La oración que no desmaya

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas.. Lectura Biblica: Lucas 18:1-8

Introducción

La oración es una de las disciplinas más difíciles de la vida cristiana. Muchos creyentes son disciplinados en muchas áreas: el servicio, la ayuda al necesitado, la predicación, el estudio, etc. Pero hay una en la que casi todos cojean o han pifiado una vez, y esa es definitivamente la oración. Por eso decía Tim Keller, que si deseaba humillar a un cristiano en cuanto a la piedad simplemente optaba por preguntarle sobre su vida de oración.

Es por eso que Lucas da una introducción a las palabras de Jesús, y dice que esta parábola nos enseña la necesidad de orar siempre y no desmayar. Tu y yo tenemos necesidad de orar siempre y no desmayar, de ser perseverantes, aun cuando nuestro corazón quiera correr por dentro, o las cosas externas quieran disuadirnos.

La necesidad de oración es evidente en nuestras vidas, más cuando esta es una expresión tan clara de la realidad de la calidad de la fe del creyente. Es en cierta medida, un termómetro que mide la calidad de nuestra vida espiritual. Por eso, este sermón es para ti.

Desarrollo

I. La parábola

a. El propósito de la parábola.

Como dijimos, esta parábola tiene como fin mostrarnos que debemos orar siempre sin desmayarnos. Cada parte de esta parábola tiene como fin mostrarnos eso.

b. El juez injusto.

El relato inicia hablándonos de una ciudad donde había un juez impío, que en primer lugar no tenía temor de Dios. Este juez era un impío, no tenía celo por hacer la voluntad de Dios, ni tenía ningún tipo de interés en ayudar al prójimo.

c. La insistencia de la viuda.

En esa misma ciudad, había una viuda. En el tiempo de Jesús, las viudas eran personas con gran necesidad. En las Escrituras, la viuda era una mujer que no tenía la capacidad de sustentarse a sí misma, ni de enfrentarse a las situaciones adversas. Era una mujer sumamente susceptible a los problemas que la rodeaban.

A pesar de eso, llevó su caso ante el juez impío. Pero no recibió ninguna respuesta. Sin embargo, fue insistente, yendo una y otra vez, hasta que recibió respuesta.

d. La respuesta del juez injusto.

“Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que, viniendo de continuo, me agote la paciencia (vv. 4-5).

Ahora, este juez decidió hacerle justicia. Pero no por las motivaciones adecuadas, no porque se hubiese compadecido de la viuda, ni porque tuviera temor del Señor. Sino porque estaba harto de su insistencia.

II. La aplicación de la parábola

a. La perseverancia encuentra respuesta.

Este relato quiere enseñarnos que nuestra perseverancia es respondida por Dios. La viuda no conseguía respuesta. Pero fue insistente, y gracias a su perseverancia, la encontró. El Señor Jesús nos muestra que debemos ser como ella, si queremos encontrar respuesta a nuestras oraciones.

Muchos se desaniman porque no ven respuesta pronta a su oración. Piden solución por una situación, pero no ven que Dios los ayuda de inmediato. Piden por un pecado, pero cuando terminan, son prontos a desanimarse y a desconfiar, porque caen en tentación nuevamente. Esta es la actitud contra la que está hablando el Señor.

Debemos ser perseverantes en nuestra oración, porque así encontraremos respuesta. Una persona que ve que su conyugue no mejora, no debe desanimarse. Debe seguir orando por él, sabiendo que Dios tomará en cuenta su perseverancia.

Alguien que lucha contra un pecado particular, no debe desanimarse, si vuelve a caer en la tentación. Antes bien, debe orar con mayor fervor, sabiendo que Dios es poderoso para librarlo de su pecado. Quienes oran con perseverancia son quienes normalmente descubren que verdaderamente, la oración del justo puede mucho (Santiago 5:16).

b. Dios toma en cuenta la perseverancia.

¿Saben por qué encontrará respuesta? Porque Dios valora esta perseverancia.

Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.” (verss. 6-7).

Aquí el Señor Jesús muestra que hay una similitud y una diferencia entre el juez injusto y Dios. La similitud de ambos es que ambos responden a la insistencia de los que claman a Él.

El juez injusto respondió porque la viuda fue persistente. Y Dios responde porque sus escogidos claman a él día y noche. Pero también hay una diferencia. Mientras que el juez injusto lo hizo porque estaba harto, Dios lo hace por amor. Uno por hastío y otro por amor.

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