Podemos andar en esta vida sabiendo lo que es bueno y lo que es malo. Podremos decidir por esa sabiduría seguir la bondad y misericordia. Aunque se nos aconseje lo contrario, seguiremos a Dios y le obedeceremos sin dudar. Al conocer a Dios no podemos aceptar algo diferente que estar cerca de Él y en obediencia a su voz.
Por medio de esa sabiduría obtendremos riquezas, no solo materiales, sino también espirituales. Toda bendición proviene de Dios, al estar con Él somos poseedores de los tesoros celestiales en por medio de nuestro Padre, quien es el dueño de todo. Seremos llenos de su luz y podremos reflejar con intensidad ese brillo y esa inteligencia.
Cerraremos nuestros oídos a aquellos que intenten, con vanas palabras, convencernos de ir en pos de otro dios, convencernos de seguir otro camino, pues hemos conocido la verdad. Al conocer al Señor no es posible que alguien pueda engañarnos, pues nada se compara a la belleza y perfección de Dios. Pueden las personas intentan imitar las bendiciones de Dios pero jamás podrán hacerlo con el nivel de gracia y hermosura de Dios.
Para Concluir
No debemos ir lejos para obtener la sabiduría, no está en los libros, no está en el mucho estudio. Está cerca, con nuestro Padre Celestial. Y Dios al ser un Dios bueno quiere lo mejor para nosotros. Dios quiere darnos de su sabiduría, Él nos pide que la busquemos.
Toda sabiduría viene de Dios y quiere dárnosla, debemos pedirla y Él nos la dará abundantemente. Entonces podremos hablarle al mundo entero de la palabra de verdad. Nadia podrá engañarnos pues la verdad es de Dios, toda la verdad. Por más que escuchemos palabras de maldad no dejaremos que nos engañen pues Dios está con nosotros.
A pesar de que el mundo está lleno de maldad y de ignorancia de las cosas espirituales, debemos hablarle al mundo para que vengan al conocimiento de la verdadera luz, de la paz de Dios. Dios es luz y quiere alumbrar a todas las personas con su verdad, quiere que conozcan su palabra y vengan a ser llenos también de esta sabiduría divina.
No nos debemos entristecer al ver la falta de sabiduría de Dios en el mundo, en cambio debemos pedir a Dios que nos de sabiduría, y así como Salomón la pidió para gobernar al pueblo, pidamos para poder predicar el evangelio. Que la palabra de Dios reine en cada corazón debe ser nuestra motivación para pedirle a Dios nos de sabiduría y para que nosotros podamos crecer cada día en su conocimiento, hasta llegar a la altura del varón perfecto.
Dios es bueno, nos dará sabiduría en abundancia, alabemos a Dios por sus bondades, que sea un testimonio a los demás nuestra alabanza.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
Predicas Bíblicas.. Predicas cristianas
