Predicas Cristianas
Prédica de hoy: El amor y misericordia de Dios te justifica
Texto bíblico principal: “Y le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mando Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿Qué dices?” (Juan 8:4-5)
Introducción
¿Sabes que respondió, o que hizo Jesús? Él guardo a aquella mujer, aunque sabía que era pecadora, y que lo que había hecho estaba mal, aun con todo; su amor fue mas grande que el error que ella había cometido.
Eso mismo hizo en la cruz, nos justificó a todos nosotros, que venimos del pecado pero que por medio de su cruz nos hizo libres.
En este pasaje bíblico encontramos una gran lección. De este versículo aprendemos que Jesús nos justifica con Su gran amor y misericordia. ¿Por qué digo esto?
Lo digo porque siendo una mujer adultera, Él nunca la juzgo, ni la señalo. Él enseño con palabras de sabiduría a no juzgarla, ni condenarla como la ley de Moisés dictaba.
Mujer adultera
Hace dos mil años una mujer adultera era apedreada y la mataban, ya que era una mujer inmunda. Ellos vivían bajo la ley. Pero cuando Jesús vino, vino a romper los esquemas religiosos y a predicar de amor y misericordia, a predicar salvación.
Nadie puede juzgarte, ni siquiera Satanás, él tiene más cola que le pisen que tu yo juntos. Pero lo que él busca siempre es acusarte y hacer lo que hicieron aquellos hombres en ese tiempo con esa mujer. Pedir que venga a ti castigo de Dios. Pero Jesús siempre le recuerda que Él murió por ti y por mí, y nos da una nueva oportunidad.
Tenemos que mirar en este tiempo en no caer de juzgar y criticar a los hermanos por lo que hacen, por lo que tienen o por lo que piensan. Es importante mirar primeramente los pecados de uno y presentarlos delante de Dios para que Él empiece a obrar, transformando y limpiando las vidas, pero sin caer en la religión y pensar que es mejor criticar y juzgar él hermano, pensando que la santidad le pertenece por creer en Dios.
I. POR SU AMOR Y MISERICORDIA JESÚS TE CUIDA
“Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieron en preguntarle, se enderezo y les dijo: El que de vosotros este sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” Juan 8:6-7
No permitas que Satanás traiga de recuerdo errores que tu hayas cometido de los cuales tu ya te arrepentiste, ni que te catabolice por eso que alguna vez fuiste.
Jesús ya pago la cuenta por ti
Es como si estuvieras en la tienda comprando lo que necesitas para hacer tu almuerzo, pero te hace falta dinero para pagar todo lo que necesitas. Y entra una persona a esa tienda y dice yo pago lo que te hizo falta para que te puedas llevar todo lo que necesitas para tu almuerzo y quedes debiendo en la tienda.
Así hizo Jesús con nosotros pago lo que nos hacia falta para tener la salvación. Por lo cual Satanás no puede cobrarte eso que ya fue pagado.
Cuando sucedió lo que cuenta este pasaje bíblico, fue gracia y perdón de Dios sobre esta mujer. La guardo y la protegió de que caer en manos de pecadores como ella. Le dio una oportunidad, y estoy segura de que Él la amo aun sabiendo que era pecadora.
No te has puesto a pensar porque Dios te ha cuidado por varias situaciones vividas, o tal vez piensas que es suerte. Hoy quiero empoderarlos de la palabra de verdad. Jesús nunca nos abandonará. Él prometió siempre estar con nosotros, dejándonos el Espíritu Santo nuestro consolador, “nuestro todo”(Juan 14:6).
Jesús no solo perdono a la mujer adultera, Él le dio y redención. En ese momento los que la juzgaban no entendían. Tenían una venda en sus ojos, pero Jesús les quería enseñar que Él vino a dar vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Nuestro Señor no vino a juzgar, sino a salvar (Juan 12:47). Él no vino por los justos, sino por los pecadores (Lucas 5:32).
II. POR SU AMOR Y MISERICORDIA ERES LIBRE
“Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los mas viejos hasta los postreros; y quedo solo Jesús, y la mujer que estaba en medio” Juan 8:9
Eres libre de la acusación, y cuando todos los que te acusaban se van solo quedas tú y Jesús. De todo lo que pasa en nuestras vidas se aprende, y ¿Saben que es lo mejor? Que Jesús siempre va a estar ahí para protegerte del acusador. El que quiere minimizar lo bueno que hay en ti, el que solo ve tu error. Porque es cierto, Satanás solo resalta tus cosas mala. Pero Dios te conoce a fondo y Él conoce tus cualidades y virtudes, y sabe que aun siendo de este mundo le perteneces a Él.
¿Qué es libertad?
El diccionario de la Real Academia Española define esta palabra de esta manera.
“1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. 2. f. Estado o condición de quien no es esclavo. 3. f. Estado de quien no está preso. 4. f. Falta de sujeción y subordinación. A los jóvenes los pierde la libertad. 5. f. En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.”
En otras palabras, es un estado libre de una persona, que no está en la cárcel ni sometida. Ahora bien si lo interpretamos en la biblia, libertad es lo que Jesús vino a dar a Su pueblo (Juan 8:36).
Estábamos sometidos a la esclavitud del pecado de Satanás, pero Jesús vino a devolvernos la autoridad que se había perdido desde un principio de la creación, para darnos un libre albedrío. Tomando la decisión de seguir a Cristo siendo libres, o estar sometidos a Satanás como esclavos.
III. SU AMOR Y MISERICORDIA ROMPIÓ LAS CADENAS
“Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condeno? Ella dijo: Ninguno, señor. Entonces Jesús le dijo: ni yo te condeno; vete y no peques más” Juan 8:10-11
Jesús no te condena, y todos los días que tienes vida tienes también una oportunidad a eso; yo le llamo gracia. A eso yo le llamo el verdadero amor en que aun cometiendo errores Jesús me justifique.
Eso no quiere decir que puedas pecar las veces que quieras (Romanos 6:1-3). Hay un límite también. Si pecas y pecas, y pides disculpas, pero sigues cometiendo el mismo error es cuando vienen las consecuencias.
Por eso Jesús le dijo a la mujer: “ni yo te condeno, VETE Y NO PEQUES MAS“. Dios es bueno y grande en misericordia, pero también se enoja. No es justo que lo tomemos por burla. Por eso, si tienes un pecado del cual te es complicado salir, pide dirección del Espíritu Santo. Te aseguro que podrás vencerlo con la ayuda de Dios y de Su Espíritu Santo (1 Corintios 10:13).
Conclusiones
Justificador tenemos ante el Padre, nuestro Señor Jesucristo, que murió en la cruz derramando hasta la ultima gota de Su sangre, para así pagar la deuda y condena que nos pertenecía a nosotros, arrebatando las llaves del Hades y dejando en ridículo a Satanás, y hacernos hijos suyos dándonos gracia.
Su amor y misericordia te justifica, y tu debes devolverle con obediencia, y ayudando a otros para que lleguen a Sus pies.
Nosotros podemos identificarnos con esa mujer adultera. Jesús nos perdono y nos justificó. A pesar de que por naturaleza somos pecadores, que nuestras emociones y pasiones carnales que llevan a ser imperfectos para los ojos de Dios, Él nos perdono.
El amor y misericordia de Dios nos hizo libre, rompió las cadenas y ya no somos mas esclavos del temor, del odio, del adulterio, de la fornicación, entre muchas más.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
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