Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Planes de Dios
Predicas Cristianas.. Lectura Bíblica: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”. Salmo 1:1-3
Introducción
A todos nosotros nos gusta pensar que el futuro va a traernos cosas buenas sabiendo que en Cristo lo mejor está por venir, “porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, “porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” Jeremías 29:11.
Sin embargo, el optimismo decae con los meses al disponer poco tiempo para las actividades espirituales y llegará el momento en que se pierde la fe en Dios. Pero no se dan cuenta de que han caído en una tentación.
Eso les hace abrir los ojos a la realidad, su empeño en prosperar materialmente lo ha ido alejando de las cosas que verdaderamente le debían importar. Y frente a esta realidad, es que se les presenta la decisión de tener que hacer cambios radicales y seguir el propósito de Dios, o seguir cuesta abajo rumbo al pecado.
Planes de Dios: El momento histórico de Jeremías
Ubicando el momento histórico de Jeremías es de desesperación. El pueblo estaba pasando por una gran tribulación al corromperse los reyes y líderes con la religión cananea. Dios llega al fin de su tolerancia y manda a Jeremías a advertirles del juicio, serían invadidos y exiliados durante setenta años.
En eso llega un falso profeta con un mensaje de juicio más leve y distinto. Les dice que el juicio de Dios será mínimo y con dos años de exilio. Y obviamente este mensaje falso fue el mejor recibido por el pueblo.
Pero Dios trae juicio sobre el pueblo y sobre el falso profeta teniendo que enfrentar la realidad y ser desterrados durante setenta años por lo que esa generación no volvería a ver la tierra prometida. Pero Dios, en su misericordia, les da un mensaje de esperanza y les pide ser pacientes, establecerse, hacer casas y tener hijos:
“porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar” Jeremías 29:10-14.
Los planes de Dios: Él promete que vamos a prosperar
Dios promete que vamos a prosperar en todo si aceptamos la Palabra. Ésta es la clave, si aceptamos la Palabra que el Señor envía y la acunamos en nuestro corazón vamos a ver cómo se cumple en nuestras vidas a causa de algo sobrenatural en nuestras finanzas que nos permita progresar, aunque los demás no lo están haciendo, de modo que podamos ver la bendición del Señor en medio de la crisis que estamos viviendo.
Nuestra fidelidad a Dios
Nuestra fidelidad a Dios tiene que ser constante. Debemos tener claro que nuestra fidelidad a Dios no debe depender de cómo nos vaya en la vida ya que Jesús dijo a sus discípulos: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33.
Lo cierto es que el dinero por sí solo no es ni bueno ni malo, es solo un medio para efectuar transacciones comerciales así que cumple una buena función. Y la Biblia reconoce que:
“buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol. Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; más la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores” Eclesiastés 7:11-12
Además, condena la pereza para incentivar el trabajo, para animar a todos a gozar de sus bienes, a llevarse su parte, y disfrutar del fruto de su trabajo (Eclesiastés 5:18-20).
El amor al dinero vs. Los planes de Dios
El peligro grave es hacerse amante del dinero ya que las riquezas despiertan en algunos un apetito insaciable y siempre quieren más. Y “el que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad” Eclesiastés 5:10
Cuando el dinero se convierte en objetivo, y no en un simple medio para adquirir cosas, quedamos expuestos a tentaciones como la mentira y la traición, tal como Judas traicionó a Jesús por treinta piezas de plata.
Algunos llegan a dar culto al dinero en vez de a Dios, y por eso que el cristiano debe analizar porque desea ganar más dinero mientras el Señor les dice: “sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora” Hebreos 13:5.
Mejorar económicamente
Cada año muchos cristianos se alejan del Señor con la esperanza de mejorar económicamente durante la temporada de verano. Pero también son muchos los que pagan un alto precio espiritual con su actitud, por eso es que debemos evaluar hasta dónde podemos obtener riquezas materiales y a la vez ser rico para con Dios. Y evidentemente es difícil compatibilizar ambas metas.
Jesús dijo: “¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” Lucas 18:24-25, ya que “ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” Mateo 6:24; y de lo que habla es de cambiar el lugar de Dios por el del dinero, las ambiciones y avaricias.
Es decir, dejar de lado a Dios para conseguir bienes materiales. Sabiendo que como cristianos debemos hacer “tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” Mateo 6:20-21.
El afán de riquezas vs. Los planes de Dios
El afán de riquezas favorece la confianza en uno mismo, “el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” Mateo 13:22.

Los cristianos no se deberían olvidar de Dios al hacer planes de negocios, “deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” Santiago 4:15-17
Pues parece que el dinero les transmite una sensación de independencia que los lleva a confiar en él y no en Dios.
Además, la búsqueda de riquezas suele absorber tanto tiempo y energías que son quitados de los intereses espirituales.
Enfrentando la tentación de usar sus bienes para su propio placer o para alcanzar metas humanas egoístas, mientras el Señor dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida” Lucas 21:33-34. Evitando así que tu corazón se vaya alejando de Dios.
La auténtica prosperidad
La auténtica prosperidad está por venir, por lo tanto, “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” Mateo 6:33, ya que la clave del éxito está en obedecer el mandato de Jesús, el estudio de la Biblia, la oración y el ministerio sin dejar que el dinero te domine “para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” Filipenses 1:10-11 ya que la auténtica prosperidad comienza con la espiritualidad.
Conclusión
Para muchos cristianos la vida actual representa su exilio, su tiempo de sufrir en Babilonia, un lugar oscuro donde todavía son esclavos del pecado, del mundo y de satanás, pero la buena noticia es que pronto serán liberados ya que Dios les ha prometido gozo en ésta tierra, donde “las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” Romanos 8:18, y finalizará en la vida eterna donde el poder del pecado no reinará más, donde habrá “un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron” Apocalipsis 21:1, y donde “enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” Apocalipsis 21:4, siendo este el lugar de la verdadera prosperidad sin corrupción.
© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.