Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Discípulo del Señor
Predicas Cristianas Texto Bíblico: Mateo 16:24
Introducción
Con frecuencia los cristianos dan lugar a un alejamiento casi total de la práctica de la fe porque están más comprometidos con sus propias cosas y deseos que con el Señor, y es necesario tomar con seriedad este hecho y llevar a cabo una atención mayor sobre nuestra vida espiritual.
Si queremos que nuestras familias continúen en su proceso de fe debemos mostrarles expresiones de fe y nuestro compromiso cristiano, pues en los verdaderos creyentes la fe se traduce en actitudes, ya que de lo contrario queda sin fecundar y no hace crecer a la persona para llevarles a la madurez, que es el compromiso de ser en verdad discípulos del Señor.
Para comenzar el sermón de hoy les voy a contar un cuento: Un discípulo fue a donde estaba su pastor y le dijo: Pastor, quiero encontrar a Dios; el pastor, como hacía mucho calor sonrió, e invitó al joven a bañarse en el río.
Cuando el joven se zambulló, el pastor lo alcanzó y lo tuvo por la fuerza debajo del agua por unos instantes hasta que lo dejó volver a la superficie; después le pregunta qué había deseado más mientras estaba debajo del agua, el aire, respondió.
¿Y deseas a Dios de la misma manera?, le preguntó, pues si lo deseas así, lo encontrarás, pero si no tienes esta sed ardiente, de nada te servirán tus esfuerzos y tus conocimientos; no se puede encontrar ni la fe ni a Dios si no lo deseas como el aire para respirar.
Leamos la Palabra de Dios
Mateo 4:18-22 “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”.
I. Discípulo del Señor
Ser discípulo es lo verdaderamente más importante en la vida, es a lo que no se le puede poner pretexto y dejar para más tarde; hay que comprometer todo a Jesús y responder al momento a su llamado como lo hicieron los discípulos a la orilla del lago, quienes “dejando al instante las redes, le siguieron” Mateo 4:20.
No es fácil ser discípulo del Señor, y por eso es que encontramos casos donde los llamados no lo aceptan, y en otros casos los discípulos se retiran, abandonando el camino, pero a pesar de todo, el Señor respeta la libertad de cada uno para seguirle o dejar pasar su llamada.
Dios llama, y tú eliges hacer caso de la llamada o renunciar a ella, pero Jesús siempre seguirá esperando que decidas ser su discípulo pues quiere discípulos que lo sigan con gusto y libremente para aprender sus enseñanzas y que después las den a conocer a los demás proclamando que el reino de Dios está cerca.
I. La fidelidad del discípulo
La fidelidad de los creyentes es una condición fundamental para anunciar el evangelio y para la misión de la iglesia; la realidad es que ser discípulo de Cristo puede costamos todo lo que somos o tenemos.
El llamamiento no permite demoras, y la respuesta debe ser decidida, inmediata, e incondicional, cuando Jesús llama, la respuesta debe ser “al instante”; y la decisión se expresa a través de la renuncia al yo, como el Señor dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” Marcos 8:34.
La cruz, es interpretada de distintas formas, según cada uno, pero la cosa se complica cuando el Señor nos dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” Lucas 9:23; es que algo sucede en nuestras vidas cuando tomamos la cruz, y pasa porque salimos victoriosos de la guerra más importante, la mantenida con Satanás, con el pecado y la muerte quienes fueron vencidos en la cruz, instrumento de muerte que se convirtió en instrumento vida eterna.