Predicas Cristianas… Sermones Cristianos
Texto Biblico: Jueces 4:1-9
INTRODUCCION
A través de los siglos se ha reprimido a la mujer, se le ha querido ver como un ser incapaz, como un ser que no tiene mucho que brindar, que no tiene proyecciones, pero a pesar de esos conceptos, de esas limitaciones, desventajas físicas, y materiales que han tenido, la mujer ha sabido utilizar las oportunidades que Dios le dado, ha sabido mostrar que no se doblega fácil, que lleva por dentro una fortaleza interna, que hay dentro de su corazón una semilla de grandeza, que no la deja quedarse rezagada, inmóvil. No se ha detenido, no se ha dejado poner límites, a través de los años muchas han cruzado barreras y han llevado dentro de su vida un espíritu conquistador, el espíritu de Cristo.
Muchas mujeres han engalanado toda una lista de la historia, mujeres que pudieron alcanzar algo sin tener a Dios, muchas de ellas sin tener una biblia en la mano ¿Cuánto no podrá hacer la mujer que tiene a Cristo en su corazón?
¿Cuánto no podremos alcanzar las mujeres que hemos experimentado el fuego de Dios, que hemos experimentado el poder de Dios en nuestra vida, cuanto más no podremos alcanzar cuando meditamos por un momento en que Dios no hace excepción de personas? Y que Dios utiliza tanto al hombre como a la mujer, tanto al pobre como al rico, al que tiene estudios y no tiene estudios. Lo que él quiere es que aprovechemos la oportunidad.
CUERPO DEL MENSAJE
Al igual que la aprovechó Débora, una profetiza y juez de Israel, una mujer que ante la amenaza de sus enemigos no sucumbió, ni se acomplejo ¿Qué fue lo que no dejo acomplejarse a Débora? ¿
Lo que no le dejo oír el menosprecio que había en ese tiempo hacia la mujer? Sabe que fue, El gran deseo que llevaba en el alma, ella llevaba en el alma el deseo de servir, de ser útil, deseo de que Dios la incluyera en sus planes, en sus propósitos, ese deseo fue lo que impulso a Débora a seguir adelante.
Fue el deseo de ser útil la que no le dejo oír la crítica, hermanas cuando deseamos que Dios nos use lo que hay que hacer es cerrar nuestros oídos, a voces que nos dañan, si queremos llegar lejos no podemos dejarnos guiar por lo que otros hablen o digan.
Cuando hay ideales, metas en el corazón, ese deseo interno será como un motor interno en nosotros, un motor que no nos va a dejar detenernos, no nos va a dejar estancarnos, tendremos ese deseo que nos llevara a decir Jehová cumplirá lo que él quiere hacer conmigo.
La historia bíblica en el pasaje que hemos dado lectura dice que después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron hacer lo malo delante de los ojos de Dios, por lo cual Dios los vendió al rey de Canaán, el pueblo de Israel clamo a Dios Y Dios les respondió.
Dice también la historia que en esos tiempos gobernaba al pueblo de Israel Débora, esta mujer mando a llamar a Barac y le dijo Barac, Jehová Dios te ha mandado a que juntes a la gente para que pelee la batalla y El ha prometido entregártelo porque pues entonces sigues sin hacer nada que es lo que te pasa.
Dios te está dando la oportunidad de ser instrumento en sus manos, la oportunidad que estabas esperando ha llegado.
Dios te ha dado las directrices, Dios te ha prometido dar la victoria, el quiere hacer algo con tu vida, porque pues estas todo temeroso, porque no te levantas y accionas. Barac le dijo yo no voy si es que tu no vas.
Fíjense bien, Barac no valoró el privilegio que tenia de hacer algo para la obra de Dios, hermanas los privilegios se pueden perder, las oportunidades de servir se pueden ir, y déjenme decirles algo que cuando uno no quiere servir Dios tiene otro mejor para ser las cosas. Dios tiene uno más fiel, en el caso de Saúl Dios le dijo a Samuel, no llores por el.
En el caso de Eli, Dios le dijo yo ya he escogido un sacerdote más fiel que tú. Hermanas siempre habrá otro mejor que nosotros. Por eso es que no hay que esperar a que nos rueguen para ser útiles, porque si no llega el momento en que Dios te dice yo ya no quiero ese servicio tuyo, voy a utilizar a otro(a) que no hay que rogarle.