La obra de Dios

Predicas Cristianas

Base Bíblica: Mateo 20:1-16

Introducción

En la Biblia encontramos diversos géneros, y formas literarias. Una de ellas son las parábolas. Las parábolas son relatos que, haciendo uso de analogías o semejanzas, derivan un mensaje o enseñanza que no es el explícito en el relato. En su paso por la tierra, Jesús hizo bastante uso de las parábolas,  y las utilizó siempre con el fin de revelar una verdad espiritual.

Esta prédica se titula “La obra de Dios” y se basa en Mateo 20:1-16.

Hay varias enseñanzas que se pueden extraer de este texto, pero quiero enfocarme en tres de ellas para desarrollar este mensaje. En Mateo 20:1 encontramos la primera enseñanza que es:

1. Dios está buscando trabajadores.

En el pasaje señalado anteriormente, se narra que el Padre de familia salió por la mañana buscando trabajadores. Cuando analizamos esta parábola, entendemos que Dios es ese Padre que está buscando trabajadores. Cuando pensamos en las necesidades que se observan en la iglesia, entendemos que el Padre buscaba trabajadores en aquel entonces, y sigue buscándolos ahora.

Lamentablemente, hay una obra que hacer pero parece que no hay suficientes personas disponibles para llevar a cabo la obra de Dios. La sociedad en la cual vivimos, presenta varias carencias que la Iglesia debería suplir pero no existen trabajadores disponibles para lograrlo. Si pensamos en todas las personas que viven en pobreza, en los huérfanos, en las viudas, en las familias disfuncionales, en la población presidiaria, y en todos aquellos grupos humanos que sufren algún tipo de problema, entendemos que la Iglesia no hace lo suficiente para alcanzarlos.

Con dolor, hay que reconocer que la mayoría de nuestras iglesias, están más enfocadas en cuidar a los creyentes que en cumplir la gran comisión de ir por el mundo y predicar el evangelio (Mateo 28).

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que Lucas 10:2 nos dice lo siguiente: “Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” De esto podemos concluir que somos obreros, o somos de los que oran por los obreros. Cuando observamos la asistencia a las reuniones de oración de nuestras congregaciones, entendemos que nos hace falta tanto los obreros, como aquellos que oran para que Dios envíe obreros.

En Ezequiel 22:30 encontramos una enseñanza impresionante sobre la intercesión. Dice la Biblia en el mencionado versículo de la siguiente forma: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.” El pasaje nos dice que Dios estaba buscando a una persona intercediera ante él para que no la destruyese, sin embargo, no se encontró a nadie.

Al parecer, estamos en una situación similar con respecto a la intercesión en nuestras iglesias. Generalmente, las reuniones de oración son las menos visitadas, y ello solo puede indicar que como iglesia, cada vez oramos menos.

Sea por el motivo que sea, cada vez hay menos personas que se consagran a orar, a interceder por las peticiones de otros antes que las propias, y por esto Dios sigue buscando trabajadores. Sigue buscando personas que puedan interceder ante Él, en favor de sus familias, de sus ciudades, y de sus países.

A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que en Juan 4:23, encontramos otros trabajadores que Dios busca. El pasaje dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”

El Padre está buscando adoradores. Los buscaba antes, y los sigue buscando ahora.

Lamentablemente, se confundió el término adoración con música, con música lenta. Cuando escuchamos a alguien decir “estaba adorando al Señor”, pensamos que estaba cantando para Dios; pero la adoración es más que música. Según el Diccionario de la Real Academia Española, adorar es “reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina.”

Cuando la Biblia dice que Dios busca adoradores, está diciendo que Dios busca personas que le reverencien con sumo honor y respeto; y eso involucra más que una canción en una reunión de creyentes. A través de los estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que ser un adorador es vivir de tal forma, que su conducta tanto privada como pública, testifique del respeto y la reverencia que  esa persona tiene por Dios, y esas son las personas que Dios está buscando.

Dios está buscando trabajadores, está buscando personas que puedan hacer su obra en la tierra, está buscando personas que sean capaces de interceder por otros ante Él, está buscando personas cuyo estilo de vida sea un motivo para darle la gloria que solo Él merece.

Lo más impresionante de Mateo 20:1 es que, normalmente inferimos que el Padre está buscando trabajadores porque no tiene. Pero el versículo no nos dice que el Padre no tenía trabajadores, lo que afirma es que salió a buscar trabajadores.

Lo que quiero enfatizar en esta prédica cristiana es que quizás el Padre no salió a buscar trabajadores por que no tenía, sino porque los que tenían no trabajaban. Es común ver en las congregaciones que generalmente, gran parte del trabajo recae sobre unos pocos, y la mayoría acude a las reuniones a ser servidos.

Cuando leí esto pensé en esta pregunta: ¿cómo nos sentiríamos si viéramos en la prensa, un anuncio en el cual, la empresa donde trabajamos está buscando personal justo  en el puesto que nosotros desempeñamos? ¿Hablaría bien de nuestro trabajo, y de nuestro desempeño? Esta prédica cristiana busca que reflexionemos al respecto.

Sería sabio preguntarnos: ¿somos nosotros esos obreros?, ¿estaremos disponibles cuando Dios nos llame?, ¿somos nosotros los que clamaremos por más obreros?, ¿somos nosotros los que se ponen en la brecha por nuestras naciones?, ¿somos nosotros los que vivimos para adorarle?

En Mateo 20:3-7 encontramos la segunda enseñanza.

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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