Amar la disciplina

Los qué hacen el mal también padecen pero a causa del pecado. Permanecen en esclavitud a la maldad, mientras no conviertan su alma a Dios, cualquier felicidad es ínfima y pasajera.

Es un privilegio poder sufrir a causa de nuestra salvación, pues esa incomodidad quiere decir qué estamos realmente involucrado con nuestro propósito.

3. Auto – Disciplina (1 Timoteo 4:7)

Lo llamamos Padre porque él nos enseña cómo a un hijo, nos creó y nos dio su camino para qué vivamos a través de él. No obstante debemos ser capaces de discernir aquello qué nos conviene ó no para agradar a Dios. Necesitamos aplicar auto-disciplina con lo qué Jehová ya nos ha enseñado.

Hay situaciones de tentación en la qué debemos pedir sabiduría, en dónde nuestra propia voz debe estar inspirada por Dios y sepamos el camino deseado.

Esto quiere decir qué además de ir a la Iglesia, leer la Palabra y entrenar constantemente nuestra fe para realizar nuestras labores, debemos ser disciplinados en nuestros pensamientos y sentimientos. Dónde solo Dios puede escuchar, en el silencio y el tumulto, debemos aspirar qué su amor se sostenga en nosotros.

Sí bien se nos ha entregado una familia qué nos acompaña, también debemos amar la disciplina en soledad, en intimidad donde solo somos Dios y nosotros. De forma autosuficiente, sabiendo qué somos capaces de ir mas allá.

Conclusión

Los placeres del mundo duran a penas un instante, la pasión por Cristo es un bello y noble sacrificio qué requiere disciplina pero dura para siempre. Se trata de ese “extra” qué nos diferencia en la multitud.

Debemos amar la disciplina sabiendo qué es un proceso de muchas escalas y sin punto final. Veremos sus frutos llenos de bendiciones pero a pesar de eso es preciso continuar, porque después de empezar, cualquier otra manera de vivir se vuelve insuficiente.

¿Qué puede satisfacer a un corazón qué ama el esfuerzo? El trabajo bien hecho para la honra de Dios. Saber qué nada puede detenernos y no dudar ante los imprevistos, pues sabemos qué una fuerza superior se encarga de qué todo se ajuste en el tiempo correcto.

Se necesita disciplina para ser parte de la obra de Dios. Jesús fue un gran disciplinado y cada apóstol tuvo qué comprometerse con él. Sin real compromiso es imposible alcanzar el éxito, incluso imposible conocer el amor, pues necesita de cuidados qué solo puede hacer quién está realmente involucrado con lo qué desea.

¿Qué deseamos?¿es agradable para Jehová? Entonces hagámoslo con esfuerzo y la recompensa será eterna.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

Predicas Bíblicas.. Predicas Cristianas Escritas

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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