El poder del enfoque – Parte 1

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que en Lucas 2:49, Jesús dijo que en los negocios de su Padre le era necesario estar. La pregunta para nosotros sería: ¿estamos en los negocios de nuestro Padre, o en nuestros propios negocios? Sería sabio enfocarnos en el llamado que Dios nos ha hecho.

No digo que todos los cristianos deberían renunciar a sus empleos para trabajar en la obra porque no creo que sea así, pero cada cristiano debe tomarse el tiempo para pensar seriamente a que Dios le llamó. Seguramente, no todas las personas han sido llamadas a ser pastores, a predicar, a servir a Dios desde el púlpito, pero hay unas que sí fueron creadas para trabajar en la iglesia, pero hoy están dirigiendo bueyes.

Todos los creyentes en Dios deberíamos preguntarnos si lo que estamos haciendo hoy es aquello por lo cual Dios nos alcanzó. El apóstol Pablo dijo en su carta a los Filipenses que, aunque no era perfecto, proseguía luchando para ver si lograba asir aquello para lo cual fue asido por Cristo. De forma similar, Dios nos tomó de entre millones de personas, para hacer algo en particular.

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que cada uno de nosotros ha sido llamado de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9) para hacer algo para el reino de Dios, y si no estamos haciendo aquello para la cual nos llamó Dios, entonces todavía estamos a tiempo de enfocarnos en el llamado.

Cuando leía este pasaje bíblico, y reflexionaba para escribir esta prédica cristiana, me hice la siguiente pregunta: ¿qué necesidad tenía Eliseo de dejar todo por seguir a Elías? Si Eliseo tenía todo lo que hoy anhelamos, tenía una buena posición social, tenía dinero, tenía una ocupación. Pero Eliseo tenía la necesidad de colocar el llamado que Dios le hizo antes que cualquier cosa.

Es necesario recordar que Dios debe tener siempre el primer lugar, y no nuestros negocios. Que Dios debe tener siempre el primer lugar, incluso por encima de nuestras familias. Hay personas que enseñan que la iglesia es el primer ministerio, y quizás es cierto, pero hay que entender algo: Dios está primero que el ministerio.

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que Eliseo dejó todo por seguir el llamado de Dios, incluso dejó a su familia por cumplir con la misión que Dios había determinado para él. Tristemente, hay personas que, por su familia, dejan de lado el llamado de Dios. Personas que son llamados por Dios para trabajar en su obra, pero su pareja, sus hijos, o algún otro familiar, le impiden aceptar el llamado de Dios.

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que en Mateo 6:33, Jesús dijo que mientras busquemos primero el reino de Dios y su justicia, todo lo demás sería añadido. Una vida enfocada en el llamado de Dios, va a producir éxito en las otras áreas de nuestra vida.

Así como no está bien descuidar a su familia por el llamado de Dios, está peor que usted descuide el llamado de Dios por su familia; porque descuidar la tarea que Dios te encomienda, es aborrecerle.

En Josué 24:15, encontramos una de las declaraciones más contundentes que una persona puede hacer con respecto al servicio a Dios. Josué dijo que a pesar de lo que decidieran los demás hacer, él y su familia servirían a Dios.

Hay que entender que el llamado que Dios nos hace, involucra a nuestra familia. Eso es lo que Dios quiere de nosotros, que pongamos también a nuestra familia a su servicio, y no dejemos de lado el llamado que Él nos hace.

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que en Lucas 14:26, Jesús dijo que si alguien no aborrece a su familia, e incluso hasta su propia vida, no podría aceptar el llamado a ser su discípulo. Cuando leemos esto podemos preguntarnos: ¿Dios quiere que yo aborrezca a mi familia?, y la respuesta sería no; lo que Jesús nos dice en este versículo es que nuestro amor por Dios, y el deseo de ser su discípulo, debe estar por encima de cualquier otro sentimiento, cualquier otro anhelo, y cualquier otra persona.

Cuando nos enfocamos en nuestro llamado como lo hizo Eliseo, somos capaces de obedecer a Dios cueste lo que cueste. Hubo otras personas en la biblia que aceptaron el llamado de Dios, a pesar de que ello significara abandonar todo lo que ellos conocían, y tenían por seguro.

En Génesis 12, se nos narra la historia de Abraham, a quien Dios llamó a dejar su tierra, y dejar a su familia. Cuando nos colocamos en los pies de Abraham, puede ser una decisión bastante difícil de tomar. Sin embargo, Abraham lo hizo confiando en la promesa que Dios le hizo, y por ello hoy la biblia le reconoce como amigo de Dios (Santiago 2:23).

Es posible que Dios nos mande a separarnos de nuestros familiares, y de nuestro entorno, porque sabe que estos podrán convertirse en un obstáculo para cumplir esa misión que Él tiene para nosotros. En Éxodo 3, encontramos el llamamiento de Moisés. El pasaje narra la asombrosa zarza ardiente que no se consumía, desde la cual Dios le habló a Moisés. En Éxodo 3:10, Dios le hace el llamado a Moisés para que fuese el libertador del pueblo de Israel. A partir de ahí, vemos como Moisés iba colocando varias excusas para no acatar el llamado de Dios. Sin embargo, Dios siguió insistiendo con Moisés, aunque hubiese sido más fácil llamar a otro.

Es muy probable que nosotros actuemos como Moisés, cuando Dios nos llama a hacer algo. Puede ser que no confiamos en nuestras capacidades, o pensamos que somos muy jóvenes, o incluso podemos llegar a creer que no somos dignos de tal responsabilidad. A pesar de todas estas razones que pudiesen tener algo de lógica, entendamos que si Dios nos llama es porque ya Él colocó todo lo que necesitamos para cumplir con la misión que nos encomendó, y si somos renuentes a aceptar Su llamado, seguirá insistiendo como lo hizo con Moisés. Que estés leyendo esta prédica cristiana, es una muestra de ello.

Son muchos los casos que aparecen en la biblia sobre personas que lucharon por aceptar el llamado que Dios les hizo. Moisés, Gedeón, Saúl, Jonás, Jeremías, son algunos casos emblemáticos sobre la lucha interna que enfrenta cada persona al momento de decidir acatar el llamado de Dios. No osbtante, a pesar de sus debilidades, de sus dudas, y de sus formas de ser, aceptaron el llamado de Dios.

Conclusión.

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que Eliseo fue un ejemplo de cómo enfocarse en el llamado que Dios te hace trae realización a tu vida. Nunca serás tan feliz, como cuando te enfocas en la misión que Dios determinó para ti.

Nuestro Señor Jesucristo, dijo en la cruz: consumado es (Juan 19:30). Fue la forma de decir que la misión que el Padre le encomendó había sido completada con éxito. Esto es el resultado de vivir enfocados en lo que Dios quiere, es la manifestación del poder del enfoque.

En la siguiente prédica cristiana, seguiremos meditando acerca del poder del enfoque, específicamente en la vida de Eliseo, y sobre cómo enfocarnos en la misión que Dios tiene para nosotros puede ayudarnos a vivir de forma plena y satisfactoria.

Bendiciones.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

Predicas Cristianas Escritas.. Predicas Biblicas

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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