Buscar la sabiduría

Predicas Cristianas

Prédica de hoy: Buscar la sabiduría

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Proverbios 16:16; Proverbios 13:10

Introducción

No existe felicidad en la ignorancia. Esa creencia de qué saber menos, de alguna manera nos da protección, no es mas que un auto-engaño. La mejor manera qué tenemos para defendernos de algo, es a través del conocimiento.

Nuestra mejor arma y escudo es la sabiduría, pues contra esto no hay violencia qué pueda hacer daño.

En la palabra de Dios encontramos amonestaciones, en muchos pasajes y personajes, sobre buscar la sabiduría. No se trata de ser solo inteligentes o precavidos, sino sabios de corazón para la honra del Padre.

¿De dónde viene la sabiduría?

Precisamente de él, así qué podemos estar seguros de no nos impide acercarnos para qué crezca nuestro entendimiento.

Adquirir sabiduría es plantarse firmemente en la obra de Dios. No es una búsqueda con final, sino qué siempre es un proceso. No debemos buscar la sabiduría queriendo poseerla, debemos tener claro qué ella viene a nosotros por gracia del Señor.

I. Buscar la sabiduría

1. La sabiduría es una virtud (1 Pedro 1:5-8)

La sabiduría es una virtud entrega por el Padre. Se relaciona más con la espiritualidad qué con la lógica de éste mundo. No se trata de algo qué podamos entender cual ecuación matemática ó memorizando reglas. Es decir, algunas personas pueden tener mucho conocimiento y efectivamente no ser sabios.

Una sabiduría profunda viene nuestro Señor Jesucristo. Ésta es la gran diferencia entre la inteligencia convencional y lo qué Dios nos pide. Para poder llenarnos de ella, debemos estar conectados a su presencia, pues es la única fuente real de sabiduría.

Entendemos qué es una virtud porque requiere de disposición y diligencia. No nos hacemos sabios de la noche a la mañana, sino que Dios actúa y transforma nuestro ser para que así suceda.

2. La sabiduría es humilde (1 Corintios 3:18)

Nadie debe sentirse superior por considerar qué busca la sabiduría. No es una cualidad para aumentar nuestro ego ó motivar el pecado. Todo lo contrario, ser sabio es un ejercicio de humildad.

Cuando Dios actúa en nosotros y por gracia nos da discernimiento, entendemos qué ante sus ojos ningún hijo vale más o menos.

Sin duda, el primer paso para internalizar la sabiduría divina, es reconocer nuestra ignorancia. De hecho, un filosofó griego muy famoso solía decir “sólo sé que no sé nada”. Frase bastante popular, qué hace alusión a lo paradójico qué puede ser el conocimiento. Entre más aprendemos de algo, mas nos damos cuenta de lo ignorantes qué somos.

3. La sabiduría es un acto de fe (Santiago 1:5)

“No sirvo para esto” ó “soy muy tonto(a)”, son frases de una persona que necesita aumentar su fe. La palabra de Dios nos asegura que sí pedimos sabiduría y confiamos en él, siempre vamos a obtener respuesta.

Iniciar la búsqueda de la sabiduría es un camino de entrega y el pilar qué sostiene cada paso es la fe. Quizá en ocasiones no sepamos qué hacer ó porque Dios nos pide actuar de cierta manera. ¿Vamos a desobedecer por falta de entendimiento? Al contrario, necesitamos perseverar y de está forma agradar al Creador.

Ser sabio es reconocer que nuestra voluntad está en manos de Dios. Cuando recibimos con confianza su palabra, todos los aspectos de nuestra vida se profundizan y podemos mirar de otra manera.

II. Buscar la sabiduría – Fuentes de sabiduría

1. Buscar la sabiduría en la oración (Jeremías 33:3)

Orar es la conexión mas personal e intima qué podemos tener con Dios. En esa comunicación solo existe nuestra voz en contacto con él. Es un acto de sabiduría pues reconocemos su presencia y grandeza, agradecemos y nos acercamos estrechamente a su presencia.

Es imposible ser sabio sin orar. Cuando dejamos qué él hable por nosotros, adquirimos conocimiento qué de otra manera no habríamos entendido. Es irreemplazable y por eso es tan importante.

La oración debe ser constante pero con temor y amor. Sí pasamos el día orando y algo dentro nuestro no es transformado, necesitamos realmente soltar el mundo y creerle a Dios.

2. Buscar la sabiduría en la iglesia (Colosenses 3:16)

Compartir el amor y las lecciones de Dios es parte de ser el cuerpo de Cristo. Sí hay un lugar en el qué podemos encontrar sabiduría profunda es allí. Cuando tantas personas son movidos por esa energía tan intensa, Jehová manifiesta de su sabiduría.

La verdadera iglesia que Dios quiere de sus hijos, es amorosa, instructiva y santificada. Mas allá de un espacio de encuentro, es realmente una calurosa familia en la qué podemos aprender diariamente.

No hay sabiduría posible sí primero no nos acercamos humildemente a la casa de Dios. Por nuestros propios medios no podemos conseguir nada, pues ser sabio tiene qué ver con amar a nuestros hermanos.

3. Buscar la sabiduría en la Biblia (Hebreos 4:12)

La palabra de Dios no es un manuscrito cualquiera. Está escrito por inspiración del Padre, en ella se haya todo lo posible, el Poder de Dios expresado para qué podamos aprender de él.

La Biblia es una gran historia del amor que Jehová tiene a sus hijos. Leerla con atención es transformador pues realmente nos dice las palabras adecuadas en el momento justo.

Lo particular en ella es que no siempre es dulce ó complaciente. Ella es honesta y firme, es la manera en la qué el Padre nos recuerda qué vivir para su honra, es una decisión qué requiere de esfuerzo y pasión.

III. Buscar la sabiduría – Historia de Salomón

1. Salomón pide sabiduría (2 Crónicas 1:1-13)

Salomón, hijo de David, fue un siervo fiel. Amó a Jehová y buscó su presencia, siguió los consejos de su padre y llegó a ser Rey. Podemos decir qué él buscaba la sabiduría de manera humilde y motivada por amor, pero esto queda demostrado en el siguiente relato.

Cuando Jehová apareció en medio de la noche, para cumplirle cualquier petición, él solo quiso “sabiduría y ciencia para gobernar”.

¿Cuántas personas pedirían esto hoy en día? Sí los gobernantes actuales pidieran sabiduría a Dios, la historia sería muy distinta. Salomón realmente se preocupó de cumplir su misión en esta tierra.

Esa fidelidad inamovible hizo que el Padre lo recompensara con sabiduría, riquezas y gloria. Vio qué sus intenciones eran honestas y se convirtió en un gran ejemplo para quiénes buscamos al Señor.

Conclusión

En la vida diaria tenemos tantas preocupaciones, caminos y miradas, qué vale la pena preguntarnos y compartir ¿Qué buscamos? La sabiduría es esencial y sí queremos agradar a Dios, no debemos minimizarla. Ella es la que nos acerca mas a la justica y cómo virtud también potencia nuestra fe.

Podemos orar, ir a la iglesia y leer la Biblia, pero nuestra fe es la qué hace la diferencia. Jehová actúa en nosotros en en la cantidad en qué nosotros permitimos que lo haga. Sí queremos ser sabios debemos ser constantes, se trata de la firmeza y la confianza qué expresamos con verdad.

Sí ahora mismo pudiésemos pedir cualquier cosa ¿sería la sabiduría la primer de ellas? Estar lo suficientemente confiados en Dios, es saber qué él es nuestra prioridad. De la manera en que Salomón no se preocupó por las riquezas del mundo, así debemos procurar qué nuestros deseos honren al Padre.

¿Cuándo estamos listos para ser sabios? En cuanto realmente podamos esforzarnos para dedicar nuestra vida a Dios. La sabiduría es también un camino de esfuerzo hacía la salvación, pues en ella sabemos cómo actuar ante el pecado ¿ya estás preparado?

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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