Conquista y Gobierna

En la predica cristiana de hoy, exploraremos el tema de la conquistar y gobernar la bendición divina. Basados en las enseñanzas bíblicas, descubriremos cómo una mentalidad de conquistador es esencial para recibir y administrar las promesas de Dios en nuestras vidas. A través de reflexiones prácticas y ejemplos bíblicos, seremos inspirados a buscar la bendición de Dios mediante la obediencia y la fe, preparándonos para gobernar en victoria.

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Conquistar y Gobernar

Introducción

A principio de éste año, el Señor le hablaba para la iglesia en general, y en particular para cada uno de los hijos de Dios. La palabra profética fue y sigue siendo una palabra fresca de Dios para nosotros hoy.

El Señor nos hablaba, como nos habló la semana pasada de la tierra de prosperidad y bendiciones que nos desea entregar. Por esto es importante que tengamos conocimiento de la bendición que el Señor nos desea entregar.

Y a través de las predicas cristianas, la palabra de Dios, aprendemos que Dios nos da en abundancia ya que “es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemosEfesios 3:20

Eso alienta nuestro corazón mostrando su bendición antes que la recibamos, por esto, al pueblo de Israel le describió la tierra que habían de poseer.

Leamos la palabra de Dios

Deuteronomio 8:6-10Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado”.

La tierra prometida

La tierra que el Señor promete es tan buena que nunca más tendremos escasez de nada, sino que resultaremos bendecidos y prosperados en ella. El Señor les promete entre otras cosas una tierra de olivos y aceite, les daría una tierra en donde tendrían riquezas y bendiciones en abundancia.

Tomemos la aceituna y el aceite como bendición representativa de todo lo que el Señor quiere entregarnos en este año. La palabra nos dice: “Yo estoy como olivo verde en la casa de DiosSalmo 52:8. Es decir que si nosotros permanecemos en la bendición que Él nos entrega, siempre tendremos su presencia junto a nosotros. Ésta es la máxima bendición, tener al Señor junto a nosotros.

Por otro lado, el aceite era empleado como combustible para las lámparas. Él nos está diciendo que nunca nos faltará su luz sobre nuestras vidas ya que “lámpara es a mis pies tu palabraSalmo 119:105, da luz a nuestra mente para tener claro el camino a la bendición que nos ha prometido.

La lámpara

En mis predicas cristianas enseño que la palabra de Dios es lámpara, de manera que si tenemos el aceite que desciende del Señor tenemos asegurado el estar en luz, aunque tener Palabra sin Espíritu de nada nos aprovecha “porque la letra mata, más el Espíritu vivifica2 Corintios 3:6.

En la bendición prometida por el Señor tenemos cubiertas todas nuestras necesidades espirituales. Pero el aceite se empleaba para la iluminación física. Por lo tanto en la bendición viene también la prosperidad material. La provisión divina de todo aquello que nos parece imposible de alcanzar.

También el aceite se usaba para la comida, y en su promesa tenemos asegurada nuestro alimento y nuestra sanidad. Pues también se emplea el aceite para sanar, por lo que tenemos garantizada nuestra sanidad física y espiritual. Toda la bendición que el Señor nos promete podríamos resumirla en un versículo: “Jehová es mi pastor; nada me faltaráSalmo 23:1.

Su obra en nuestra vida

Cuando el Señor comienza su obra en nuestras vidas, crea nuevos cielos y nueva tierra. Cielos nuevos porque al mirar hacia arriba vemos a Cristo, y si miramos a nuestro alrededor vemos también tierra nueva, donde no habrá escasez. Lugar donde no habrá enfermedades, donde veremos a nuestra familia unida y convertida a Cristo, donde habremos superado todos nuestros problemas ya que es la tierra de bendición que el Señor nos ha prometido

porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozoIsaías 65:17-18; y será mientras permanezcamos en el camino del Señor.

Herencias

Llegamos a algo nuevo, pero puede que traigamos herencias de las que necesitamos desprendernos. Venimos del cautiverio del pecado. Quizás vienes de un tiempo donde en tu vida personal y familiar, tu economía y negocios, tu ministerio y tu vida espiritual no han visto resultados positivos sino que hubo esterilidad en tus esfuerzos.

Debido a que todo en su vida ha sido estéril, anhelas triunfar, avanzar, pero siempre llega la frustración de no poder cambiar la situación, pero ahora vamos a decretar algo en el mundo espiritual y natural:

Aunque a nuestro alrededor hayamos visto a muchos que han progresado, avanzado y crecido, a partir de esta palabra todo cambiará: ¡¡¡Nosotros daremos más frutos que ellos!!!; “Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacasIsaías 54:1-2.

Conquistar la bendición

Necesitamos conquistar la bendición que el Señor nos prometido. Pero debemos tener claro que una cosa es ganar una batalla y otra ser un triunfador. En las predicas cristianas y estudios bíblicos vemos que Dios quería que su pueblo tomara posesión de la tierra, de la bendición que les había prometido. Pero había algo en ellos que les impedía hacerlo: la mentalidad de esclavo.

Dios sabe que ninguna persona con una mentalidad esclava puede ser un conquistador, y por eso nos lleva al desierto para renovar la mente derrotista por una conquistadora y triunfante. Dios quiere que vivamos la nueva realidad que tenemos, la conquista de la bendición prometida.

Para conquistar

Para poder conquistar tenemos que aprender a vencer al temor, ese que nos hacen ver siempre a los problemas más grandes que a Dios quien es un conquistador que nunca se rinde ni vuelve atrás, Dios siempre apuesta al futuro, a lo que está hacia delante.

La mentalidad del conquistador es firme y decidida. No se conforma con menos que triunfar para la Gloria de Cristo, aunque esto implique pagar el precio que sea con tal de ser considerado un conquistador y glorificar al Señor, sabiendo que el espíritu de idolatría implica reemplazar a Dios por algo al alcance de la mano y visible, no necesariamente ídolos de madera o metal, ídolos en el corazón.

Sería bueno preguntarnos: ¿Hacia dónde está enfocada mi vida, hacia Dios o hacia otras cosas?, ¿el trabajo me quita la atención de Dios?, ¿Soy un buscador de cosas materiales más que de las espirituales?.

También debemos arrancar definitivamente de nuestra mente el espíritu de asistencia social, “el labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero2 Timoteo 2:6, y pretender entrar a la bendición prometida sin tener que conquistarla es algo impensado para un cristiano.

Olvidémonos del maná gratis, el agua gratis, el calzado y el vestido que no se rompe, de la vida en la misericordia del Señor, tendremos que pelear para obtener lo que el Señor nos ha prometido.

Cruzado el Jordán

Ahora has cruzado el Jordán, las bendiciones están al alcance de tu mano. Pero para alcanzarlas es necesario que pongas tu parte. Es imprescindible que tomes la decisión de expulsar al enemigo de tu vida.

Es por eso que en mis predicas cristianas enseño que es necesario que desarraigues de tu vida todo aquello que te aparta del Señor, y que trabajes para ello.

Eres vencedor en Cristo (Romanos 8:37), quizás has dispuesto tu voluntad para tomar en posesión la tierra, pero esto no es suficiente.  ¡Debes preparar tu espíritu! Hay una lucha (Efesios 6:12), y el elemento determinante en esa batalla es el cumplimiento de la palabra de Dios.

Conquistar Jericó 

En los estudios bíblicos vemos que para tomar Jericó debían marchar en vez de luchar, y esto es válido para nosotros. Debemos marchar según los planes de Dios y no luchar con nuestras fuerzas, ahí demostramos nuestra obediencia y eso nos llevará a la victoria. Es nuestra lectura de la palabra de Dios, es nuestro tiempo de oración, es el congregarnos regularmente para escuchar las predicas cristianas, es cumplir con sus mandamientos, es hacer lo que el Señor quiere y no lo que humanamente pensamos.

La convicción nos hace mover hacia un sueño, una meta, o un anhelo, si estamos convencidos las circunstancias no nos moverán, y lo mismo sucede con nuestra posición en Cristo. Debemos estar convencido en el que hemos creído, por encima de los cuestionamientos para ver que si tenemos fe en el Señor, y todo cambiará.

Renunciando

Los fracasados renuncian con facilidad, inician algo y salen huyendo ante las primeras dificultades, o se vuelven atrás porque las cosas no salen como esperan, en vez de ir más allá dependiendo totalmente de Dios y sabiendo que la victoria la tenemos asegurada.

Pero los pasos en Dios son en rectitud y transparencia. No es fácil dejar que sea el Señor quien gobierne totalmente la vida, pues nos deberemos confrontar con la palabra de Dios. Y estos choques generan dudas y temores.

Podemos ver que quienes pusieron otras cosas en primer lugar, perdieron el rumbo y están lejos de las bendiciones de Dios. Y por supuesto que llegaran períodos de desierto, aquellos en los que no queremos orar, leer la Biblia o asistir al culto para escuchar las predicas cristianas. Pero es en medio de las tormentas es cuando más debemos asirnos de la mano del Señor para no naufragar en el mar de las dificultades.

Con esfuerzo

Conquistaremos la bendición con esfuerzo y trabajo. Pero debemos aprender a gobernarla para que podamos disfrutarla en plenitud. Para esto debemos entender que si no establecemos en nuestra vida un gobierno verdaderamente de Cristo, corremos el riesgo de perderlo todo ante el enemigo que desea hacernos caer y que dejemos de cumplir con el Señor y su Palabra, por eso nos dice: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidasMateo 6:33.

Muchos no pueden conquistar las promesas de Dios, ni luego mantener la bendición porque quieren empezar una nueva etapa cuando todavía son de la “vieja etapa” de esterilidad. Cuando Dios habla, es necesario ajustarnos totalmente a lo nuevo que Dios quiere, “porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favorSalmo 5:12; sin dudas que la voluntad del Señor es que vivamos disfrutando la bendición prometida y por la que hemos luchado para arrebatársela al enemigo.

El “favor de Dios” es el ambiente espiritual que le asegura al justo, a la persona que ha decidido caminar con Dios en obediencia a Su Palabra y glorificando al Señor con su vida, la bendición prometida y el cumplimiento de su plan para nuestras vidas, sin importar las circunstancias que tengamos que atravesar en el trayecto.

La tentación

La tentación es una invitación a desobedecer la palabra de Dios y hacer nuestra propia voluntad o la del diablo. La desobediencia origina el pecado, acciones contrarias a lo que Dios espera. Por eso, cuando somos tentados, debemos mirar no lo que se nos ofrece, que sería el envase, sino la raíz, que es la desobediencia a Dios.

La medida de nuestra fe está dada por la medida de nuestra obediencia, cuando desobedecemos controlados por el alma caemos. Caemos en la concupiscencia, en la búsqueda por satisfacer nuestros propios deseos.

En el vocabulario humano significaría “hacer la mía” o “hacer lo que se me da la gana”. Mientras que vivir por fe significa caminar en equilibrio y estabilidad espiritual, obedeciendo la palabra de Dios y colocando nuestra vida bajo el control del Espíritu Santo, practicando la obediencia.

Mente renovada

La mente renovada es aquella que está únicamente abierta a los pensamientos de Dios, a sus promesas registradas en Su Palabra y que han llegado a nuestro corazón. La paz mental para “aquel cuyo pensamiento en Él persevera, porque en Él ha confiadoIsaías 26:3. Pero perseverar no es pensar unos minutos sino mantenerse constante pensando en las promesas de la palabra de Dios.

2 Crónicas 26 relata que el rey Uzías venció por encima de cualquier circunstancia, “… y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.” ¿Sabes cuándo comienza nuestro fracaso? Cuando nos alejamos de Dios, cuando en nuestra vida gana el orgullo, la autosuficiencia y la independencia.

El rey Uzías “…cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina, porque se rebeló contra Jehová, su Dios, entrando en el templo de Jehová, para quemar incienso en el altar del incienso”, pudo terminar su vida en victoria, pero tomó una decisión equivocada y “…fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa apartada, por lo cual fue excluido de la casa de Jehová

¿Cómo terminará tu vida? No debes olvidar jamás que la decisión está en tus manos, el Señor quiere que termines tu vida terrena en bendición, disfrutando de la bendición prometida, pero tu tomas la decisión.

Conclusión

El Señor te pide que leas su palabra, que mantengas comunión con Él en oración, que te congregues regularmente para escuchar las predicas cristianas. Y que asistas a los estudios bíblicos en los que aprenderás a conocer más a Jesús.

El Señor te pide que diezmes, que ofrendes y cumplas con todos sus estatutos, que seas obediente y dejes que sea Él quien dirija tu vida para decirte: “Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré la ventana de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabundeMalaquías 3:10.

¡¡¡Bendito sea el Señor que es el mismo que ha hablado y el que nos ayudará a ser cambiados para recibir y conservar lo nuevo que viene, bendito sea el Señor que nos ayudará a gobernar la bendición prometida y recibida!!!!

© Francisco Hernández. Todos los derechos reservados

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Francisco Hernández
Sirviendo a Jesucristo desde hace más de 20 años. No soy pastor de una iglesia, pero me gusta estudiar la biblia y redactar mensajes cristianos para ser participe de la gran comision.

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