Un año nuevo: Cultivar con propósito

2. Jehová nos cuida (1 Pedro 5:7)

El mejor antídoto para el afán, tanto en año nuevo cómo en los demás días, es saber que somos hijos del dueño ¿cómo podríamos turbarnos después de eso? Él nos asegura de manera constante que todo va a estar bien desde que empezemos a creerlo.

En ésta primera epístola de Pedro se nos explica amorosamente que todos nuestras preocupaciones y ansiedades son aliviadas en manos del Padre ¿Por qué? Porque él nos cuida. Solo ese amor es capaz de calmar las mas temibles mareas. Ni siquiera seríamos capaces de entenderlo pues sobrepasa los límites que conocemos, pero sí podemos experimentarlos gracias a que Dios lo hace posible.

El año nuevo tiende a poner peso sobre nuestros hombros.

Pero debemos saber que ese peso puede ser usado cómo impulso, cómo disciplina, para que avancemos en lugar de detenernos. Mientras que el mundo confunde el significado del año nuevo con fiestas descontroladas que terminan en desesperación, nosotros debemos mantener la iglesia, la oración y la fe firmes y unificadas.

3. La vida es más que esto (Lucas 12:22-23)

El mundo hace que la vida parezca superficial y es allí cuando la palabra de Dios nos da esperanza de que hay mucho más. Éste es un pasaje que lo explica de manera hermosa y que nos recuerda que al final del día, es Jehová quién se encarga de todos.

El año nuevo es más que una fiesta, un vestido elegante ó una cena.

A todos nos toma en momentos distintos de nuestras vidas y sí por casualidad no estás en tú mejor momento, ten paz. La vida es más que esto y Dios nos lo recuerda todos los días.

Mientras qué éstas fechas pasan, lo que realmente se queda y nos acompaña por el resto del año, es lo que cultivamos en nuestros corazones. Lo que conservamos son los momentos en lo sentimos paz y eso es algo que nadie puede quitarnos y que solo podemos experimentar cuando tenemos el Evangelio en nuestras acciones.

II. Un año nuevo – Cultivar un año con propósito

1. Somos hechura de Dios (Efesios 2:10)

Un año nuevo es un lienzo para trazar las obras de Dios en él. Somos hechura suya y podemos confiar en que antes de que naciéramos, él ya tenía nuestro propósito preparado.

Nuestra misión es hacer que crezca y se expanda dentro nuestro mediante su voluntad. Recordemos que esos propósitos no se sostienen por sí solos, debemos compartirlos y permitir que Jehová se manifieste en ellos.

Es probable que los nuevos comienzos vengan contrariados y llenos de dudas, pero Dios siempre actúa aclarando nuestro camino. Sí tenemos oportunidades, ideas y miedos, lo mejor que podemos hacer es confiar en que continúamos aquí para hacer buenas obras y seguir honrando a Dios con nuestro temor.

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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