¿Cómo ser un buen siervo de Cristo?

Predicas cristianas

Base bíblica: 1 Timoteo 4:6-12

Introducción.

Sin ninguna duda, una de las personas más prominentes en la Biblia es el Apóstol Pablo. Después de su encuentro con Jesús, su vida cambio drásticamente convirtiéndose en uno de los pilares de la iglesia,  y luego de su muerte, sus epístolas son estudiadas por creyentes en todo el mundo.

Pero el Apóstol Pablo no pudo llevar las Buenas Nuevas por todo el mundo conocido por sí solo, debido a que era una tarea sumamente compleja. Por tal razón, tuvo ciertos compañeros y ayudantes que le sirvieron de apoyo durante distintas épocas de su ministerio. En esta predicación queremos hacer énfasis en Timoteo.

El Apóstol Pablo conoce a Timoteo alrededor del año 50 d.C. (Hechos 16). Los creyentes de Listra e Iconio tenían un buen concepto de Timoteo, y es poco probable que Pablo quisiera llevar a un adolescente a la tarea de misionero. Después de viajar con Pablo por numerosos lugares durante varios años, el apóstol Pablo lo deja encargado en Efeso (1 Timoteo 1:3).

Algunos historiadores y teólogos suponen que el apóstol Pablo le escribe esta carta a Timoteo alrededor del año 64 a.C., cuando Timoteo ha pasado los treinta y cinco años de edad.

Muchos predicadores, al hablar de Timoteo, le caracterizan como alguien joven, pero lo cierto es que Timoteo no era tan joven. Quizás se le consideraba algo joven para el llamado pastoral que ejercía,  pero sin ninguna duda, todos los consejos que Pablo le da a Timoteo son aplicables tanto para jóvenes como para los no tan jóvenes. En esta predicación se titula: ¿cómo ser un buen siervo de Cristo?, y está basada en una serie de indicaciones que el Apóstol Pablo le da a Timoteo.

En 1 Timoteo 4:7 encontramos el primer consejo que es:

1. No pierdas el tiempo.

Si Pablo le aconsejaba a Timoteo que no perdiera el tiempo en aquel entonces, no quiero imaginarme que nos aconsejaría a nosotros en la actualidad. Resulta increíble la facilidad con que nosotros perdemos el tiempo.

Sin ninguna duda, estamos en la era de las distracciones, y de los problemas de concentración. Hoy en día, hay tantas formas de derrochar el tiempo que el menú es muy amplio.

Si hablamos de la televisión, cada día aparecen más películas, más programas, más series, más eventos deportivos televisados, y más espectáculos, que consumen nuestro tiempo. Hace unos años, por lo menos existía la limitante de que podías ver solo lo que estaban transmitiendo en ese momento en la televisión, y debías ajustarte a la programación. Ahora con las nuevas plataformas como Netflix, puedes pasar todo el día viendo en la televisión lo que quieras ver, en el momento que quieras verlo.

Si tocamos el tema del internet, podemos pasar horas inmersos en Youtube, Facebook, Instagram y Twitter, y cuanta red social se invente, sin darnos cuenta de todo el tiempo que estamos desperdiciando allí, hasta que es demasiado tarde.

El uso de los Smartphone también nos invita a malgastar el tiempo. Prácticamente vivimos pegados a los teléfonos móviles para revisar redes sociales, correos electrónicos, y un sin fin de cosas que van quitando tiempo de calidad a otras actividades que lo valen. El uso de aplicaciones como Whatsapp o Telegram, cada día se tornan más populares y esclavizantes, consumiendo el tiempo libre que nos queda.

El día que se escribe esta predicación, han transcurrido solo tres semanas del 2019. Sería sabio preguntarnos: ¿qué hemos hecho con nuestro tiempo?, porque si queremos ser buenos siervos de Cristo, necesitamos dejar de perder el tiempo.

El tiempo es un recurso más de los que Dios nos ha dado y como todos los recursos, espera que los aprovechemos al máximo, que le saquemos todo el provecho posible sencillamente porque la vida es como neblina (Santiago 4:14), hoy estamos aquí, pero quizás mañana no.

En sus carta a los efesios, el apóstol Pablo recomienda lo siguiente en Efesios 5:15-16Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Utilicemos bien nuestro tiempo. La mejor forma de utilizar nuestro tiempo, es construir una bitácora de todo lo que hacemos en el día. Ahí podremos ver en cuales actividades se nos está escapando el tiempo.

¿Está mal ver televisión?, ¿está mal meterme en internet?, ¿está mal dormir?, por supuesto que no. El asunto es organizar nuestras agendas para ver qué tiempo le podemos dedicar a cada actividad, y que no se nos olvide lo más importante que es nuestra comunión con Dios (Mateo 6:33).

Hay muchas formas buenas de invertir el tiempo: leer un libro, ver programas cristianos, escuchar música cristiana, predicar a través de las redes sociales, pero recordemos que un buen siervo de Cristo no pierde su tiempo.

En 1 Timoteo 4:7-8 encontramos el segundo consejo para ser un buen siervo de Cristo que es:

2. Entrénate en obedecer a Dios.

Si queremos ejercitarnos para vivir de forma piadosa, lo principal que debemos hacer es obedecer a Dios. Necesitamos entrenarnos en obedecer a Dios, porque desobedecer ya sabemos.  Me sorprende lo fácil con que aprendemos a hacer lo que no debemos a hacer. Se observa en los niños. Hay que enseñarlos a ser obedientes, mientras más pequeños, mejor.

En nuestros países de habla hispana no existe una cultura de obediencia, y seguir las normas. Por lo general las personas que siguen las leyes se les tilda de tontos, y los que de una u otra forma burlan la ley, se les alaba por ello.

Mientras más tiempo tiene desobedeciendo, más le costará obedecer. El ser humano por naturaleza es reacio a los cambios es por ello que el Apóstol Pablo manda a Timoteo que se entrene en ello.

author avatar
José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio