El ministerio

Deberíamos entonces preguntarnos: ¿Como vivimos?

¿Estamos mostrando la vida que solo se puede explicar a través de la obra que Dios realiza en nosotros? Recordemos que en eso consiste realmente el Cristianismo, y el secreto de la liberación de ese poder capaz de cambiar la vida y sacarnos en victoria en la peor dificultad es el principio de la cruz.

Puesto que llevamos “en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.

De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida”. Eso significa aceptar siempre el juicio de Dios sobre la carne y la vida natural.

Dios permite que nos encontremos en medio de las dificultades para que reaccionemos.

Pero no como los hombres y las mujeres del mundo que lo hacen con resentimientos, con amarguras, quejándose e intentando vengarse, sino manera que la vida de Jesús pueda manifestarse sobre nuestra carne mortal; ese es el secreto del nuevo plan de vida y eso es lo que nos dice Pablo que es la gloria del ministerio y la vida cristiana.

La Biblia habla de los creyentes diciendo que andamos “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas“. Entonces, “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias“.

El problema es que muchos quieren cambiar las vidas con sus dichos o inculcándoles sus propias ideas y pensamientos, con lo cual lo único que hacen es destruir el verdadero ministerio que Dios a puesto en esas personas, que lejos de ser cambiadas, terminan alejándose de la voluntad del Señor, llenos de cuestionamientos y frustraciones.

Obrar de Dios

El obrar de Dios en las personas no viene de lo que se le inculque, estudie, o se le diga lo que debe hacer. El obrar del Señor sobre la vida de uno de sus hijos es una transformación que se produce gracias a la implantación de una nueva vida.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios” y no por lo que podamos aconsejar, o guiar, o enseñar.

El hecho de dar

Una parte que también debemos asumir sobre el ministerio en la iglesia es sobre el hecho de dar, pero el dar nos dice la Palabra ha de ser la prueba de amor. “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos2 Corintios 8:9.  Es la base sobre la cual deben asentarse todas las dádivas cristianas.

Entonces, bajo este principio “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre“. “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará…. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra“.

Conclusión

En estas palabras no hay ninguna campaña de prosperidad como las que se anuncian por allí. Ni reuniones de presión almática con el fin de sacar dinero de los cristianos. Pues nadie debe ser sometido a ninguna presión ni sentirse obligado para nada, sino que debemos hacerlo conforme a lo que en la mente cada uno de nosotros haya puesto el Señor.

no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”, como tampoco debemos hacerlo para que nos vea el resto de la congregación o porque de esta manera pensamos que justificamos nuestras faltas con el Señor, ya que “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones” Proverbios 21:2.

Y la Palabra es tan cierta en el siglo XX como lo fue en el primer siglo cuando Pablo escribió: “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” 2 Corintios 9:6.

Entonces, “el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios“. (2 Corintios 9:10-12)

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

Predicas Biblicas… Predicas Cristianas

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Ricardo Hernández
Siervo de Jesucristo.

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