que enriquezcan el conocimiento de Dios y sus principios económicos.

Luego debemos pasar a la acción, pues sin acción de nada sirven los conocimientos ya que la economía cristiana es un ochenta por ciento de comportamiento y veinte por ciento de conocimiento, y esto se logra con disciplina pues la pobreza es una creencia del corazón, no es estar sin dinero, ya que sabemos que la provisión sólo viene de Dios y que Él hará lo necesario conforme a nuestra obediencia, trayéndonos como resultado paz y liberación financiera.

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas” Lucas 12:22-31.

Solo despréndete del afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas que es la avaricia “porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Lucas 12:15; despréndete del afán excesivo de riquezas, que es la codicia, pues “estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra” Marcos 4:18-19; y despréndete del dolor por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, que es la envidia, pues “el corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos” Proverbios 14:30.

© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.

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Luis Alberto Coria
Mi nombre es Luis Alberto Coria, estoy casado con Nora Griselda Correa y tenemos cuatro hijos. Soy un fiel seguidor de la palabra de Dios.

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