Vida de victoria

Predicas Cristianas

Descubre cómo enfrentar los obstáculos de la vida y obtener la victoria a través de la fe en este poderoso sermón. Aprende de la historia de Ana y cómo confiar en Dios te lleva a una vida llena de triunfos. ¡Encuentra inspiración y fortaleza espiritual en esta enseñanza bíblica!

Predicas Cristianas Texto Bíblico: 1 Samuel

Introducción

La biblia está llena de historias de hombres y mujeres, con virtudes y defectos, como todos. Pero con características especiales que les merecieron el honor de quedar sus relatos escritos para siempre en la historia de la fe. Estos héroes no tenían superpoderes ni mucho menos. Fueron personas con muchos defectos y limitaciones que se atrevieron a creer en Dios sin dudarlo. Se atrevieron a confiar en Él aun a precio de muerte.

Hoy en día por los ajetreos de la vida moderna nuestro espíritu está dormido y no hay tiempo ni para comunicarnos con Dios. Nos encontramos sumergidos en nuestros quehaceres y nos enfrentamos a este mundo sin ninguna preparación espiritual. Esto no es algo que Dios quiere pues somos sus hijos y su deseo es que nos comuniquemos continuamente con Él. Está dispuesto a brindarnos las armas necesarias para enfrentar cualquier desafío que el mundo pueda ofrecernos.

Pero vemos a los héroes de la fe muy distantes en el tiempo y nuestra mente nos dice que eso fue en otro lugar en otro momento y no aplica a los tiempos actuales. La mente nos intenta engañar incluso a verlos como leyendas fantásticas que no caben en la realidad.

Pero eso no es verdad, los relatos bíblicos son reales y lo que en ellos leemos pasaron en este mundo. Le pasaron a hombres y mujeres como cualquiera de nosotros, no hay un requisito de raza o posición social, fueron personas con innumerables defectos pero que hicieron algo bien, le creyeron a Dios. Y lo que ellos experimentaron lo podemos experimentar también si decidimos creerle a Dios a pesar de todas las cosas.

I. Obstáculos a vencer

El enemigo de nuestra alma intenta por todos los medios hacernos caer en la trampas para que nuestra fe en Dios no se haga realidad. Intenta seducirnos, ocuparnos y hacer ruido para que no escuchemos a Dios. Y en nuestro camino encontraremos muchos obstáculos, pero con la ayuda de Dios debemos vencerlos uno a uno.

Hay un relato maravilloso en 1 Samuel capítulo 1, es el relato de Ana. Este relato se vuelve un ejemplo para todo aquel que quiera tener victorias en su vida pues Ana tuvo que sobrepasar muchos obstáculos.

a. Su esterilidad

A pesar que ella era amada por su esposo se sentía muy triste pues no tenía hijos. Y su esposo la consentía y no la menospreciar de ninguna manera pero aun así ella se encontraba triste y lloraba mucho. Este era un obstáculo que la afligía todo el tiempo, pero todos los años subían con Elcana su esposo a adorar a Dios. Era un obstáculo que no tenia solucion alguna.

b. Su rival

Su esposo tenía otra mujer, en aquel tiempo era algo normal. Penina era el nombre de la otra esposa de Elcana y ella irritaba a Ana al ver que su esposo la amaba mucho. Y la enojaba y entristecía por su esterilidad. Era una situación difícil para Ana. Amaba a su esposo, no podía darle hijos por más que quisiera y era afligida constantemente por su rival. 

 Y lloraba Ana delante de Dios.

II. Traer las cargas a Dios

La respuesta de Ana no fue ponerse a la defensiva contra su rival. No fue escudarse en el amor de su esposo para sacar provecho. No, ella busco solución a sus problemas donde podía encontrarlos. En Dios.

Hoy en día pareciera que nos olvidamos de aquel que tiene en sus manos todos los recursos para solucionar los problemas. Dejamos a Dios como última instancia al ver que nuestros problemas no tienen solución alguna.

Buscamos la solución a nuestros problemas en cualquier lugar, en cualquier medio y nuestras fuerzas se agotan. Los plazos se cumplen, lo inevitable se acerca. Y en nuestra aflicción nos acercamos a Dios esperando sufrir la calamidad. Pero en Dios encontramos la respuesta. Por más difícil que sea la situación y por más imposible que parezca, Dios tiene la solución.

En Él están todos los recursos, todas las fuerzas, todos los milagros. Entonces es al Padre Celestial a quien debemos acudir cuando tengamos algún problema. Todos tenemos problemas en algún momento de la vida, pero no importa la naturaleza de los problemas en Dios está la solución. Acudamos a Él inmediatamente y no busquemos otra solución. Como Ana. Ella buscó y se refugió en Dios.

Porque solo hay un Dios Todopoderoso, ¿a quién más podemos acudir? no hay quien nos de solución como Dios.

a. Acércate con confianza

Cuando venimos ante Dios debemos acercarnos sabiendo que Él nos escucha y quiere ayudarnos. En hebreos leemos que cuando traemos alguna petición ante Dios debemos entrar confiados sabiendo que él tiene la respuesta (Hebreos 11:6)

b. Derrama ante Dios tu corazón

Al entregarle a Dios nuestras peticiones y acercarnos sabiendo que Él tiene la solución debemos creer con todo nuestro corazón que la respuesta de Él será la correcta. (Proverbios 3:5) Proverbios dice que nos apoyemos en Dios no en parte solamente, no en aquello que creemos facil de solucionar, sino acercarnos a Dios con todo nuestro corazón. Además no debemos apoyarnos en nuestras fuerzas, no intentemos “ayudar a Dios” con algo.

Todo nuestro ser debe estar entregado al Señor y confiar en su poder no importando lo que ven nuestros ojos ni lo difícil que parezca el asunto. Sabiendo que por nuestros medios no hay camino a seguir entreguemos a Dios las cosas.

Ana no podía buscar solución a sus problemas con su esposo pues él no podía hacerla fértil, por eso ella acude a Dios quien podía hacer el milagro en ella.

III. La promesa de Ana

En su aflicción, Ana decide hacer una promesa a Dios. Ella quería tanto tener un hijo y le dice a Dios que si le concede uno lo entregará a Su servicio. Ana sabía que al tener un hijo sería únicamente posible por un milagro de Dios. Y ella estaba dispuesta a devolverlo a Dios, quien podia darselo. Al salir Ana de hacer la promesa a Dios, salió del templo y ya no estuvo más triste, porque sabía que a su tiempo Dios le concedería la petición que puso delante de Él. Ella ya había poseído su milagro.

Dios acepta el trato y le concede a Ana un hijo. El milagro fue hecho.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio