Lo que le duele a Dios

Predicas Cristianas | Sermones Cristianos

Introducción:

Yo sinceramente creo que hay muchas cosas que le causan dolor a Dios. Pero como estaremos mirando en este sermón sobre muchas de ellas, se encuentra la indiferencia al pecado. Cuando al hombre le da lo mismo pecar que no pecar.

El pecado entristece el corazón de Dios. Y los que de veras andan con él, se entristecen también.

En los días de Noé “Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” (Génesis 6:5-6)

La palabra hebrea que se usa aquí significa “Cortar hasta el corazón” También significa “Lastimadura” La maldad de la humanidad lastimaba profundamente a Dios y le causaba mucho dolor en el corazón.

Como dice el viejo y conocido refrán “Crear cuervos para que te saquen los ojos” Yo creo que Dios estaba decepcionado de la raza humana.

Nosotros como hijos de Dios debemos de tener mucho cuidado, en no hacer doler el corazón de Dios viviendo una vida desordenada, pecaminosa, etc…

Cuando nosotros pecamos eso lastima a Dios.

El pecado nos separa de Dios, y por esto lastima a Dios; porque él quiere estar siempre cercas de nosotros.

Estoy convencido de que la única manera de conocer la plenitud del gozo de Jehová, es participar de su tristeza. David fue un hombre que descubrió la gloria del gozo de Jehová, pero ese gozo había nacido de una gran tristeza por las transgresiones entre el pueblo del Señor. Él dijo: “Veía a los prevaricadores, y me disgustaba, porque no guardaban tus palabras” (Salmos 119:158)

¿No odio, OH Jehová a los que te aborrecen, y me endurezco contra tus enemigos?” (Salmo 139:21)

David odiaba lo que Dios odiaba, y se entristecía por lo que entristecía a Dios, y detestaba lo que detestaba Dios.

El profeta Amos clama contra “ Los reposados en Sion… y no se afligen por el quebrantamiento de José” (Amos 6:1,6)

Él compartía la tristeza de Dios por un pueblo descarriado que se deleitaba en el reposo y la prosperidad, sin pensar en la hora del juicio inminente, mientras dormían en camas de marfil (materialismo) cantando su música, bebiendo vino, pero sin tener tristeza por la ruina que los circundaba.

Amos usó la palabra “afligen” Como si dijera: “El pecado y la ruina entre el pueblo de Dios no los aflige a ustedes. No les disgusta porque el pecado y la buena vida que disfrutan ahora los han enceguecido”

Nehemías se entristecía porque entendía el mal que se había infiltrado en la casa de Dios.

Un sacerdocio descarriado había traído a la casa del Señor una transigencia terrible, y solo Nehemías entendía la profundidad de la iniquidad y las terribles consecuencias que le acarrearía al pueblo (Véase Nehemías 13:19).

El sumo sacerdote Eliasib, cuyo nombre hebreo sugiere “unidad por la transigencia” Había establecido una residencia en el templo para Tobias, un príncipe amonita. Por ley, no se permitía a ningún amonita que pusiera pie en el templo, pero a Tobias, cuyo nombre significa “prosperidad, placer, buena vida”, se le permitió vivir allí; Un gentil en la casa de Dios.

Transigencia significa: “Consentir en parte con lo que repugna, a fin de llegar a un acuerdo” Estar de acuerdo en parte con lo malo, para poder vivir en paz con ello.

Había ahora algo nuevo en la casa de Dios. Un ministerio corrompido aliado con el paganismo. El pueblo de Dios anhelaba la prosperidad y la buena vida; y Tobias estaba listo y dispuesto a enseñarles la senda materialista de la idolatría. “El sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobias” (Nehemías 13:14)

Nehemías entendía el mal que abundaba patrocinado por un sacerdote blando en sus ataques contra el pecado. “Pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobias, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios. Y me dolió en gran manera; y arroje todos los muebles de la casa de Tobias fuera de la cámara, y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios” (Nehemías 13:6-9)

¡Nehemías no actuaba por impulso ni tradición legalista! Veía con los ojos de Dios, sintiendo como Dios sentía y entendía el mal de la mezcla, de la transigencia y del crecimiento canceroso de pecado en la casa de Dios.

Si más pastores entendieran el mal de la mezcla de la música, la invasión de la diversión, la codicia por el materialismo que existe ahora en las iglesias, como Nehemías se dolerían por eso y lo sacarían de la iglesia otra vez.

Yo creo que la iglesia debería de estar pidiéndole a Dios: ¡Dios danos un grupo de predicadores y feligreses que se aflijan por el pecado y la mezcla de paganismo y cristianismo, y que tomen una posición firme contra ella!

Los pastores deben de pedir: ¡Dios danos miembros en nuestras iglesias con suficiente discernimiento para comprender la profundidad y el horror de las transigencias y pecaminosidad que invaden la casa del Señor!

Pablo se entristecía porque el pueblo de Dios se descarriaba. El advirtió: “Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; Que solo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3:18-19)

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Héctor Rodríguez

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