Predicas Cristianas
Prédica de hoy: El arrepentimiento
Texto bíblico principal: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Isaías 1:18.
Introducción
El verdadero arrepentimiento tiene que ver con el dolor. Dolor es un sentimiento donde el ser humano expresa un estado emocional. Quiere decir; angustia, adversidad, calamidad, padecimiento, sufrimiento, tribulación….
También podemos decir que médicamente que el dolor es un regalo. Sin ello no sabríamos cuando necesitamos atención médica.
Ejemplo: los niños nunca aprenderían que tocar una estufa caliente es mala idea, ni podríamos ser alertados a una condición médica peligrosa sin el dolor asociado con ella.
Espiritualmente hablando, uno de los beneficios del dolor es expresado por Santiago: ”Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1: 2-3). Cuando soportamos pruebas dolorosas, podemos tener gozo al saber que Dios obra para producir en nosotros paciencia y el carácter de Jesucristo. Esto se aplica al dolor mental, emocional y espiritual, y así como el dolor físico.
I. El arrepentimiento es un mandamiento por Dios
Dios lo demando: (Isaías: 1:11,18), en este pasaje bíblico nos muestra el Señor un arrepentimiento verdadero Dios exhorta fuertemente a su pueblo dice: estoy hastiado de sacrificios, holocaustos, sangre de bueyes, ovejas y machos cabríos.
La palabra hastiado significa: cansado, aburrido, enfadado, harto. “No me traigas más vana ofrenda”. Vemos cómo el Señor nos exhorta a través de su palabra que aunque estemos dentro de la Iglesia en ayuno y oración llevando nuestra mejor ofrenda de adoración y alabanza y diezmos y mucho más no es suficiente por qué el Señor siempre quiere que nuestro corazón esté limpio que no guardemos ningún resentimiento contra nadie; en el versículo (15) dice:
”Asimismo cuando multipliquéis la oración yo no oiré llenas están de sangre vuestras manos” cuánto pecado todavía hay en el pueblo del Señor y aun así Dios nos quiere que tengamos un corazón limpio, puro y manos santas delante de Él.
En el versículo (16) nos lleva a que dejemos lo malo quiere decir: malos pensamientos, malas actitudes. En el versículo (17) nos habla que debemos hacer el bien y buscar su justicia que estemos dispuestos ayudar a los demás sin contienda, Y en el versículo (18) nos lleva a que estemos a cuentas con Él y saber que cómo Pueblo de Dios debemos estar limpios de toda maldad para que nuestras vestiduras ya no estén manchadas.
Dios exige el arrepentimiento todos los días.
Es ahora cuando nos levantemos y entreguemos ese holocausto, con un olor fragante, dignos de un verdadero arrepentimiento.