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Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Amor del Padre – Parte 1
Texto clave: Lucas 15:11-24, Isaías 49:15, Salmos 27:10, 2 Corintios 6:18
Objetivo: Comprender que Dios es nuestro Padres celestial, nos ama con amor inmensurable y hace lo imposible para darnos lo mejor y para darnos salvación, nos promete la felicidad en plenitud si le aceptamos en nuestro corazón y nos dejamos guiar por Él.
INTRODUCCIÓN
He escuchado desde niño que Dios nos ama como un Padre, que está pendiente y se preocupa por nosotros, sin embargo, si comparo a Dios con mi padre creo que no tendría una buena referencia.
Mi padre biológico lo conozco porque lo vi algunas veces en el transcurso de mi vida cuando lo encontrábamos en algún sitio por coincidencia. Recuerdo en dos ocasiones diferentes que fue para la casa donde vivíamos y hablo con mi mama diciéndole que le diera otra oportunidad, yo era niño y cuando mi mama me preguntaba yo le decía que sí, que le diera otra oportunidad ya que había que perdonar. Sin embargo las palabras de él nunca fueron en serio porque después de eso no volvía a verlo durante mucho tiempo.
A mi madre le toco fuerte, ya que tuvo que criar sola a tres hijos sin ninguna ayuda. Aunque por parte de mi padre no tengo ningún ejemplo bueno que pueda reflejar el amor de Dios como nuestro padre, por parte de mi madre puedo vislumbrar la grandeza del amor de Dios.
La palabra de Dios dice que el amor de Dios el Padre está muy por encima que el mayor amor que pueda tener los padres por sus hijos, los padres se pueden olvidar de sus hijos pero Dios nunca se olvidara de nosotros (Isaías 49:15, Salmos 27:10).
EL AMOR DEL PADRE – DESARROLLO
En la palabra de Dios podemos apreciar el amor del Padre, Él nos acepta como hijos suyos y cumple la función de Padre con nosotros (2 Corintios 6:18). Vamos a estudiar la parábola del hijo prodigo y analizaremos como es el Padre con nosotros.
Jesús por medio de esta parábola expresó el inmenso amor que tiene Dios por nosotros sus hijos que aunque seamos tercos y rebeldes Él nos sigue amando y espera que le abramos nuestro corazón.
Dame lo que me corresponde (Lucas 15:11-12).
La historia nos muestra a un Padre que tenía dos hijos y el menor se acercó a Él pidiéndole la parte de su herencia. Debo destacar que en aquellos tiempos y aun ahora, una herencia se recibe después de que la persona que dejo la herencia a muerto.
Este Padre luego de la petición del hijo debió sentirse muy triste al ver que a su hijo no le importaba si Él estaba vivo o muerto, lo único que deseaba era su herencia para irse lejos de la casa y hacer lo que a él bien le parecía.