Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Por el desierto
Predicas Cristianas Texto bíblico: Lucas 4
Introducción
¿Te has sentido agobiado y quizás aún derrotado en algún momento de tu vida cristiana? ¿Has pensado que no eres digno del ministerio que Dios te ha puesto por delante, o capaz de hacer el trabajo que tienes?
Yo creo que todos hemos sentido en algún momento algo similar. A éstos se les pueden llamar desiertos, y los desiertos son lugares aislados, sin recursos, por lo tanto son terriblemente a peligrosos.
En éste capítulo del evangelio vemos a Cristo llevado al desierto por el Señor, y esto es precisamente cuando empezaron todas las manifestaciones gloriosas que Cristo tuvo en su ministerio de sanidad y poder.
Pareciera ser que todos nosotros debemos pasar por éste proceso para que el Señor nos use con mayor poder y unción. Erróneamente muchos creen que los desiertos vienen a la vida de cada quien por culpa del enemigo, cuando más bien es Dios Él que nos envía allí para cumplir su propósito en nosotros. Y que todos nosotros debemos pasar por éste proceso porque es una forma divina de Dios perfeccionándonos para seguir adelante en su Reino.
El desierto como prueba
El desierto es el lugar de tentación y prueba, como lo fue para Cristo. Muchas veces es el lugar dónde enfrentamos nuestros temores y preocupaciones. Es a dónde llega el acusador y tentador.
Es un lugar en las que muchas veces llegamos después de alguna decisión importante, como pasó en la vida de Cristo. Allí en ése lugar inhóspito se pasa hambre, no hay agua para saciar la sed, es el lugar que nos puede matar o fortalecer. Eso depende de nosotros.
Sólo no podemos
En éste lugar nos damos cuenta que en nuestras propias fuerzas no podemos lograr nada. Ni siquiera podemos desarrollar la visión que Dios nos ha dado,
No podemos cambiar a las personas, no contamos con la unción que necesitamos. En el desierto todas nuestras capacidades y fuerzas son agotadas, y entonces ¿Qué haremos?
Muchos se dan por vencidos y tiran la toalla, y a veces llega a nosotros la tentación de buscar la solución por nosotros mismos. El acusador llega con recuerdos del pasado y con promesas para el futuro.
Pero como hijos de Dios ¿Cuál debe ser nuestra respuesta y reacción ante estas situaciones? Veamos a Cristo a continuación:
Dios te lleva allí
En Lucas 4:1 vemos algo que a la mayoría de nosotros no nos gusta ni pensar: “el espíritu llevó a Cristo al desierto” la idea de que Dios nunca nos llevará al desierto es lo primero que debemos cambiar. Y si reconocemos que Dios si lo haría, entonces tenemos que saber que algo nos quiere enseñar a través de la experiencia en ése lugar.
Leyendo el relato podemos darnos cuenta de:
1. Lo primero que ataca el acusador es su cuerpo físico. Es decir; la necesidad de comida, para otros es una enfermedad o debilidad física, cunado sentimos que nuestro cuerpo físico ya no puede más es cuando tenemos que decir junto con Cristo: “yo sé que las limitaciones físicas no son nada para Dios” yo creeré su palabra.
2. La segunda tentación viene a mostrar los reinos de la tierra a Cristo. Por años me costaba entender por qué eso era tentación para el Señor, pero luego entendí que Cristo vino para salvar al mundo y satanás le estaba ofreciendo las naciones sin la necesidad de morir en la cruz.
Amado hermano (a) no hay vías cortas al cumplimiento de la voluntad de Dios. No hay crecimiento sin sufrimiento, no hay bendición sin sacrificio.
Al querer o intentar tomar lo que parece ser una vía corta a la visión o meta que Dios ha puesto en ti, te cuidado.
Lo más probable es que es el lugar en dónde dejará de adorar y servir a Dios y estarás sirviendo al enemigo. Que nunca se te olvide de quién somos y a quien servirnos. Ningún ser humano hará por ti lo que sólo Dios haría. Dios es el que abre y cierra puertas.
3. La última tentación que vemos escrita en éste pasaje de Lucas es cuando el diablo lo lleva al templo para que se eche desde arriba para probar la protección y el cuidado de Dios. En el desierto sería bien fácil buscar de buscar la manera de comprobar que Dios está contigo.
Quizás si lanzas un nuevo proyecto, o comienzas una nueva etapa en tu vida, o al viajar etc… allí Dios mostraría su amor por ti al apoyarte en esto o aquello. Debemos tener mucho temor de querer forzar que la mano de Dios obre a favor de ti. Que se haga la voluntad de Dios siempre.
En el versículo 13 dice que el diablo se apartó de él cuando hubo acabado la tentación. Amado hermano(a) llegará el momento en que termine la tentación del desierto.
Los momentos de sufrimiento y angustia no durarán para siempre. Las tentaciones y preocupaciones tienen su fin. Esto es un gran consuelo para nosotros. Amados permitamos que el hambre y la sed que vivimos en el desierto nos lleven a buscar el rostro y la voluntad de nuestro amado Dios.
Cristo dijo en el evangelio de Mateo en el sermón del monte: bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. (Mateo 5:6)